domingo, 8 de abril de 2018

NOVENA AL SEÑOR DE LA TIERRA






Piadosa Novena en honor del Santísimo Señor de la Tierra
Que se venera en la parroquia de Salamanca (Chile)
Impresa en los Talleres Gráficos “San José” Salamanca, con licencia, año 1962

Oración preparatoria:
Por la Señal…
Amabilísimo y pacientísimo Jesús, Dios y hombre verdadero, creador y redentor de mi alma, aquí estoy en vuestra presencia y delante de vuestros ángeles y abrasados serafines que rodean vuestro trono de majestad soberana, para alabaros con todo el fervor de mi alma.
 Purificadme oh bien mío, desterrad de mí los vanos e inútiles pensamientos y ayudad a mi fe, alentad mi esperanza y encended mi amor para que yo pueda meditar con atención y devoción las penas, dolores, abatimiento y humillaciones que sufristeis por mi amor, no me desechéis a causa de mis muchos pecados; yo los detesto Señor, y con tu gracia prometo no consentir en maldad alguna con advertencia.
 Misericordia Señor, misericordia para este miserable pecador. No te ofenda yo jamás y alábate por los siglos de los siglos. Amén.
    Jesús amabilísimo, en unión del amor, adoración y alabanza que con perpetuo obsequio os tributan los santos ángeles que aquí están presentes, ya indigno y miserable, juntándome con ellos, mi alma os quiere adorar, amar y confesar porque vos sois el Cristo, el hijo de Dios vivo que vinisteis a este mundo a redimirnos.
  Yo os adoro Dios mío, os amo sobre todas las cosas; me humillo delante de vos, en vos confío, a vos amo, a vos me consagro: dadme un amor ardiente hacia vos y hacia mis prójimos; una humildad profunda; una confianza inalterable, la virtud de la pureza y la perseverancia final. Amén.

Día Primero:
DE LA ORACIÓN EN EL HUERTO
 Considera alma cristiana, la tristeza, aflicción y angustias que padeció el Divino salvador, orando en el huerto de los olivos. La enormidad de todos los delitos del mundo cae sobre el mansísimo cordero que va a ser inmolado por nuestra redención. El mal pago de tantos ingratos y los muchos que habían de perderse a pesar de su sangre derramada por ellos, el desamparo de su Eterno Padre y la vista de la espantosa pasión y muerte le hacían caer en mortales desmayos.
 Arrodillado reverentemente, caído su rostro sobre la tierra y puesta su alma en dolorosa agonía; dice a su Eterno Padre <<Oh Padre mío, si este cáliz de mi pasión no puede pasar sin que yo lo beba, hágase vuestra voluntad y no la mía>> Desamparado y triste hasta la muerte, de tal suerte se abisma en su aflicción, que abierto los poros de su bendito cuerpo, empieza a correr un copioso sudor de Sangre, hasta regar con ella la tierra.
  Mira alma, lo que cuesta a Jesús tu salvación, y mira cuánto te engañas si piensas que a ti te ha de costar poco.
(Aquí se medita)

Ahora se rezan tres Credos en memoria de las tres horas que el Señor estuvo en cruz, procurando avivar los sentimientos de fe, esperanza y caridad con las jaculatorias siguientes.

1er Credo Pues Sois la Eterna Verdad que a todo el mundo alumbró, asistidme cuando digo:
Creo en Dios con viva fe
Espero en Dios con confianza
Amo a Dios y en su alabanza
Toda mi vida emplearé.

2do Credo pues por mí disteis vuestra  sangre (que es de infinito valor)
Aunque son grandes mis culpas
Con Confianza espero en Dios
Creo en Dios con viva fe etc…

3er Credo pues con paternal ternura
Me pedís el corazón
Tenedlo vos y encendedlo
En vuestro infinito amor.

Gozos
Amante Jesús mío
Oh cuánto os ofendí
Perdonad mi extravío

¿Quién al mirarte exánime
Pendiente de una Cruz
Por nuestras culpas víctima
Expirar buen Jesús
 De compasión y lástima
No sienta el pecho herido
Habiéndote ofendido
Con negra ingratitud?
Perdonad…

¿Quién dio la vista al ciego?
¿Quién dio la voz al mudo?
Quien nueva vida
A Lázaro infundir
Y hoy pende de un madero
Y expira escarnecido
Del pueblo fementido
Que viene a redimir
Perdonad…

Quebrantase la roca
Sin luz se queda el cielo
Retembla roto el velo
El templo del Señor
Y al ver los querubines
La cruz que los aterra
Dirigen a la tierra
Miradas de estupor
Perdonad…

Pero, si en Cruz hoy muere
Como Juez vendrá luego
Sobre nubes de fuego
Cual viole el Sinaí
Ay si entonces perdida
Vuestra santa Gracia lloro
¡Mi Dios! Piedad imploro
¡Pequé, Triste de mí!
Perdonad…  

Oración final para todos los días
   Oh Jesús Redentor y pacificador del linaje humano, pues nos dejasteis tan grande tesoro de gracias merecidas por vuestra amarga Pasión y Muerte, conceded la paz a vuestra Iglesia, Unión y concordia entre los gobiernos y los pueblos cristianos; apagad el fuego de las discordias; destruid las herejías, convertid a los infieles y pecadores, rescatad a los cristianos que gimen en dura esclavitud.
  Mirad Señor con piedad a las almas de los fieles difuntos, dadles el eterno descanso, librándolas de las horribles cárceles del Purgatorio. Y a nosotros por quienes con tanto amor padecisteis y os dignasteis a morir, dadnos vuestro amor siempre y concedednos una santa Muerte asistidos todos por vuestra Santa Madre Nuestra Señora que, de pie junto a vuestra Cruz os acompañó en la gran obra del rescate del mundo. Amén.

Día Segundo
Sobre el prendimiento del señor
   Considera cuán heroicas virtudes práctico nuestro amable Redentor Jesús en este suceso en que fue tomado preso con tanta alevosía.
  Saliendo Jesús de su oración, dijo a sus apóstoles <<levantaos y vamos, que se acerca el que me ha de entregar>> Mira la paciencia y mansedumbre que demuestra al recibir el ósculo fingido con que Judas había pactado entregarlo a la tropa de soldados que venían a prenderle ¡Oh Paciencia  de un  Dios! En el cielo de su hermosísimo rostro recibe la impresión de aquellos labios mortíferos ¡Oh misericordia infinita! Aun así llama a Judas que vuelva a su amistad, diciéndole con ternura <<amigo ¿a qué habéis venido? ¿Con un beso entregáis al Hijo del Hombre?
 Después de haber derribado en tierra a los soldados que le buscaban con sólo decirles <<Yo Soy>> les permite levantarse, poniendo aquellas manos que fabricaron los Cielos en poder de unos hombres vilísimos, se deja atar como manso cordero que es llevado al matadero. Que da como ligada su omnipotencia y su hermosísimo sol Divino de su rostro puesto a los pies de miserables verdugos. Le conducen a un tribunal infame para ser juzgado por los hombres, el Juez de los vivos y muertos.
(Se medita y se pide la gracia que se desea alcanzar)

Día tercero
Sobre la bofetada que recibió el señor en casa de anás
Considera cuán terrible y peligrosa es que nos llegue a dominar una pasión. En este estado queda ciego el entendimiento, y endurecido el corazón; no hay más maldad que el hombre no cometa ni precipicio al que no se arroje.
  Mira lo que pasa con Jesús en casa de Anás. Estaba este en conocimiento de la doctrina celestial que Jesús predicaba, conocía los portentosos milagros que la hacían sumamente creíble; sin embargo se lo pregunta y quiere pedirle cuenta de su doctrina, no para declarar su inocencia sino para tener pretexto de condenarle y saciar así su odio implacable. Jesús que entregaba el Corazón endurecido de Anás, sólo le responde << Yo he hablado públicamente en la Sinagoga, donde todos los judíos concurren; preguntad pues a estos que saben lo que yo he hablado,  y nada he hablado en secreto ¿qué me preguntáis a mí? Preguntad a los que han oído lo que yo les he enseñado>> al decir Jesús estas palabras, uno de los criados del pontífice le dio en su santísimo rostro la más cruel y afrentosa bofetada. El pacientísimo Jesús, humilde y sufrido se limitó a decirle: << Sí he hablado ¿por qué me herís? >> ¡Oh pasión dominante! A qué nos precipita y a que injusticia arrastra.
(Se medita y se pide la gracia que se desea alcanzar)

Día cuarto
Sobre la negación y lágrimas de san pedro
 Había prevenido Jesús a San Pedro que lo negaría en su dolorosa pasión, y que todos lo demás Apóstoles le abandonarían en poder de sus enemigos, Pedro por su parte había protestado que le sería fiel y que no le dejaría ni en la cárcel ni en la muerte, pero ¡cuán frágiles son nuestros propósitos cuando se apoyan en nuestras fuerzas naturales!
  Apenas Pedro vio la cara de los enemigos de Jesús, que viéndose entregado a sus enemigos y abandonado a todos, se compadece de la debilidad de su Apóstol, y con una tierna mirada lo hace volver sobre sí mismo y le convierte. No pudiendo pues San Pedro soportar la dulzura de los ojos de Jesús, sale fuera y comienza a llorar amargamente su pecado.
(Se medita y se pide la gracia que se desea alcanzar)

Día quinto
Sobre el tormento de Jesús en los azotes
  Considera alma cristiana, la incomparable vergüenza que sufrió Jesús y el desacato horrible cometido en la persona del Verbo Eterno hecho hombre. Le quitan aquellas vestiduras santas y milagrosas, y dejan toda su carne expuesta a la burla blasfema de soldados inicuos y de un pueblo bárbaro y feroz. Le ata fuertemente a una columna y empiezan a descargar sobre su cuerpo una lluvia de azotes hasta no dejarle parte sana. Todo aquel sagrado cuerpo formado por el Espíritu Santo en el seno de una Madre Virgen, es una sola llaga desde los pies hasta la cabeza. El furor de sus enemigos llega a cansarse, pero la paciencia de nuestro redentor no se cansa de sufrir. Estuvo en trance de muerte en tan cruel suplicio, pero fue confortado por su naturaleza humana, no para que tuviese algún alivio sino para que pudiera padecer aún más por nuestro bien. Mírale después de cortados los cordeles con los cuales estaba atado a la columna, como cae en tierra sobre el charco de su propia sangre, sin poder levantar ni tomar vestidos para cubrir la llaga de su cuerpo. Mira que te hable el corazón para sacar de ti una mirada siquiera de cristiana compasión.
(Se medita y se pide la gracia que se desea alcanzar)

Día sexto
Sobre la coronación de espinas
            Después de haber sido Jesús inhumanamente azotado, le tomaron los soldados y llevándole a un patio exterior le pusieron allí a toda la corte de soldados romanos y gran número de la plebe cruelmente curiosa. Sentáronle en un tronco y le cubrieron con un manto de irrisión. Tejieron luego una corona de punzantes espinas y se la apretaron fuertemente sobre su sagrada cabeza. Tomaron una caña y se la pusieron como cetro en la mano derecha.
 Después arrodillándose a manera de mofa le saludaban diciendo <<Dios te Salve, rey de los judíos>> estos inmundos, escupían después el venerable rostro del Señor, le herían la cabeza con la caña y le daban de bofetadas, diciendo <<adivina quién te pegó>>
 Oh alma mía, mira en el estado tan deplorable está por salvarte el Rey del universo. Para merecernos una corona de Gloria en su Reino ha permitido ser tratado en este mundo como un rey de burlas, coronado de espinas y bofeteado. Todo este burlesco aparato de contumelias denota el enorme agravio y desprecio que hacemos por Dios cuando pecamos. Al mismo tiempo señala que a pesar del mundo y del infierno. Jesucristo se debe la Gloria eterna que no puede arrebatarle ninguna humillación.
(Se medita y se pide la gracia que se desea alcanzar)

Día séptimo
De cómo el pueblo judaico pidió la muerte de Jesús
  El presidente Pilatos para procurar la libertad de Jesús, cuya inocencia le era bien conocida, propuso a los judíos que eligiesen cuál de los dos preferían dejar libre, si Jesús o Barrabás. Era Barrabás un ladró sedicioso y homicida, el más perjudicial al pueblo. Este hombre criminoso fue puesto en comparación a Jesús, cuyas obras habían sido para hacer el bien en todas partes, pero fue tal la envidia de sus enemigos que pidieron a gritos la libertad de Barrabás y la muerte de Jesús ¿no es cosa ya terrible ver a Jesús comparado con Barrabás? Oh alma mía. Si tienes fe, mira lo que sucedió y lo que sucede hoy, Jesús azotado, coronado de espinas, abofeteado, escupido, es pospuesto a barrabás. Esta escena se renueva cada vez que prefieres tus pasiones desordenadas a la ley de Dios. Has desechado a Jesús para que venga el pecado (que es infinitamente más abominable que Barrabás) y pone fea tu alma, hecha para habitación de Dios por su gracia.
(Se medita y se pide la gracia que se desea alcanzar)

Día octavo
De lo que ofrecieron los judíos a Jesús antes de crucificarle
            Había Jesús llevado su cruz desde el centro de la ciudad hasta la cima del Monte Calvario, donde iba a consumar su sacrificio para nuestra salvación. Su sagrado cuerpo estaba desfallecido por la mucha sangre que ya había derramado; sentía una espantosa sed. Pero el vino que según  la costumbre se daba a los ajusticiados para reconfortarlos, se lo ofrecieron los judíos, mezclado con amarguísima hiel. No obstante Jesús no bebió para que ni lo interior de su cuerpo quedase sin particular momento.
  Oh alma mía, cuán amarga hiel le ofreces a Jesús cuando haces mal lo que debías de hacer muy bien; cuando rezas distraídamente; cuando profanas los sacramentos; cuando llevas tu vida sin preocuparte de tu salvación eterna; cuando la tibieza y al dejadez, ponen hiel amarga en las obras que debían ser agradables al Corazón de Jesús y reconfortantes para su alma.
(Se medita y se pide la gracia que se desea alcanzar)

Día novena
De la admirable paciencia con la que Jesús padeció la muerte
Ya está el Divino Redentor en lo más alto del Monte Calvario. Está rodeado de malos y malos. Sus ojos amorosos veían los instrumentos del suplicio y los fieros semblantes de los verdugos que le miraban como irritadas serpientes.
 Con sus ojos puestos en tierra escucha la orden de sus viles criaturas que le ordenan tenderse en la Cruz. Apenas le ponen delante de la cruz los clavos, el martillo y las sogas extiende sus brazos ademán de abrazas a todo el mundo, y entrega sus manos, sus pies para clavarlos.
  Estirado a fuerza de cordeles su Sagrado cuerpo sangra con abundancia por todas sus heridas. Aquellos ministros de las tinieblas, vuelven a colocarle para remachar los clavos, dejan su santo cuerpo entre el duro suelo y la pesada cruz; así sufrió toda la dureza de esa tierra. Levantado después en alto, atormentado de mil maneras, estuvo tres horas de agonía entre el cielo y la tierra, después dando un gran clamor dijo: <<Padre en tus manos encomiendo mi Espíritu>>   y expiró.

(Se medita y se pide la gracia que se desea alcanzar)

Himno
Coro:
Triunfador se extiende por el mundo
Buen Jesús, tu invicto pabellón
Que te aclame Señor de la tierra
Nuestra querida nación.
I
Ya viene apuntando el día
Con su luz y su esplendor
Levantémonos hermanos
Y alabemos al Señor
II
 Ya viene rompiendo el alba
Con su luz y claro día
Demos infinitas gracias
A Jesús, José y María


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