martes, 24 de abril de 2018

QUINARIO A LA VIRGEN NIÑA








QUINARIO A LA DIVINA INFANTITA


DÉCIMA

Este Quinario, Infantita,
te dedico humildemente,
pidiéndote reverente
tu Protección infinita.
Tu intercesión favorita
alcáncenos en la vida,
gracia y salud cumplida,
y remedio en nuestros males;
y pues tú tan mucho vales,
danos al cielo subida.



HIMNO

Salve, moderno luminar del día,
Que embelleces las órbitas del cielo:
Crepúsculo feliz, Pura Infantita,
Que engrandeces las obras del Eterno;
Nítido espejo en que el Criador se mira:
Reclinatorio de su brazo inmenso:
Muy precioso y riquísimo tesoro
Que haces poderoso al m indo entero:
Una mirada tuya, Niña hermosa,
De tus Ojitos bondadosos ruego;
Que ambidiestra naciste paca darnos
Auxilios y socorros verdaderos.
De tu Corazón, el Etna ardiente
Encienda en caridad el tibio pecho
De estos mortales, para que, en la tierra,
Llorando nuestras culpas, te agrademos.
De un Dios omniscio, omnipotente y grande,
Alcánzanos perdón y refrigerio;
Pues tú eres muy valiosa, para darnos
Cuanto en este Quinario pretendemos.
Nos pesa, a tus Piecitos hoy postrados,
El haber quebrantado sus preceptos;
Siendo digno de amor y de alabanza,
De darle el corazón, de no ofenderlo.
¡O tierna Niña! por nosotros ruega,
Y Dios te guarde, para ser consuelo
De estos pobres, sin patria, desterrados,
Que a tu amparo solícito cerremos.
Los Serafines (tu inmortal corona)
Y los Coros, en canto sempiterno,
Entonen, que eres grande y poderosa,
Y que eres Reina sobre todo imperio.
Alaben tu existencia las criaturas.
Engrandezca tu Nombre el firmamento;
Y la tierra, y los mares y los hombres,
Humildes digan ¡Salve! con afecto.

¡Salve Bien nuestro! ¡Salve!
¡Salve Polar Estrella!
¡Salve Criatura bella!
¡Salve Infantita! ¡¡¡Salve!!!



DIA PRIMERO

Miniatura celestial, tesoro exquisito, espejo purísimo, ¿quién sino tú, puede llamarse la más feliz criatura, entre todos los hijos de Adán, Concebida sin el menor contagio (no obstante, la raíz infestada de donde procedes): formada con
todo el empeño de un Dios Omnipotente, ¿quién puede igualarte en pureza, cuando tu animación fué obra singular de la Trinidad Beatísima? Fué obra del
Padre, que destinaba para su bija: fue del Hijo, de quien ibas a ser madre, y fué del Espíritu Santo, que se regocijaba en que fueras su esposa. ¡Oh prenda valiosísima de Ana! ¡Oh Niña Santa! ¡Qué vistoso es tu esplendor! ¡qué suave tu claridad! ¡qué raro el candor de tu pureza! Se inunda el corazón de gozo y alegría, se pasma el espíritu al querer comprender esta excelencia única. Mas supuesto que tú eres la más pura y agraciada después del Criador, concédenos, Niñita inmaculada, que castos sean nuestros pensamientos, castas nuestras palabras, y castas nuestras acciones, para comparecer desde ahora hasta el fin, enteramente limpios en la presencia de nuestro Dios. Amén.
Se rezan cinco Avemarías, con Gloria Patri.


GOZOS

Divina Infantita,
Limpísima Aurora;
Tu luz precursora
Alúmbrenos ya.

Sin la original
Culpa, concebida
Fuiste, sin igual.
¡Oh Niña querida!
Tu pureza es real.

Tú eres el fanal
De nuestra esperanza:
Libradnos de mal,
De toda asechanza,
De caída mortal.



PARABIÉN

¡Oh Joaquín y Ana! gozaos
En este fruto divino,
Tan gracioso y peregrino,
Tan lleno de bendición.
Mil parabienes os damos;
Y en prueba de nuestros gozos,
Recibid, justos esposos,
Nuestra alma, nuestra oración.


SEGUNDO DIA

Aurora hermosísima que llenas de resplandores a los ciclos y tierra: argentina luna: estrella de Jacob, a cuya vista se disiparon las tinieblas del mundo: gloria de Israel: alegría de Sion, ¡Oh cuántos parabienes debemos dar a tus dichosísimos padres en el día de tu feliz Natal! Él es más glorioso que el de todos los patriarcas, más glorioso que el de todos los profetas, más glorioso que
el de todos los Santos. ¡Oh cuantas alabanzas debemos dar al Todopoderoso, cuando contemplamos tu Nacimiento en Nazareth; pues en este memorable día
se regocijaron los Coros de los Ángeles, y apareció aquella vara prodigiosa de la raíz de Jepté, que había de florecer en la tierra y estremecer al abismo... ¿Qué
más dicha podemos desear, que venir al mundo la Reina del cielo, que nacer entre nosotros aquella Niña en quien el Omnipotente tiene depositadas todas confianzas, todo su poder, y a quien llaman bienaventurada todas las generaciones? ¡Oh vida de mi vida! ¡Oh centro de mis caricias! Sea todo gozo, todo contento, todo muy fausto, cuando digamos que Nació la Niñita María. Porque ¿quién no dirá que nació nuestro amparo, que nació nuestra guía y consuelo, que nació nuestra Reina y Madre, que nació en fin, nuestra mejor Medianera, por cuya intercesión esperamos morir al vicio, y vivir solamente para la virtud. Amén.
Las cinco Avemarías.

GOZOS

Divina Infantita,
Lucero del día,
Del mundo alegría,
Pesar del Dragón.

En tí se glorió
Cuando tú naciste
Nuestro mismo Dios,
De quien recibiste
Mil pruebas de amor.

Tú eres resplandor
De los querubines;
Tened, bella flor
De eternos jardines,
De mí compasión.




DIA TERCERO

Rarísimo prodigio entre las maravillas de nuestro Dios: yo me regocijo al nombrarte María; porque María es mar de gracias: María, lo mismo que decir, fuente perenne de misericordias: María, Esposa escogida del Espíritu Santo: María, nombre dulcísimo, porque en él se encierran todas las preeminencias y
favores: Dulcísimo, porque con solo pronunciarlo los justos han perseverado en
la justicia, y los pecadores han detestado su maldad: Dulcísimo (cuanto puede decirse) porque los espíritus celestiales, bienaventurados y almas gloriosas, dulcemente y sin cesar le cantan; y porque todo un Dios se recrea en él, y se complace amoroso. ¡Oh sacratísima Niña, toda tú eres bella, toda eres hermosa! Faja de grana son tus labios: tu voz es más dulce que el trino del inocente pajarito: tu estilo es como el del alba al levantarse: Oleo derramado es tu nombre. ¡Oh qué grande eres! Tu nombre es también terrible para el abismo, porque a su invocación se llena de terror y espanto... ¡Oh! no permitas, Infantita encantadora, que se aparte jamás de mis labios este tu sacro Nombre, sino que, en todos los días de mi vida, viva alabándote, adorándote, y repitiendo
siempre María, hasta la hora de mi muerte. Amén.


GOZOS

Divina Infantita.
Tus hijos, MARIA,
Repiten de día,
De noche también.

Joaquín y Ana ríen
Y adoran tu Nombre,
Pues hallan en él
La dicha de hombre,
Tu gloria y poder.

Tu Nombre, mi Bien,
De la altura vino,
Suave cual miel;
Maná tan divino
Que danos placer.



DIA CUARTO

Incomparable Princesita de mi corazón, sobre cuya frente se miran todas las gracias de un abril florido: Fragantísima flor de Jericó, que hermoseas el principal jardín de los alcázares del cielo: estrellita matutina, cuyo brillo ha sorprendido al universo todo: Hija de Abraham, Hija de David, nobilísima de Judá, amada Niña mía: cuando te considero entre los brazos de la alborozada Ana, con todas aquellas gracias infantiles, que muy particularmente te concedió el pincel del Hacedor supremo: cuando contemplo esos ojitos tan llenos de piedad, y esas manilas inocentes y bienhechoras, reclinadas en una humilde cuna: cuando me figuro tus pequeñitos labios, en la lactancia de aquellos primeros días, en los que el mundo te poseía; se recrea el alma, rebosa en júbilo el corazón, y la naturaleza toda se anima. Recíbeme, pues, a tus plantitas, criatura singular; y con el afecto más sincero te pido, me permitas que hoy te haga en mi corazón aquellos mimos y caricias que en tu tiempo te hicieron los dichosísimos que te palparon, los dichosísimos que te nutrieron, los dichosísimos que te besaron. Permíteme, inocentísima Paloma, que te adore; y que esa tierna edad que hoy me embelesa, sea para mí y para todos tus hijos, el puerto feliz para llegar a la gloria. Amén.
Las cinco Avemarías.

GOZOS

Divina infantita,
Paloma del Cielo.
Vivo eres consuelo,
Nutrición y vid.

Tu labio infantil,
Lactancia recibe;
Esto es por nutrir
Al hombre, que vive
Tan solo por tí.

Yo fuera infeliz
Pin tu creación:
Quiero en Dios vivir:
Toma el corazón.
Nutridlo hasta el fin.




DIA QUINTO Y ULTIMO

Admirados preguntaban los coros de Ángeles: ¿quién es esta que procede tan linda para colocarse en Sien, y descansar en la Ciudad santificada? ¿Quién es esta que parece una Paloma que sale do las riberas de las aguas, con un aroma suavísima en sus vestidos...? ¿no podré yo, linda criatura, Niñita inmaculada, admirarme más y preguntarme: ¿quién es esta enamorada mariposa, esta Virgencita bella que conducen al templo, cuyo rostro despide rayos de luz, ¿semejantes a los más resplandecientes astros? Quién ha de ser, sino la lnfantita
María, que, en medio de sus justos Padres, y seguida de su parentela ilustre, se presenta la más humilde y obediente de todos los hombres, ele todos los ángeles, y de todas las criaturas. Por esta virtud tan relevante que practicaste a la tierna edad de tres años, en cumplimiento del voto de tus venerables Padres, yo me encanto y me lleno de júbilo, y te contemplo como una azucena blanquísima y pura; como una antorcha fúlgida y clara de perenne luz; como un girasol glorioso; como un dechado de santidad y obediencia; y yo te presento mi corazón, y estas mis tibias oraciones que he consagrado a tu divina Infancia las que te ruego eleves al trono de la Majestad augusta. ¡O piísima, Obedientísima
y candidísima Niña! Adquiérenos la gracia, y destierra de nuestras almas todo lo inmundo, para que siempre justificadas merezcan ser dignas de a bienaventuranza. Amén.
Las cinco Avemarías,


GOZOS

Divina lnfantita.
Danos devoción,
Danos contrición
Danos puridad.

Tres años de edad
Tenías, y al templo
Te viste llevar:
¡Oh Niña! qué ejemplo
De conformidad.

Tú de santidad
Eres el modelo:
Danos humildad,
Llévanos al cielo,
Nuestras almas guía.



CÁNTICO

Fraternal y dulce y alegre y precioso
Y maravilloso, de gran santidad
Tu nombre es, María, Divina lnfantita,
Hermosa Nimia-, perlita oriental,
solo tu Nombre, me acojo desde hora;
Porgue en esta mora mi suerte feliz:
Y yo esperanzado y ansioso te sigo,
Glorío y bendigo tu edad Infantil,
ocio de toda bendición del cielo^
Del mortal consuelo y empeño eficaz,
En tí la confianza desde hora ponemos:
Haced que alcancemos, do estás, un lugar,
allí en el empíreo, nuestra alma gloriosa,
Contigo dichosa, sin fin cantará
Preciosas coplitas, de elogios muy lidias,
Cual pueden apenas los hijos de Adán.
Chiquitita, los célicos Coros,
Tus grandes tesoros, tu Nombre y tu ser
Alaben por siempre; y el mundo entretanto
Tu angélico encanto, tu gracia y Niñez.

Concluido el Cántico se reza la Letanía de la Santísima Virgen, diciendo al fin: ¡Viva Joaquín! y ¡Viva Ana! Y se termina con la siguiente Oración:

¡Oh ancianos bienaventurados, Joaquín y Ana, únicos predilectos para el Espíritu Santo para dar a luz esta Arca de la nueva alianza! Por el encargo que tuvisteis para ser Padres de María y Abuelos del Salvador del mundo, nos congratulamos, y os pedimos humildemente, que ese. hechizo, ese encanto que fué el gozo de vuestros días, sea por vuestra intercesión la escala para subir a daros al empíreo, vista a vista, los parabienes y enhorabuenas que os debemos dar, con abundantes himnos y motetes de gloria. Amén.


AFECTOS

Patriarcas tan venturosos,
Índice son del amor,
Pe esta Divina lnfantita
Y de mi Dios y Señor.

¡O Joaquín! Padre amoroso,
Mas feliz que lodo Padre.;
Recréate, anciano glorioso,
En ese Paraíso hermoso
Con la Infantita mi Madre.

¡Oh mi Señora Santa Ana!
De Jesús Abuela, y mía,
Del cielo gran cortesana:
Recréate, feliz anciana,
En mi Infantita María.

LAUS DEO



No hay comentarios:

Publicar un comentario

ANOTACIONES

Al hablar sobre la piedad popular, es referirnos a aquellas devociones que antaño se hacían en nuestros pueblos y nuestras casas, cuando se...