viernes, 6 de julio de 2018

NOVENA A SAN LUIS DE TOLOSA






NOVENA A SAN LUIS DE TOLOSA, OBISPO
 SACADA A LA LUZ UN DEVOTO DEL SANTO


ACTO DE CONTRICIÓN
Señor mío Jesucristo, prenda de mi alma: Dios y Hombre verdadero, solo por ser Vos quien sois, tan bueno, tan amable, tan afable, por ser Vos mi Dios, mi Redentor, mi Salvador, y mi Señor amantísimo y porque os amo más que a mi vida, más que a mi alma, más que a todas las cosas criadas: Digo que me pesa de todo corazón, con toda mi alma con todas mis fuerzas haberte ofendido. Quisiera que todos los poros de mi cuerpo se convirtieran en fuentes de lágrimas para llorar mis enormes culpas, y que el corazón se me dividiera de pena por haber cometido contra tu bondad un pecado solo, por ser ofensa tuya. Tengo firme propósito, Dios mío, de nunca más ofenderos, aunque perdiera mil vidas, y aunque viviera un millón de años: no más ofenderte Señor, no más pecar. Compadeceos de mí según vuestra gran misericordia: y según la multitud de tus miseraciones, apartad tu rostro de mis pecados, y borra todas mis maldades con vuestra preciosísima Sangre, que fue derramada para remisión de los pecados. confío de vuestra infinita piedad, que me daréis gracia, y que por vuestra bondad me llevareis a la gloria, y cantaré vuestras misericordias eternamente. Amen.



ORACIÓN PARA TODOS LOS DÍAS
Excelentísimo y Gloriosísimo Padre San Luís, cuyo especioso nombre os denota Sol maravilloso que colocó el Altísimo en el Cielo de la Iglesia Militante, para comunicar celestiales luces de las Divinas Escrituras, y doctrinas sanas y engendrar con los ardientes rayos de amor de Dios, que ardía en vuestro nobilísimo pecho, ricos metales, y vistosas flores de. virtudes en la tierra de los corazones de tus devotos: luz que nació a ser claridad de su origen, siendo este fecundo mineral, ò Oriente de majestuosos, y brillantes resplandores: hermoso Pimpollo, que brotó à ser Corona de un Árbol, que es vuestra Genealogía, que no solo se corona de frutos, sino que da por frutos coronas, añadiéndose á Vos diademas de inmortales glorias sobre las temporales coronas de la tierra: Azucena mística por su pureza cándida, por su santidad flagrante: juventud anciana, en quien se admira una primavera, nada flores para la vanidad, todos frutos para la virtud y que en breve tiempo llenó muchos lustros de raras virtudes: majestad humilde, que cubrió con las cenizas del Sayal de nuestro Serafín Padre San Francisco las encendidas brasas de su Real Purpura: Príncipe en la inteligencia: Infante en la sencillez: Hombre Ángel, que vivió en carne como si fuese todo espíritu: Obispo Serafín, porque de celo, y amor Divino fue un incendio. A Vos Santo mío, que sois vernante Rosa de Divina Caridad, pide, y suplica postrado con rendimiento tu humilde devoto Siervo, os dignéis interceder con Dios para que merezca por vuestro valimiento, que se encienda mi voluntad en el Divino amor: A vos Ínclito Padre mío, que sois Lirio de virginidad, que exhaláis honestísimos alores de pureza, os pido me la alcancéis del Señor, que se alimenta en el huerto de azucenas purísimas; A Vos que sois estrella Refulgentísima  y fija del firmamento de la Gloría, os suplico, y ruego me consigáis luz del Cielo, para que acierte con las sendas seguras de la Eterna Bienaventuranza: A Vos amoroso Padre mío que sois vaso de santidad, interpone mi devoto afecto, para que me alcancéis de su Majestad, me constituya en el dichoso número de sus escogidos. Merezca yo, Patrón, y Abogado mío, ofrezcáis al Señor mis humildes ruegos, y que sean aceptables, y bien oídas mis peticiones, mediante vuestro elevado patrocinio, si han de ser a mayor gloria de Dios, y conformes a su santísimo beneplácito. Amen.



DIA PRIMERO
Glorioso Protector mío San Luís, que, inspirado del Divino Espíritu, supiste descender del monte eminentísimo de las estimaciones, y Reales aplausos de la tierra al valle profundo de la humildad, y negación de Vos mismo, hecho perfecto imitador del Rey Soberano, que del monte de la Gloria descendió al limo del profundo de nuestra tierra para universal remedio de las gentes: Suplícote, Santo mío, por esta excelencia que te hizo tan elevado en el Reyno de Dios y por los demás dones, y gracias que recibiste de su infinita liberalidad, me alcancéis del Señor con vuestro poderoso ruego, aparte de mí el amor al mundo, y à sus vanidades y que descendiendo yo al conocimiento de mi nada, solo ame a Dios que da a sus fieles siervos dulzura, Reyno y corona eterna: y juntamente el favor, y gracia que os pido en esta Novena, si es agradable al Señor. Amen.
Después se dicen los gozos que están a continuación:


Quien es este que entre flores
Es Azucena en su Cuna
Es Luis y que à Sol, y Luna
Admiran sus resplandores.

De ilustres Reyes nacido,
Con Santos emparentado.
De la hermosura dechado.
De la gracia poseído:
Luz que alumbra en el partido,
Y -Cielo de los Menores.

El Joseph en continencia.
El Moisés en la piedad,
David en severidad,
y Salomón en la ciencia:
El Juan en la Penitencia,
Y Jacob campo de olores.

Como bálsamo oloroso,
Como la Palma encumbrado,
Como la Vid fructuoso,
Como Plátano agraciado,
Como Proteo endiosado.
Con variedad de colores.

Es oro entre los metales.
Es un Sol entre los Soles,
Nube de las Celestiales,
Bordada con arreboles;
Fuente de muchos canales,
Y Vino entre los licores.

Cual Carbunclo entre las piedras
Preciosas, cual Lirio hermoso,
Y como Nardo oloroso,
Que da divinos Aromas,
Es la Flor de tres coronas,
Y es la Rosa flor de flores.

El elegido entre miles.
Aplaudido en los Cantares,
El mejor de los Achiles,
El huerto de amenidades,
Etna de fogosidades,
Zarza de puros ardores.

El Esdras que penetró
Las Sagradas Escrituras,
El Iris que serenó
Las conciencias más obscuras,
El Rayo que quebrantó
Diamantinos Corazones.

Astro benigno que da
Feliz parto a las mujeres.
Es el maná que se ha
A querer de los quereres;
El que, como claro está.
Libra de todos dolores.

Azote de los herejes,
Asilo de pecadores.
El Santo de los favores,
Y que llena todas preces.
El que ha muerto muchas veces
A Venus, y à sus Cultores:

Vergilías à porfía
lucen en su Cielo hermoso,
con todas gracias gracioso,
que alista su compañía;
y por eso yo decía,
que el Santo de los fulgores:

L/:  Ruega por nosotros ¡Oh Padre San Luis!
R/: Para que seamos dignos de las promesas de Cristo

ORACIÓN: Concédenos, Dios todopoderoso, que imitemos el ejemplo de san Luis, obispo, que antepuso el reino de los cielos al poder temporal y, como él se distinguió en la virtud de la castidad y en el amor a los pobres, así nosotros usemos debidamente de las cosas de este mundo para ganar el cielo. Por nuestro Señor Jesucristo.



SEGUNDO DIA
Piadoso Padre mío, Señor San Luís, qué encendido en llamas de caridad, servías personalmente, y de rodillas à los pobres de Cristo, con tanto deleite como si sirvieses al mismo Señor del Cielo os ruego humildemente, Santo mío, uséis de vuestra piedad y misericordia conmigo, que habiendo disipado la substancia de la Divina gracia por la culpa, me hallo pobre, y desvalido: más ahora reconociendo mis yerros, y desaciertos, recurro à vuestro patrocinio interponiendo vuestra intercesión con Dios, para que me reciba à lo menos en el número de sus Jornaleros ya que no soy digno de llamarme hijo suyo y que me haga participante de las celestiales migajas, que caen de la soberana mesa, que edificó la eterna Sabiduría: os pido, Padre mío, me alcancéis la pobreza de espíritu, y virtud de la misericordia junto con la gracia que espero conseguir en esta Novena. Amen.



TERCERO DIA
Amantísimo Padre mío San Luís, por el amor tan excelente, que tuviste al Señor, del cual te nacía amar, y ejercitar con tanta perfección las virtudes de la mortificación, y penitencia, os suplico me alcancéis del Cielo ferviente deseo, y eficaz resolución à esas virtudes, para que mortificando mi cuerpo y sujetando las rebeldías de la carne, viva ésta rendida al dulce imperio de la razón y del espíritu: y según sus leyes viva yo retirado del bullicio del mundo, huyendo el plato del mortal veneno de la murmuración, y deslices de la lengua. Juntamente os pido me otorguéis la gracia que espero en esta Novena. Amen.


CUARTO DIA
Purísimo Padre San Luís, que Basilisco Celestial contra la lujuria matabas à esta infernal bestia con solo mirarla, por tu Divina candidez y pureza, que te hizo vistosísima Azucena de Dios, colocada en los Altares para la admiración, ejemplo, y provecho de los hombres, te ruego logre yo Santo mío, el favor de que pongáis en mí la vista con el deseado feliz efecto de matar al Demonio Asmodeo de la impureza, y enfriar los desordenados deseos de la carne rebelde, Ángel de Satanás, que estimula y acocea, alterando las serenidades de la razón, y causa abominables imaginaciones: y asimismo me concedáis la especial gracia, que con confianza os pido en esta Novena. Amen.



QUINTO DIA
Religiosísimo Padre San Luís, que cual Moisés, en comercio con el Señor, en el monte de la altísima contemplación, era tu sustento el Divino coloquio, dando tu rostro testimonio de los refulgores que bañaban tu alma; por los consuelos, y favores que de Dios recibiste, te suplico, Abogado mío, merezca yo mediante tu ruego, subir al Monte eterno de la Gloria, donde sea testigo de vista de tus admirables transfiguraciones y mientras durare este destierro, camine tu siervo los estadios de la perfección, subiendo por las cuestas ásperas de la penitencia, y por las vías de las virtudes todas; y asimismo la gracia, y particular merced que espero conseguir en esta Novena. Amen.



SEXTO DIA
Celosísimo Padre mío S. Luis, que de la rica mina de las Escrituras Sagradas sacabas abundantes caudales de Celestial doctrina con que dotabas tu entendimiento, y enriquecías à las Almas Cristianas: os pido Santo glorioso por el ardiente Divino celo, que ardía en tu pecho, me alcances instrucción à mi rudeza, dándome à entender la saludable sabiduría para provecho de mi alma, y luz de las Almas redimidas: y asimismo la particular gracia, y favor que os suplico en esta Novena, si es para gloria de Dios. Amen.



SEPTIMO DIA
Milagrosísimo Padre San Luís, cuyo poder comunicado de obrar portentos, y maravillas, se descubrió, y siempre se manifiesta en los felices efectos que sienten tus devotos: suplícote, Santo mío, que consigas que resucite mi alma de la muerte de la culpa à la verdadera vida de la gracia, en la cual persevere hasta el fin de este destierro para que os agradezca este beneficio en la eterna Patria: y juntamente alcanzadme el favor que os pido en esta Novena, si es à gloría de Dios nuestro Sr. Amen.



OCTAVO DIA
Poderoso Padre mío San Luís, cuyo favor experimentan tus devotos à quienes sacas de los últimos riesgos de la vida à tus pies está postrado tu humilde Siervo, constituido en muchos peligros de perder no solo la vida del cuerpo, sino también la del alma, por la fiera invasión del Oso infernal del vicio: y pues sois tan favorecedor, y poderoso, merezca yo por tu intercesión, ser librado del peligro especialmente de perder la gracia, saliendo triunfante de mis enemigos capitales mundo, demonio, y carne y juntamente la gracia que os pido en esta Novena. Amen.



NOVENO DIA
Graciosísimo Padre mío San Luís, cándido, y rubicundo elegido entre millares, y el más florido, y especioso Lirio del Valle místico de la Religión de N. Padre San Francisco, más resplandeciente que el Sol, y en quien como en Cielo de Dios se hallan juntas las siete Vergilias, comunicando milagrosos destellos de Celestiales luces: os pido Santo mío, por todas las gracias, favores, prerrogativas y dones que tan vistosamente os adornan, y hacen singular entre los amigos de Dios, me concedáis viva yo a tu imitación, hecho verdadero devoto tuyo, y como à tal me miréis, asegurándome en tu poderosísima tutela, defendiéndome de mis enemigos ahora y en la hora de mi muerte: y asimismo, el favor que os tengo pedido en esta Novena, à mayor gloria de Dios Eterno, que vive, y reina por todos los siglos de los siglos. Amen.


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