NOVENA A SAN LUIS DE TOLOSA, OBISPO
SACADA A LA LUZ UN DEVOTO DEL SANTO
ACTO DE CONTRICIÓN
Señor mío Jesucristo,
prenda de mi alma: Dios y Hombre verdadero, solo por ser Vos quien sois, tan
bueno, tan amable, tan afable, por ser Vos mi Dios, mi Redentor, mi Salvador, y
mi Señor amantísimo y porque os amo más que a mi vida, más que a mi alma, más
que a todas las cosas criadas: Digo que me pesa de todo corazón, con toda mi
alma con todas mis fuerzas haberte ofendido. Quisiera que todos los poros de mi
cuerpo se convirtieran en fuentes de lágrimas para llorar mis enormes culpas, y
que el corazón se me dividiera de pena por haber cometido contra tu bondad un
pecado solo, por ser ofensa tuya. Tengo firme propósito, Dios mío, de nunca más
ofenderos, aunque perdiera mil vidas, y aunque viviera un millón de años: no
más ofenderte Señor, no más pecar. Compadeceos de mí según vuestra gran
misericordia: y según la multitud de tus miseraciones, apartad tu rostro de mis
pecados, y borra todas mis maldades con vuestra preciosísima Sangre, que fue
derramada para remisión de los pecados. confío de vuestra infinita piedad, que
me daréis gracia, y que por vuestra bondad me llevareis a la gloria, y cantaré
vuestras misericordias eternamente. Amen.
ORACIÓN PARA TODOS LOS DÍAS
Excelentísimo
y Gloriosísimo Padre San Luís, cuyo especioso nombre os denota Sol maravilloso
que colocó el Altísimo en el Cielo de la Iglesia Militante, para comunicar
celestiales luces de las Divinas Escrituras, y doctrinas sanas y engendrar con
los ardientes rayos de amor de Dios, que ardía en vuestro nobilísimo pecho,
ricos metales, y vistosas flores de. virtudes en la tierra de los corazones de tus
devotos: luz que nació a ser claridad de su origen, siendo este fecundo
mineral, ò Oriente de majestuosos, y brillantes resplandores: hermoso Pimpollo,
que brotó à ser Corona de un Árbol, que es vuestra Genealogía, que no solo se
corona de frutos, sino que da por frutos coronas, añadiéndose á Vos diademas de
inmortales glorias sobre las temporales coronas de la tierra: Azucena mística
por su pureza cándida, por su santidad flagrante: juventud anciana, en quien se
admira una primavera, nada flores para la vanidad, todos frutos para la virtud y
que en breve tiempo llenó muchos lustros de raras virtudes: majestad humilde,
que cubrió con las cenizas del Sayal de nuestro Serafín Padre San Francisco las
encendidas brasas de su Real Purpura: Príncipe en la inteligencia: Infante en
la sencillez: Hombre Ángel, que vivió en carne como si fuese todo espíritu:
Obispo Serafín, porque de celo, y amor Divino fue un incendio. A Vos Santo mío,
que sois vernante Rosa de Divina Caridad, pide, y suplica postrado con
rendimiento tu humilde devoto Siervo, os dignéis interceder con Dios para que
merezca por vuestro valimiento, que se encienda mi voluntad en el Divino amor:
A vos Ínclito Padre mío, que sois Lirio de virginidad, que exhaláis
honestísimos alores de pureza, os pido me la alcancéis del Señor, que se
alimenta en el huerto de azucenas purísimas; A Vos que sois estrella Refulgentísima y fija del firmamento de la Gloría, os
suplico, y ruego me consigáis luz del Cielo, para que acierte con las sendas
seguras de la Eterna Bienaventuranza: A Vos amoroso Padre mío que sois vaso de
santidad, interpone mi devoto afecto, para que me alcancéis de su Majestad, me
constituya en el dichoso número de sus escogidos. Merezca yo, Patrón, y Abogado
mío, ofrezcáis al Señor mis humildes ruegos, y que sean aceptables, y bien
oídas mis peticiones, mediante vuestro elevado patrocinio, si han de ser a
mayor gloria de Dios, y conformes a su santísimo beneplácito. Amen.
DIA
PRIMERO
Glorioso
Protector mío San Luís, que, inspirado del Divino Espíritu, supiste descender
del monte eminentísimo de las estimaciones, y Reales aplausos de la tierra al valle
profundo de la humildad, y negación de Vos mismo, hecho perfecto imitador del
Rey Soberano, que del monte de la Gloria descendió al limo del profundo de
nuestra tierra para universal remedio de las gentes: Suplícote, Santo mío, por
esta excelencia que te hizo tan elevado en el Reyno de Dios y por los demás dones,
y gracias que recibiste de su infinita liberalidad, me alcancéis del Señor con
vuestro poderoso ruego, aparte de mí el amor al mundo, y à sus vanidades y que
descendiendo yo al conocimiento de mi nada, solo ame a Dios que da a sus fieles
siervos dulzura, Reyno y corona eterna: y juntamente el favor, y gracia que os
pido en esta Novena, si es agradable al Señor. Amen.
Después
se dicen los gozos que están a continuación:
Quien
es este que entre flores
Es
Azucena en su Cuna
Es
Luis y que à Sol, y Luna
Admiran
sus resplandores.
De
ilustres Reyes nacido,
Con
Santos emparentado.
De
la hermosura dechado.
De
la gracia poseído:
Luz
que alumbra en el partido,
Y
-Cielo de los Menores.
El
Joseph en continencia.
El
Moisés en la piedad,
David
en severidad,
y
Salomón en la ciencia:
El
Juan en la Penitencia,
Y
Jacob campo de olores.
Como
bálsamo oloroso,
Como
la Palma encumbrado,
Como
la Vid fructuoso,
Como
Plátano agraciado,
Como
Proteo endiosado.
Con
variedad de colores.
Es
oro entre los metales.
Es
un Sol entre los Soles,
Nube
de las Celestiales,
Bordada
con arreboles;
Fuente
de muchos canales,
Y
Vino entre los licores.
Cual
Carbunclo entre las piedras
Preciosas,
cual Lirio hermoso,
Y
como Nardo oloroso,
Que
da divinos Aromas,
Es
la Flor de tres coronas,
Y
es la Rosa flor de flores.
El
elegido entre miles.
Aplaudido
en los Cantares,
El
mejor de los Achiles,
El
huerto de amenidades,
Etna
de fogosidades,
Zarza
de puros ardores.
El
Esdras que penetró
Las
Sagradas Escrituras,
El
Iris que serenó
Las
conciencias más obscuras,
El
Rayo que quebrantó
Diamantinos
Corazones.
Astro
benigno que da
Feliz
parto a las mujeres.
Es
el maná que se ha
A
querer de los quereres;
El
que, como claro está.
Libra
de todos dolores.
Azote
de los herejes,
Asilo
de pecadores.
El
Santo de los favores,
Y
que llena todas preces.
El
que ha muerto muchas veces
A
Venus, y à sus Cultores:
Vergilías
à porfía
lucen
en su Cielo hermoso,
con
todas gracias gracioso,
que
alista su compañía;
y
por eso yo decía,
que
el Santo de los fulgores:
L/: Ruega por nosotros ¡Oh Padre San Luis!
R/:
Para que seamos dignos de las promesas de Cristo
ORACIÓN: Concédenos,
Dios todopoderoso, que imitemos el ejemplo de san Luis, obispo, que antepuso el
reino de los cielos al poder temporal y, como él se distinguió en la virtud de
la castidad y en el amor a los pobres, así nosotros usemos debidamente de las
cosas de este mundo para ganar el cielo. Por nuestro Señor Jesucristo.
SEGUNDO
DIA
Piadoso
Padre mío, Señor San Luís, qué encendido en llamas de caridad, servías
personalmente, y de rodillas à los pobres de Cristo, con tanto deleite como si
sirvieses al mismo Señor del Cielo os ruego humildemente, Santo mío, uséis de
vuestra piedad y misericordia conmigo, que habiendo disipado la substancia de la
Divina gracia por la culpa, me hallo pobre, y desvalido: más ahora reconociendo
mis yerros, y desaciertos, recurro à vuestro patrocinio interponiendo vuestra
intercesión con Dios, para que me reciba à lo menos en el número de sus Jornaleros
ya que no soy digno de llamarme hijo suyo y que me haga participante de las
celestiales migajas, que caen de la soberana mesa, que edificó la eterna
Sabiduría: os pido, Padre mío, me alcancéis la pobreza de espíritu, y virtud de
la misericordia junto con la gracia que espero conseguir en esta Novena. Amen.
TERCERO
DIA
Amantísimo
Padre mío San Luís, por el amor tan excelente, que tuviste al Señor, del cual
te nacía amar, y ejercitar con tanta perfección las virtudes de la mortificación,
y penitencia, os suplico me alcancéis del Cielo ferviente deseo, y eficaz
resolución à esas virtudes, para que mortificando mi cuerpo y sujetando las
rebeldías de la carne, viva ésta rendida al dulce imperio de la razón y del espíritu:
y según sus leyes viva yo retirado del bullicio del mundo, huyendo el plato del
mortal veneno de la murmuración, y deslices de la lengua. Juntamente os
pido me otorguéis la gracia que espero en esta Novena. Amen.
CUARTO
DIA
Purísimo
Padre San Luís, que Basilisco Celestial contra la lujuria matabas à esta
infernal bestia con solo mirarla, por tu Divina candidez y pureza, que te hizo vistosísima
Azucena de Dios, colocada en los Altares para la admiración, ejemplo, y
provecho de los hombres, te ruego logre yo Santo mío, el favor de que pongáis en
mí la vista con el deseado feliz efecto de matar al Demonio Asmodeo de la impureza, y enfriar los desordenados deseos de la carne rebelde, Ángel de Satanás, que estimula y
acocea, alterando las serenidades de la razón, y causa abominables imaginaciones: y asimismo me
concedáis la especial gracia, que
con confianza os pido en esta Novena.
Amen.
QUINTO DIA
Religiosísimo
Padre San Luís, que cual Moisés, en comercio con el Señor, en el monte de la
altísima contemplación, era tu sustento el Divino coloquio, dando tu
rostro testimonio de los refulgores que bañaban tu alma; por los consuelos, y
favores que de Dios recibiste, te suplico, Abogado mío, merezca yo mediante tu
ruego, subir al Monte eterno de la Gloria, donde sea testigo de vista de tus
admirables transfiguraciones y mientras durare este destierro, camine tu siervo
los estadios de la perfección, subiendo por las cuestas ásperas de la
penitencia, y por las vías de las virtudes todas; y asimismo la gracia, y
particular merced que espero conseguir en esta Novena. Amen.
SEXTO
DIA
Celosísimo
Padre mío S. Luis, que de la rica mina de las Escrituras Sagradas sacabas
abundantes caudales de Celestial doctrina con que dotabas tu entendimiento, y
enriquecías à las Almas Cristianas: os pido Santo glorioso por el ardiente
Divino celo, que ardía en tu pecho, me alcances instrucción à mi rudeza,
dándome à entender la saludable sabiduría para provecho de mi alma, y luz de las
Almas redimidas: y asimismo la particular gracia, y favor que os suplico en
esta Novena, si es para gloria de Dios. Amen.
SEPTIMO
DIA
Milagrosísimo
Padre San Luís, cuyo poder comunicado de obrar portentos, y maravillas, se descubrió,
y siempre se manifiesta en los felices efectos que sienten tus devotos:
suplícote, Santo mío, que consigas que resucite mi alma de la muerte de la
culpa à la verdadera vida de la gracia, en la cual persevere hasta el fin de
este destierro para que os agradezca este beneficio en la eterna Patria: y juntamente
alcanzadme el favor que os pido en esta Novena, si es à gloría de Dios nuestro
Sr. Amen.
OCTAVO
DIA
Poderoso
Padre mío San Luís, cuyo favor experimentan tus devotos à quienes sacas de los
últimos riesgos de la vida à tus pies está postrado tu humilde Siervo, constituido
en muchos peligros de perder no solo la vida del cuerpo, sino también la del
alma, por la fiera invasión del Oso infernal del vicio: y pues sois tan
favorecedor, y poderoso, merezca yo por tu intercesión, ser librado del peligro
especialmente de perder la gracia, saliendo triunfante de mis enemigos capitales
mundo, demonio, y carne y juntamente la gracia que os pido en esta Novena.
Amen.
NOVENO
DIA
Graciosísimo
Padre mío San Luís, cándido, y rubicundo elegido entre millares, y el más
florido, y especioso Lirio del Valle místico de la Religión de N. Padre San
Francisco, más resplandeciente que el Sol, y en quien como en Cielo de Dios se
hallan juntas las siete Vergilias, comunicando milagrosos destellos de Celestiales
luces: os pido Santo mío, por todas las gracias, favores, prerrogativas y dones
que tan vistosamente os adornan, y hacen singular entre los amigos de Dios, me concedáis
viva yo a tu imitación, hecho verdadero devoto tuyo, y como à tal me miréis,
asegurándome en tu poderosísima tutela, defendiéndome de mis enemigos ahora y
en la hora de mi muerte: y asimismo, el favor que os tengo pedido en esta
Novena, à mayor gloria de Dios Eterno, que vive, y reina por todos los siglos
de los siglos. Amen.
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