SALUTACIÓN A MARÍA SANTÍSIMA
EN MEMORIA
DE SUS SIETE ALEGRÍAS DURANTE SU VIDA MORTAL
Oh Virgen inmaculada,
Del paraíso delicia,
Dignaos serme propicia:
A mi alma desconsolada
Alentad, Virgen
sagrada:
Y por vuestros gozos
santos
Libradme de eternos
llantos:
Dadme victoria en la
guerra
Con que el demonio me
aterra,
Y en la que ha vencido
a tantos.
¡Oh María llena de gozo en la Anunciación del
Ángel! haced que este devoto celebre con
júbilo la inefable dicha que tenéis de ser Madre del mismo Dios. Ave
María.
Grande fué, Virgen
sagrada,
La alegría que
tuvisteis,
Cuando en Nazaret
oísteis
Del Arcángel la
embajada:
Con gozo os visteis
llamada,
Oh Virgen, de gracia
llena:
Yo os doy grata
enhorabuena,
Al ver que, según
Gabriel,
Virgen Madre sois de
Aquel
Que destierra culpa y
pena.
¡Oh María, llena de gozo en vuestra visitad santa
Elizabet! haced que este devoto sepa imitar las machas virtudes que nos
enseñasteis en aquella ocasión. Ave María.
Del Rey y Señor del
cielo
Al vero madre, o
Señora,
Placentera y
bienhechora,
Cual ave con raudo
vuelo,
Volasteis a dar
consuelo
A vuestra prima Isabel,
De quien os dijo
Gabriel,
Que en sus entrañas
llevaba
Al que Dios
predestinaba
Por precursor de
Emanuel.
¡Oh María llena de gozo en el parto! haced que
este devoto alabe con todas las criaturas la prodigiosa unión de vuestra
Maternidad con la Virginidad que nunca perdisteis. Ave María.
Oh siempre virgen
María,
¡Bella Madre del Dios
Hijo!
Cuan celestial
regocijo,
Gozo, placer y alegría
A vuestra alma inundaría
En el dichoso momento,
En el que sin
detrimento
De la pureza, a luz
disteis
Al que pura
concebisteis
Con milagroso portento.
¡Oh María llena de gozo en la Adoración de los
santos Reyes! haced que este devoto con el beneplácito de vuestro santísimo
Hijo, os ofrezca también de buena voluntad su corazón. Ave María.
Una estrella nuevamente
Bellísima ha aparecido,
Que el corazón ha
movido
De los Beyes del
Oriente:
Muy apresuradamente
Gaspar, Melchor,
Baltasar
Vienen con gozo a
adorar
Al Hijo a quien Vos
tenéis
En los brazos, y a
quien veis
Oro, incienso y mirra
dar.
¡Oh María, llena de gozo cuando a vuestro unigénito Hijo
le hallasteis entre los doctores! haced que este devoto no le pierda nunca:
antes bien le halle siempre en el templo santo, en el sacramento de la
Penitencia y en el maravilloso de su divino Cuerpo y Sangre. Ave
María.
Tras nocturna oscuridad
Mas bello es el sol del
día:
Y así para Vos, María,
Tras la cruda tempestad
Brilló con más claridad
Jesús, sol bello y
divino,
Que á alumbrar el mundo
vino;
Al cual en el templo
hallasteis,
Y antes ausente
llorasteis
Sin consuelo en el
camino.
¡Oh María, llena de gozo en la Resurrección
gloriosa de vuestro dulcísimo Hijo! Haced que este devoto resucite de su vida
tibia é imperfecta a una vida santa y fervorosa. Ave María.
Si cual fué vuestro
dolor,
Fué vuestro gozo, o
María;
No hubo en el mundo
alegría,
Ni menos la habrá
mayor,
Que aquella con que el
Señor
Allá en su Resurrección
Con manifiesta visión
Terminando vuestro
duelo,
Os llenara de consuelo
Con su alegre
aparición.
¡Oh María, llena de gozo en la admirable Ascensión de
vuestro Hijo! haced que este devoto more continuamente con El y con Vos en los
cielos, ofreciéndoos de corazón todas sus potencias y sentidos. Ave María.
Y quien podrá comprender
El gozo que Vos
tuvisteis,
Cuando el Hijo de Dios
visteis
Los aires alegres
hender,
Y al alto Empíreo
ascender
Para allí alegre
reinar,
Y a los santos coronar
Que habiendo su ley
guardado,
A Vos de virtud dechado
Han procurado imitar.
SALUTACIÓN A MARÍA SANTÍSIMA
EN MEMORIA DE SUS SIETE ALEGRÍAS QUE TIENE EN LA GLORIA
¡Oh María, me gozo con Vos de que
después de la santísima Trinidad y de la Humanidad sacrosanta de vuestro Hijo
tengáis una honra la más preeminente, superior a la de toda otra criatura! ¡ojalá
que os alaben todos los seres por tanta dignidad! Ave María.
En el cielo coronada
Ya os veis ¡o virgen
María!
Sin cotejo es la
alegría,
Con que sois de Dios
honrada,
Y eternamente exaltada
Sobre toda criatura.
Yo os tributo, o Virgen
pura,
Mil alegres parabienes
A mi alma llenad de
bienes,
Dadnos paz, gozo y
ventura.
¡Oh María, me gozo con Vos, de que con la aureola de
vuestra intemerada Virginidad os aventajáis a todos los coros de los Ángeles y
Santos! ¡ojalá que yo en la gloria juntamente con ellos pueda alabar con júbilo
inmortal esta vuestra preeminencia! Ave María.
Dice un santo
esclarecido,
Que a los justos en
piedad
Y al ángel en puridad
Habéis, Señora,
excedido.
Por esto gozo cumplido
Gozáis en la eterna
Sion,
En cuya bella mansión
Dios de la pureza
amante
Os dió aureola
brillante
En vuestra coronación.
¡O María, me gozo con Vos, de que la luz de vuestra
gloria sea tan grande, que como segundo sol ilustra toda la Corte celestial!
¡ojalá que ilumine también a todos los mortales con una luz tan preciosa! Ave
María.
Espejo de santidad,
Santa María, sois Vos,
Y después de la de Dios
Vuestra excelsa caridad
Jamás tuvo paridad:
Por esto de Dios amada,
Gloria muy aventajada
Tenéis, divina Señora,
A quien cielo y tierra
adora
Por su Reina
inmaculada.
¡Oh María, me gozo con Vos de que todos los
bienaventurados os veneren como a Madre de Dios! ¡ojalá que como Madre de Dios
y madre nuestra os veneremos también todos los cristianos. Ave María.
Madre de Dios sois,
Señora,
Y querida madre mía;
Por madre de Dios,
María,
Todo el Empíreo os
adora:
No tenéis competidora
En tan alta dignidad;
Pues vuestra maternidad
Sobre toda criatura
Os eleva, Virgen pura,
Con casta fecundidad.
¡O María, me gozo con Vos de que vuestro Hijo os
haya concedido el poder alcanzar cuanto le pidáis! ¡ojalá que nos alcancéis
verlo a él y a Vos en la mansión de la gloria! Ave María.
¡Oh Virgen bella sin
par!
Nuestro Dios, vuestro
Hijo amado,
Liberal os ha otorgado
Una gracia singular:
Y es la de poder lograr
Cuanto le pidiereis
Vos.
Alcanzadnos, pues, de
Dios,
Subir ¡oh Madre
amorosa!
A la morada dichosa,
Donde os alabe a los
dos.
¡O María, me gozo con Vos, de que viviendo en el mundo os
fué concedida una gracia singularísima, y de que a vuestros devotos les tiene
vuestro Hijo aparejada muy colmada gloria! ¡ojalá que pertenezcamos todos a ese
dichoso número de vuestros devotos! Ave María.
Dicen los santos
Doctores,
Que la devoción
sincera,
Fiel, constante y
verdadera
A Vos, a vuestros
loores,
Gozos, glorias y
dolores,
Para el alma temerosa
Es señal nada dudosa
De la predestinación:
Dadme, pues, la
devoción
Que haga a mi alma
dichosa.
¡Oh María, me gozo con Vos, de que vuestra honra y gloria
cada día vaya creciendo y crezca hasta el día del juicio! ¡ojalá que también nosotros
tengamos el dulce consuelo de aumentarla! Ave María.
Eternamente loado
De todo querube y
hombre
Sea vuestro santo
nombre,
Y por todos respetado,
Y siempre glorificado:
A Vos toda criatura
Os alabe, Virgen pura;
Y todos siempre os amemos,
Y después con Vos
gocemos
Gloria en la
celeste altura.
ORACIÓN
Omnipotente y eterno Dios, que enriquecisteis a mi
dulcísima madre, la santísima virgen María, con gracias singulares, y la
colmasteis de gozos inefables, conceded a los que con devoción celebramos
aquellas gracias y gozos, que tengamos por último el consuelo de gozar
eternamente de Vos, en su amable compañía, en las inefables delicias de la
gloria. Interceded, Reina soberana, pues que os lo pido por aquellas mismas
gracias y glorias, á Vos que sois Madre dulcísima de Jesús y mía ¡o amabilísima
María! Amen.
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