viernes, 19 de julio de 2019

QUINCE MARTES A SANTO DOMINGO



DEVOCIÓN DE LOS QUINCE MARTES 
AL 
QUERÚBICO PADRE Y PATRIARCA SANTO DOMINGO DE GUZMÁN

Fundador del Sagrado Orden de Predicadores, especialísimo Abogado de alcanzar para sus devotos la penitencia final en la hora de la muerte: Para alcanzar fecundidad las estériles: Para con seguir por su medio sanidad de todo género en enfermedades, particularmente de calenturas: y finalmente Asilo seguro para hallar todo bien.

COMPUESTO POR UN DEVOTO HIJO DE SU RELIGIÓN.
SAN LUIS POTOSÍ

Reimpresa en la Imp. de Dávalos, calle de San Francisco núm. 3.


MARTES PRIMERO
Contempla aquí, alma mía, el amor que Dios nos tuvo, pues por librarnos de la esclavitud del pecado quiso vestir muestra humana naturaleza. Considera cuan preciosa es la humildad, pues esta miró en María para tomar carne en sus entrañas purísimas. Agradece, alma mía, tan alto beneficio, y deseando ser humilde, reza una parte del rosario a la Santísima Virgen. 


FLORES
Dios te salve Domingo Santísimo.
Gloria del mundo.
Hermosura y honor de todo el Orbe.
Estrella nueva.
Y del cielo y la tierra soberano misterio,
Ángel que por medio del cielo volabas.
Dios te salve espejo claro de la salud humana.


SOLILOQUIO
¡Oh luz de la universal Iglesia, dada al mundo para su hermosura y gloria Anunciado fuiste ¡oh Padre dulcísimo con la visión maravillosa que tuvo su santa Madre del Cachorrillo que veía en sus entrañas con una ardiente hacha y brillante antorcha que alumbraba y encendía todo el orbe. También anunció de tí Santo Domingo de Silos apareciendo y visitando a tu Madre santa. Y aun los mismos cielos anunciaron al mundo lo brillante y fogoso de tu luz, adornados de tres soles que se vieron juntos. Compadécete, Padre amantísimo, de la ceguedad y tibieza con que sirvo a Dios, negocia para mí la luz celestial, y una viva centella de amor divino para que en adelante sirva al Señor con espíritu fervoroso. Amén. Ave María



ORACIÓN FINAL
Poderosísima Reina y Señora de los Ángeles, amparo de pecadores, refugio universal de los hombres: recibe, Señora, este Rosario y especial elogio de tu querido Hijo y adorado Padre mío Santo Domingo, hijo de tu especialísima adopción, Capellán y Apóstol tuyo, y de tu Santísimo Rosario el más especial promulgador; perdona, Señora, la tibieza con que lo hago para que pueda arrepentirme de mis pecados y sepa decirle con todo mi corazón: Dulcísimo Jesús, Dios de misericordias, por ser quién eres y porque te amo y debo amar sobre todas las cosas me pesa de haberte ofendido, misericordia Señor y dame gracia para servirte y amarte eternamente Amén.








MARTES SEGUNDO
Considera él deseo que tenía Cristo nuestro bien de curarnos del pecado original, pues apenas fué concebido cuando movió a su Santísima Madre para que lo llevase con presteza a la casa del Bautista, quien con su vista quedó luego libre de la culpa y celebró la gracia dando saltos de gozo en el vientre de su Madre. Desea tú, alma mía, la salud y visita del Salvador para que te deje sana de tus culpas y defectos, tomando por medio a María Santísima, rezándole devotamente su rosario. Ave María


FLORES
Dios te salve Santísimo Domingo.
De cristo nuestro bien lucerna hermosa.
De los justos alegría.
Segundo precursor.
Del Santísimo Rosario inventor dichoso.
De Cristo y de su Madre amador grande.
Dios te salve de las almas celosisimo.


SOLILOQUIO
¡Oh querido Hijo de la más dulce adopción de la Virgen María la cual tomando una vez tu mano pasó a expresar su cariño materno con aquel tan encarecida hipérbole cual fué decir: No, no podría estar sin tu presencia, en memoria, si en carne mortal viviese. (B. Alano orat. 12.) Esta misma Señora visitó a tu Santa Madre en su parto, y después te vistió y regaló varias veces: ya cuando te reveló y encargó predicases su Rosario, franqueándote entonces el néctar de sus virginales pechos, ya trayéndonos el hábito que gustaba vistiesen los de tu orden, que es el que hoy vestimos; ya visitando a tus espirituales hijos en el dormitorio; ya trayéndote cuando estabas enfermo, la comida, dándote con sus virginales manos en tu misma boca el alimento. Visita, pues mi alma, padre amantísimo, por esos tan tiernos favores que de María recibiste, recreando mi espíritu en todos sus desconsuelos y trabajos. Amén. Ave María. 








MARTES TERCERO
Considera la pobreza y desabrigo con que por nuestro amor quiso nacer; el gozo y devotos afectos con que lo tomó y adoró su Santísima Madre; el alborozo de los Ángeles que cantaban: Paz en la tierra y la sencillez y devoción con que le adoraron los pastores. Ama, alma mía, la pobreza; busca la paz que publicaron los ángeles, y adora con rendido corazón a tu Dios, poniendo por tu intercesora á María Santísima rezándola devotamente su rosario. Ave María.


FLORES
Dios te salve Domingo Santísimo,
De delicias huerto hermoso.
Ejemplar de religión.
Prodigio del Cielo,
Lleno de todos los bienes.
Diseño de las costumbres.
Granero de las gracias.
Dios te salve claro en la pureza de tu vida
Angelical.


SOLILOQUIO
Alégrome, Padre dulcísimo, de tu singular dicha mereciendo nacer en los brazos de la Santísima Virgen. Gózome de que luego después de bautizado te apareciste a la Matrona que te sacó de pila con una estrella en la frente, cuyos rayos se esparcían por todo el mundo, queriendo el Padre Celestial por medio de una estrella manifestarte al mundo, como por otra manifestó a su hijo natural
recién nacido. Seas, pues, para mí, estrella de consuelo y norte para que con tu luz dirija mis pasos hacia el puerto de la salud eterna, Amén, Ave María.







MARTES CUARTO
Considera como cumplidos los cuarenta días del parto llevó María a su hijo Jesús al Templo de Jerusalén, donde se presentó según mandaba la ley. Pondera esta humildad pues cumple con ley que no le tocaba, pues era más limpia y pura que el sol. Mírate bien, alma mía, y veras cuanta necesidad tienes de purificarte. Clama a la Virgen y reza su rosario.


FLORES
Dios te salve Santísimo Domingo.
Rico en pureza de vida.
Suma de la Ley, y de la Justicia norma.
Magisterio de la vida.
Apoteca de fragantes aromas.
Ejemplo de castidad,
Dios te salve de la Iglesia gloria.


SOLILOQUIO
¡Oh viva hostia y prenda preciosa que dio Cristo a la Iglesia para su mayor belleza! Tu madre natural te dedicó para que sirvieses y tributases cultos a Dios en el Templo de la Villa de Gumiel de Hizan. Pero andando el tiempo la madre del mismo Cristo te presenta su divino hijo en el Templo del Cielo como hostia placable que templase el rigor de su justicia para que no acabase con el mundo, según merecía por sus culpas. Favoréceme, Padre mío. alcanzándome de mi Señor Jesucristo que en su Templo y en sus divinos Oficios asista con tanta devoción y pureza de vida, que merezca después de ella ser presentado en el Templo de la Gloria. Amén. Ave María.







MARTES QUINTO
Considera como habiendo María subido con su dulce hijo y su esposo José de Nazareth a Jerusalén a celebrar la Pascua, concluidos los siete días de fiesta se quedó Jesús, niño ya de doce años, en la ciudad; creyeron al salir María y José que iba en compañía de alguno de los dos, pero cuando a la noche llegaron a la posada y no le hallaron, pondera, alma mía, cuál sería su dolor. Tres días enteros estuvo la Sacratísima Virgen llena de pena y dolor, porque el mayor es haber perdido a Dios, Hallo al tercero día y fué imponderable su gozo, Mira alma mía si has perdido a tu Dios por la culpa, porque el modo de hallarlo es con dolor y lágrimas. Clama a María, y rézala con devoción su rosario y tendrás la dicha de hallarle. Ave María.


FLORES
Dios te salve Domingo Santísimo.
De los ingenios fuente.
Padre de todas las buenas doctrinas.
De la verdad Doctor.
Clarín del Evangelio.
Martillo de los herejes.
De la Trinidad Santísima fortísimo Guerrero,
Dios te salve Predicador del Cielo.


SOLILOQUIO
¡Oh insigne Maestro de sana y católica doctrina Cuyos escritos con repetidos prodigios aprobó el cielo, cuando arrojados por tres veces a las voraces llamas solamente quedaron ilesos, sino que despidiendo en el brasero olores del Paraíso volaron hacia el cielo donde era su doctrina. Al rugido de tu predicación se estremecieron todos los herejes del orbe, para cuyo exterminio fundaste en la Iglesia el Sacro Tribunal de la Fé. Fuiste teólogo Teodidactico, esto es, discípulo inmediato de Dios, cursando en la Aula de la oración y de la universal Enciclopedia, que encierra el grande volumen de la Caridad, en que siempre estudiaste. Fuiste también inmediato discípulo de la Beatísima Virgen que te manifestó la universal devoción de la Iglesia Católica, que es el Santísimo Rosario, para cuya publicación te escogió y nombró Apóstol suyo. Alcánzame, Santo mío, conocimiento de lo eterno y desprecio de lo caduco para que no me ciegue el amor de lo terreno ni me haga tropezar en el camino del cielo. Ave María.







MARTES SEXTO
Considera las angustias que tuvo en este lugar la noche de su Pasión, cuando hizo oración al Padre, y de la congoja pasó a sudar gotas de sangre hasta bañar con ella el suelo. Esta angustia nacía de los tormentos de su Pasión cercana que se le representaba en vista de nuestra ingratitud, Llora, alma mis, tus defectos y muéstrate agradecida a tu Bienhechor. Y para conseguirlo implora el auxilio de su Santísima Madre rezando devotamente su rosario. Ave María.


FLORES
Dios te salve Domingo Santísimo:
Solitario entre las gentes.
En el amor inefable.
Recreación de los débiles,
Puerto de los que fluctúan.
Dios te salve Taumaturgo de milagros.


SOLILOQUIO
¡Oh espíritu grande Ángel, que, como el que apareció a los padres de Sansón, ofreciendo casi continuamente el incienso de la oración sobre el fuego de tu corazón, encendido siempre en el divino amor, subías juntamente a los estrados de Dios, elevado y movido de sus poderosas llamas, constituyéndote grato, honroso sacrificio y holocausto suavísimo del Señor, a quien por eso eran tan aceptas tus pláticas que ninguna padeció repulsa! Con ellas derretido en lágrimas fertilizabas los campos de la Militante Iglesia y alegrabas el ámbito de la Triunfante, en donde mereciste ver a tus verdaderos hijos e hijas amparados debajo del Augusto Manto de María. Continúa, dulcísimo Padre, tu piadosa oración ante el Altísimo para que yo merezca ser verdadero hijo tuyo y gozar del maternal amparo de tan Soberana Madre y por una eternidad tu dulcísima compañía. Amén. Ave María.







MARTES SÉPTIMO
Considera como los Sayones le desnudaron en el patio de Pilatos delante de innumerable gente, y atándolo fuertemente a una columna, le dieron más de cinco mil azotes, con que llenaron de cardenales y lastimosas llagas aquel sacrosanto y delicado cuerpo. Piensa la gravedad de tus culpas que así lastimaron al Señor, y con deseos de hacer verdadera penitencia, clama a María, rezando con dolor y lágrimas su rosario santísimo, Ave María.


FLORES
Dios te salve Santísimo Domingo.
Nuevo y fuerte luchador del Señor,
Sal de la tierra y vaso provisto de bienes.
Varón de apostólico pecho.
David de María que cantabas su Salterio
Fortísima torre de la Fé.
Dios te salve marfil preciosísimo de Castidad.


SOLILOQUIO
¡Oh viviente cielo Adornado de tantas estrellas cuantas fueron las llagas con que cada noche tres veces abrías con los golpes de la disciplina tus virginales espaldas, tomando una por tus culpas, aunque leves y tan lloradas, otra por los pecadores, y la tercera por los que en el purgatorio padecen. Disciplinábaste con tal rigor que dejabas el suelo bañado en tu inocente sangre; tal vez en un bosque vecino á Tolosa, de una disciplina que con espinosas varas te diste, pidiendo luz para los ciegos herejes, quedaste desangrado y desmayado: bien que, entonces acudiendo la Reina de los Serafines, y dándote, cual madre amantísima, de su virginal leche, te restituyó a los sentidos y recobraste enteramente tus fuerzas. Alcánzame, dulcísimo Padre, amor grande a la mortificación y penitencia de mis culpas, para que dando al Señor cabal satisfacción en esta vida, consiga la eterna bienaventuranza. Amén. Ave María.






MARTES OCTAVO
Considera como los soldados de Pilatos después de azotado el Salvador, tejieron una corona de juncos marinos y fijándosela en la cabeza abrieron en ella las espinas sesenta y dos heridas que fueron otras tantas fuentes de sangre que corría por su frente y cabeza: y a ese mismo tiempo mofaban del Señor, tratándole como Rey de burlas, escupiéndole en el rostro, y dándole de bofetadas y golpes con la caña que como cetro le habían puesto en la mano. Llega aquí, alma mía, y adora a tu Redentor así humillado y pídele, por medio de su Madre, una humildad cristiana para que nunca te levantes a mayores, y rézala devotamente su rosario, Ave María.


FLORES
Dios te salve Santísimo Domingo,
Capitán valeroso de la Cristiana Milicia,
Lirio fragante de la virginidad.
Nardo oloroso del Jardín de la Iglesia.
Dios te salve idea de la pudicicia.


SOLILOQUIO
Coronado de espinas oh Padre gloriosísimo os vió en Florencia vuestra penitente hija Benedicta, cuando asistido de la Reina de los Ángeles saliste de la Sacristía á celebrar la Misa. Entre espinas y abrojos caminaste descalzo en otra ocasión buscando por entre zarzas los descaminados herejes, y convirtiendo de paso con vuestra paciencia a uno que su maldad os dispuso ese martirio. Y si la rosa cercada de espinas es símbolo del amor, mística y generosa rosa os contemplo cuando os veo esparciendo las flores del Rosario, y cubierto de agudas y penetrantes espinas. Estas flores matizadas con vuestra sangre, quedan tan hermosas, que dejan ajadas y deslucidas cuantas hermosea la primavera, Procurad, Padre mío, que con vista de vuestra gran caridad y paciencia alcance yo la mansedumbre cristiana y un encendido amor a Dios y a mis prójimos. Amén. Ave María.







MARTES NOVENO
Considera, alma mía, como habiendo dado a nuestro Redentor la sentencia de muerte, quisieron los judíos y soldados que llevase la grande y pesada Cruz de su suplicio; y llevándola por la calle de la amargura le salió al encuentro su afligidísima Madre atravesada de dolor y pena. Mira, contempla y considera aquellos lastimados corazones, para que atravesado el tuyo de dolor llores tus culpas y con afectos de compasión rézale a la Virgen su santísimo rosario. Ave María.


FLORES
Dios te salve Santísimo Domingo.
Singular en méritos y fé.
De la fé eximio celador.
Glorioso emulador de Elías.
Ejemplar de cristianas costumbres,
Dios te salve camino de penitentes.


SOLILOQUIO
¡Oh Padre amantísimo Cuan al gusto de Cristo llevaste tu cruz negándote a ti propio, abandonando las delicias del sentido, humillándote y gozándote de ser abatido y despreciado. Renunciaste ocho Obispados y un Arzobispado de Tarragona, y aun la misma libertad, deseando quedar esclavo por libertar un cautivo. Te abrazaste con la cruz de la mortificación en ayunas, cilicios, cadenas y disciplinas. ¡Oh Padre mío! alcánzame del Señor que lleve con paciencia cristiana la cruz que se sirva descargar sobre mí, y mi voluntad está tan sujeta a la suya que sirviéndole con puntualidad en esta vida consiga la eterna felicidad. Amén. Ave María.






MARTES DÉCIMO
Considera como desnudándole de su túnica los sayones al Señor en el Calvario, como estaba pegada a su herido cuerpo, con inmenso dolor le renovaron las llagas: mandaronle tender sobre la Cruz y le clavaron en ella de pies y manos: fijáronle de nuevo la corona de espinas y levantaron en alto aquel sagrado árbol de la Cruz dejándole caer de golpe en un hoyo que tenían prevenido: aquí de nuevo se renovaron los dolores del Señor. Mira, alma mía, a tu Dios, vuelve los ojos a María Santísima, y contemplando los dolores y penas de Jesús pídele que te participe de sus aflicciones para pagar tus defectos y rézala con devoción y afecto su santísimo rosario.

FLORES
Dios te salve Santísimo Domingo.
Corazón de todo el Orbe.
Vaso de todas las virtudes.
Emulador celoso de la sagrada ley.
Camino seguro de los penitentes.
Dios te salve esperanza segura de los agonizantes.


SOLILOQUIO
Reconozco ¡oh singular abogado mío cuanto crucificaste tu carne sujetándola al espíritu para asemejarte a Cristo, en cuya Cruz te gloriabas como en única señal de la salud solo a Cristo buscaste, conociste y con todas tus fuerzas amaste. Cargaste y aun clavaste tus sentidos en la cruz de una perfecta mortificación y entera observancia de la divina ley ¡Ay de mi pecador! Siempre vivo al mundo y a sus delicias atendiéndole, abrazándole y sirviéndole Alcánzame, Padre dulcísimo, gracia para morir eternamente al mundo y vivir en mi Dios. Amén. Ave María







MARTES UNDÉCIMO
Considera el gozo de los santos del limbo cuando vieron el Alma Santísima de Cristo que entró a socarlos de aquellos oscuros calabozos y hacerlos felices bienaventurados mira la alegría de María Santísima su madre, cuando le vió entrar resucitado y glorioso en su retrete acompañado de innumerables cautivos á quienes su infinito poder había dado libertad y todos le daban la enhorabuena á esta Señora, y su hijo los brazos. Contempla, alma mía, la dulzura de estos gozos, deséalos, pero sea apareciendo primero las amarguras y trabajos de esta vida, que así te gozarás con Cristo y con María, a quienes rezarás con afecto y devoción su santísimo rosario.


FLORES
Dios te salve Domingo Santísimo.
Del cielo predicador y de María.
Procurador grande de las almas.
Doctor del rebaño de Cristo.
Vicario de la vida.
Magaña de la ley.
Dios te salve nuevo Legislador.


SOLILOQUIO
¡Oh nuevo Jacob! Que reclinado sobre la cuna del altar viste como la madre de Cristo para templar los rigores de su hijo (lanzas de peste, de hambre y guerra amagaban a querer acabar con el mundo) ofrecía por su reformación á tí, y al Serafín Francisco como dos estrellas que alumbrasen a los pecadores, y como los dos Apóstoles que en el día de ramos desataron la jumentilla; para que desatarais a los pecadores de las ligaduras de las culpas; o como Moisés y Aaron, para que sacarais de la esclavitud á infinitas almas que el demonio tenía en el Egipto de la culpa. ¡Ay de mí! ¡Cuán atado y envuelto me veo en mis malos hábitos é inclinaciones!, ¡Y temo tener irritada contra mí la divina justicia Ruegoos, Santos míos, me alcancéis de Dios misericordia y perdón de mis pecados, mediante una condigna penitencia, ¡para que merezca gozar de su dulcísima presencia! Ave María






MARTES DUODÉCIMO
Considera como pasados cuarenta días después de su Resurrección llevó a su Madre y discípulos al Monte Olivete, y despidiéndose de ellos, á vista de todos subió con su propia virtud a los Cielos a sentarse a la diestra de su Eterno Padre. Considera, alma mía, que afectos se encenderían en el corazón de la Virgen y de toda aquella santa compañía, de seguir aquel Señor que era el centro y único fin de todos sus amores y deseos. Procura arder, alma mía, en estos afectos y deseos y reza con afecto el rosario de la Virgen, pidiéndola su compañía para gozar eternamente de su hijo.


FLORES
los te salve Santísimo Domingo.
De los Cielos voz, y ojos del universo,
Tesoro grande y manifiesto.
Guía de los Justos.
Progenitor de los Ciervos de Cristo.
Dios te salve retrato de todos los aromas de
virtudes.


SOLILOQUIO
¡Oh feliz padre mío! Que mereciste ver los siglos abiertos y en ellos al mismo Jesucristo y a su Santísima Madre; y esto aun viviendo en este valle de lágrimas. ¡oh privilegio nuevo, tan singular y prerrogativa excelsa! ¡Oh noble estela! ¡Oh poderosa luz que pudiste registrar el empíreo! Gózome padre dulcísimo, del consuelo que recibiste cuando viendo a tu familia bajo del manto de María Santísima reconociste que en su protección debajo de su materna sombra estamos. Por ese gozo que tuviste en tan celestial visión, te suplico me alcances del Señor el fervor y la devoción en el ejercicio de la oración y de más virtudes, y la perseverancia en ellas hasta la muerte Amén.





MARTES DECIMOTERCIO
Considera como después de la ascensión del Señor, estando con su Madre los sagrados Apóstoles  perseverando en oración, y encerrados por temor de los judíos, en el cenáculo, bajó el Espíritu Santo en forma de lenguas de fuego que se iban sentando sobre sus cabezas, y encendiendo sus corazones en llamas del divino amor. Pondera aquí, alma mía, cuan bueno es el retiro, cuan útil la oración, cuan eficaz la fé y, sobre todo, la compañía de María Santísima para alcanzar el espíritu de Dios. Llégate a esta Señora y rézala devotamente su rosario para que así consigas arder en el divino amor. Como bajó el Espíritu Santo en forma de lenguas de fuego sobre Santo Domingo orando el Santo en el Vaticano de Roma.


FLORES
Dios te salve Santísimo Domingo.
Fecundísimo de dones celestiales.
Predicador de la gracia.
Boca que destilaba preciosas margaritas,
Plantador de la verdadera fe. -
De los apóstoles voz.
Habitáculo de los dones del Espíritu Santo.
Dios te salve varón de un espíritu apostólico.


SOLILOQUIO
¡Oh patriarca santísimo, templo vivo de Dios y capaz receptáculo de sus preciosos dones! Tan favorecido del Espíritu Santo recién confirmada tu orden, y orando en el templo de San Pedro de Roma os envió a este sagrado Apóstol acompañado de San Pablo, los cuales dándoos un báculo y un libro (como insignias de vuestro nuevo apostolado) os dijeron: ve y predica el que para ese ministerio eres de Dios enviado. Y luego el divino espíritu en forma de lenguas de fuego apareció sobre vuestra cabeza, y os dejó confirmarlo en gracia y en sabiduría; de calidad, que en adelante no sentiste jamás el más leve asomo de tentación impura ni de pecado mortal. También os franqueó con mayor plenitud el don de lenguas, la gracia de hacer milagros, y una pureza como transfusora la calidad, que bastó alguna vez solo besar vuestra virgínea mano para quedar libres los vejados del espíritu de impureza. ¡Oh azucena castísima! Alcanzad a mi frágil espíritu una centella del purísimo amor de Dios con que, purgado, y encendido mi corazón resista generosamente las tentaciones del demonio. Amén. Ave María.





MARTES DECIMOCUARTO
Considera como después de haber subido Cristo nuestro bien a los Cielos, quedó María Santísima por tiempo de veinte y cuatro años en esta vida mortal para consuelo de la iglesia. Y siendo de edad de setenta y dos años sin más enfermedad que un fuerte, puro y tiernísimo amor de Dios durmió el dulce apacible sueño de la muerte: pero resucitando por ministerio de ángeles al tercero día, fue por ellos en cuerpo y alma trasladada a la Gloria. Contempla a qui, alma mía, cuan fuertes eficaces serían aquellos deseos de la Virgen de unirse con su hijo. Llora tú tu negligencia y tibieza, pues estando desterrado en
este miserable valle de miserias no anhelas y suspiras por la patria. Válete, para avivar estos deseos, de la poderosa intercesión de María rezándola con afecto su rosario. Ave María.


FLORES
Dios te salve Domingo Santísimo.
Tabernáculo nuevo.
De Dios precioso holocausto.
De los bienes Celestiales heredero,
Protector de los que navegan.
Flor Celestial, y en tu cuerpo Ángel.
En tu corazón Serafín.
Dios te salve, en tu entendimiento Querubín.


SOLILOQUIO
¡Oh viva imagen del Salvador Tan sediento de padecer por él, como lo está de beber en esas frescas fuentes el herido Ciervo! Tan entregado a la oración, que no te sabias apartar de ella. Tan pobre, que en este mundo no tuviste aun propia celda en que descansar. Tan querido de Jesús, que, apareciéndote como niño de doce años con dos coronas y una palma en sus benditas manos, te dió noticia de tu dichoso tránsito ya vecino, y le convidó a gozar de su Gloria diciéndote: Ven querido mío, ven y entra en los verdaderos gozos. Conseguiste, santo mío, lo que tanto deseaba David, cuando decía: Oh Señor Manifiéstame mi fin. Moriste, por último, asistido de Cristo y acompañado de su santísima Madre, Oh cuanto temo yo la última hora con vista de mis muchas culpas Suplícote padre amantísimo, por el gozo que tuviste oyendo al Señor cuando te convidó para el Cielo, que me asistas en la hora de mi muerte, defendiéndome de los demonios, para que logre el ver el amable rostro de mi Dios, a quien amo y amaré por toda la eternidad. Amén, Ave María.




MARTES DECIMOQUINTO
Considera como llegada al Empíreo la Reina de los Ángeles y Hombres, la salió a recibir aquella corte Celestial con un imponderable gozo y alegría, donde el Padre Eterno la coronó por su más apreciable hija; el hijo como amantísima madre suya; y el Espíritu Santo como a su esposa la más pura y Santa: constituyéndola la Trinidad Santísima por universal medianera de las almas. Considera alma mía, la fiesta y universal alegría de la Celestial corte, y el poder que la dió Dios a esta Señora para consuelo de todos los que estamos desterrados en este miserable mundo, pues en ella y por ella tenemos el poder del Padre, la Sabiduría del hijo, y el amor del Espíritu Santo, y así con confianza llegaré a esta Señora, y saludándola con su rosario ten por cierto, que mediante su poderosa intercesión; conseguirás el gozarte en su dulce compañía por toda la eterna bienaventuranza. 


FLORES
Dios te salve Santísimo Domingo.
Ornamento de la Iglesia.
Perla preciosa de los confesores.
Con duplicadas coronas laureado.
Dios te salve dominador de los demonios.


SOLILOQUIO
Oh felicísimo Padre. Cuando contemplo tu entrada en la Gloria con duplicados y ceñidos laureles por los triunfos contra el infierno conseguiste, quedo en un mar de júbilo y consuelo, y paso a decir que tú eres la alegría de Israel, la gloria de Jerusalén el lucimiento de tu pueblo, porque eres el honor de los cristianos: exclamen pues los espíritus Celestiales, canten alegres cánticos las virtudes, y toda la corte Celestial en alegres aplausos llene de tus alabanzas todo el espacioso ámbito de la Jerusalén triunfante. ¡Oh padre amorosísimo! Por la alegría que gozas asísteme en mis graves necesidades, para que con tu amparo salga bien y con victoria de mis trabajos, y goce en el Cielo de tu amable compañía. Amén. Ave María.






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