NOVENA AL GLORIOSO SAN DANIEL MÁRTIR
ACTO DE CONTRICIÓN
Señor
mío Jesucristo, Dios y hombre verdadero, Criador y Redentor mío, por ser Vos
quien sois y porque os amo sobre todas las cosas, me pesa de todo corazón de
haberos ofendido, y propongo firmemente la enmienda y de confesarme y de
cumplir la penitencia que me fuere impuesta. Ofrezco Señor mi vida, obras y
trabajos, en satisfacción de mis culpas. Confió en vuestra bondad y
misericordia infinita, que me perdonareis, y me daréis gracia para enmendarme y
perseverar en vuestro Santo servicio hasta la muerte. Amén.
DÍA PRIMERO
Dios
y Señor, que miráis como a las niñas de vuestros ojos a los inocentes y
humildes de corazón, y que concedisteis a vuestro querido siervo Daniel, ser
tan inocente, que toda su vida conservó indeficiente las bellas luces de la
primera gracia, y tan humilde, que olvidando la grandeza de su linaje se
admiraba en un hospital sirviendo a los pobres enfermos, siendo de edad de
trece años. Suplicóte Señor por tanta humildad, e inocencia, me concedáis un
corazón limpio, y apartado de todas las vanidades de la soberbia, para que,
meditando así al inocente y humilde Daniel, merezca vuestros divinos agrados, y
la gracia especial que os pido en esta novena, si es para mayor gloria vuestra
y bien de mi alma. Amén.
Aquí
pide cada uno al Santo con confianza lo que desea alcanzar, y rezará tres Padre
nuestros, y tres Ave Marías.
ORACIÓN A SAN DANIEL
Suplícote
Daniel Santo pidas al Omnipotente Dios, que así como todos los días despertamos
del sueño natural, despierte nuestras almas del sueño del pecado y feas
tinieblas de los vicios, así como a Enoc, y Elías libro de la muerte común, á
Noé del diluvio, á Job, de sus trabajos, a Moisés y pueblo de Israel, de la
tiranía de Faraón, y de la suerte que tú, o Santo y Abogado mío, glorioso por
la virtud divina, fuiste libre de los lazos del mundo, de los engaños del
demonio, de llamas, fuegos, furiosas aguas y del lago de los leones, subiendo
después de esto tu alma a gozar eternos laureles en la gloria.
Así
mismo, santo mío de Dios amado, líbranos a todos de los engaños del siglo, de
enfermedades pestilencias, agudas fiebres, y pérdidas del cuerpo y del alma,
para gloria de la Majestad Divina, a quien, por tu intercesión, o Santo mío,
suplicamos nos conceda lo que pedimos. Amén.
DÍA SEGUNDO
Dios
y Señor, que con prodigios y milagros, manifestáis en todos tiempos lo que os
agrada la virtud de la obediencia y que llamando a vuestro siervo Daniel a la
vida solitaria, no quiso emprender tan perfecto estado sin la voluntad de su
madre, que dándole amorosamente su bendición, se partió para el desierto, a
cumplir vuestro divino beneplácito, siendo recreado de ángeles que le trajeron
del cielo una hostia milagrosa para su sustento: Suplícote Señor, por tan
obediente siervo tuyo, que me concedáis un corazón rendido á vuestra santa ley,
para que así merezca cantar las victorias que tenéis ofrecidas al varón
obediente, y la especial gracia que os pido en esta novena, si es para mayor gloria
vuestra y bien de mi alma. Amén.
DÍA TERCERO
Dios
y Señor, que con especial destino llamasteis a la soledad a vuestro querido
siervo Daniel para hablarle, al corazón conceptos de luces tan claros, que en
varias ocasiones descubrió los engaños del demonio haciéndole huir
vergonzosamente Suplicóte Señor, por los méritos de este perfecto anacoreta me
habléis al corazón tan eficazmente, que desvanecidas las tinieblas de mi
entendimiento pueda conocer y vencer los engaños de todos mis enemigos, y la
especial gracia que os pido en esta Novena, si es para mayor gloria vuestra y
bien de mi alma. Amen
DÍA CUARTO
Dios
y Señor, que con especial providencia diriges los pasos de los que evangelizan
la paz, y para este fin sacasteis del desierto a vuestro amado Daniel, que
entre persecuciones de tiranos poderosos levantó la voz de su predicación,
convirtiendo muchos Paganos a la verdadera religión; Suplícote Señor, por el
ardiente celo de tan fervoroso misionero. que yo me convierta a Vos de todo
corazón, y con mi buen ejemplo mueva a otros a seguir el verdadero camino de
vuestra santa ley, para que con repetidos méritos merezca conseguir vuestros
especiales -auxilios, y la gracia especial que os pido en esta Novena, si es
para mayor gloria vuestra y bien de mi alma. Amén.
DÍA QUINTO
Dios
y Señor, que con maravillas prodigiosas os hacéis admirable en vuestros Santos,
como lo manifestáis en el Santo mártir Daniel, que arrojado al fuego por la
predicación de la Santa Fe, se mantuvo todo un día sin lesión entre las llamas,
en- compañía de un santo ángel que le recreaba y daba alientos para burlarse
del tirano: Suplícote Señor, por los grandes méritos de vuestro mártir Daniel,
que me libréis de las llamas lascivas de la concupiscencia, y que en compañía
de mi Santo Ángel de la Guarda, y con su especial asistencia pueda burlarme de
las iras y amenazas del tirano Satanás y conseguir la especial gracia que os
pido en esta Novena, si es para mayor gloria vuestra y bien de mi alma. Amén.
DÍA SEXTO
Dios
y Señor Omnipotente. que en vuestro querido mártir Daniel renovasteis el
antiguo prodigio del mar rojo, cuando siendo arrojado a las corrientes de un
caudaloso rio, atado de pies y manos, se dividieron milagrosamente las aguas,
respetando la gran santidad de Daniel; Suplícote Señor, por vuestro querido
mártir, que me libréis de todos los peligros de este gran rio de Babilonia, y
me concedéis la gracia especial que os pido en esta Novena, si es para mayor
gloria vuestra y bien de mi alma. Amén.
DÍA SÉPTIMO
Dios
y Señor, a cuyo alto dominio se sujeta todo lo criado, por cuya especial
providencia fue libre el glorioso mártir Daniel de la indomable brutalidad de
bestias fieras, que irrigadas para que despedazasen su santo Cuerpo, se
postraron reverentes a sus pies, confundiendo con su no esperada mansedumbre la
ferocidad de los tiranos jueces; Suplícote Señor, por los méritos de tu ilustre
mártir, me libréis de la fiereza brutal de mis pasiones desordenadas, que como
bestias indómitas amenaza a cada instante mi perdición, y me concedáis la
especial gracia que os pido en esta Novena, si es para mayor gloria vuestra y
bien de mi alma. Amén.
DÍA OCTAVO
Dios
y Señor, justo remunerador de las buenas obras, que quisisteis premiar las
muchas virtudes de vuestro amante hijo Daniel, con la corona de mártir, por
medio de una cruel cuchilla que le cortó la cabeza, mereciendo el bendito
cuerpo descabezado subir triunfante a la eterna unión de su cabeza Cristo y
lavando su estola en la sangre del cordero, seguirle y acompañarlo como grande
de la Corte Celestial; Ruégote Señor, por los méritos de este gran valido
vuestro, que me concedáis una muerte dichosa, con la gracia, y la que ahora os
pido en esta Novena, si es para mayor gloria vuestra y bien de mi alma. Amén.
DÍA NONO
Dios
y Señor, que con repetidos milagros publicáis al mundo la Santidad de vuestros
escogidos, como testimonio público de su gloria , y también la habéis
manifestado en vuestro querido mártir Daniel, obrando por su intercesión tantos
prodigios, que por ellos persiguió-el tirano, su bendito cuerpo difunto, como
cuando estaba vivo, por cuya persecución vino el Santo Cuerpo a descansar en el
Principado de Cataluña, haciendo muchas veces feliz con su especial protección
y continuos milagros á aquel País: Ruégote Señor, por la intercesión de tan
poderoso Abogado, me concedáis todas las gracias que ¡necesite para él. Cuerpo,
y para el alma, y en particular la que os pido en esta Novena, si es para mayor
gloria vuestra y bien de mi alma. Amén.
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