miércoles, 20 de noviembre de 2019

NOVENA A SANTA CATALINA DE ALEJANDRÍA







NOVENA A SANTA CATALINA DE ALEJANDRÍA, VIRGEN, MÁRTIR Y DOCTORA

Novena escrita por un devoto de Santa Catalina de Alejandría, en 1840. Mons. Manuel José Mosquera, arzobispo de Bogotá, le otorgó el Imprimátur e Indulgencia de 80 días por cada oración.


Por la señal de la Santa Cruz; de nuestros enemigos líbranos, Señor Dios nuestro. En el nombre del Padre, y del Hijo , y del Espíritu Santo. Amén.
   
ACTO DE CONTRICIÓN
¡Oh Señor Dios Omnipotente!, cuyas misericordias no tienen número, que has prometido perdonar a los pecadores arrepentidos, que viniste al mundo, no a perder las almas, sino a salvarlas; yo me humillo ante el Trono de tus piedades para que te dignes de perdonar mis gravísimas culpas, de las que me arrepiento por las ofensas a Vuestra Majestad, y propongo enmendarme de ellas por intercesión de María Santísima, y por la de vuestra esposa Virgen y Mártir Santa Catalina. Amén.
 

DÍA PRIMERO
ORACIÓN
¡Oh Dios y Señor, que sois la fortaleza de los mártires, nosotros damos infinitas gracias y alabanzas por la que disteis a vuestra esposa y fidelísima sierva Santa Catalina para que se presentase con ánimo firme y denodado a confesar tu Santo Nombre delante de aquel tirano y cruel Emperador, y que no solo confundiera la sabiduría de cincuenta filósofos, sino que los convirtiera al conocimiento de vuestra Divinidad y a la profesión de verdaderos cristianos, con que merecieron la corona del martirio: nosotros os suplicamos que por la intercesión de esta ilustre Virgen y mártir, nos concedáis una invicta fortaleza para confesar la fe de Cristo en todo tiempo, y que por ningún respeto humano nos desviemos de vuestros santos mandamientos; y la gracia que os pedimos en esta novena, para mayor gloria de Dios y bien de mi alma. Amén.

Aquí se rezan tres Padrenuestros y Avemarías y Gloria.


GOZOS
A la Gloria te destina
Lleno tu esposo de amor
Catalina Virgen Mártir
Concédenos el favor.

Naciste en Alejandría
Del Egipto capital
Hermosa y de sangre real
Siendo tu fisonomía
Un dechado de armonía
Y de gracias un primor.

Cuando tu hermosa existencia
Ya gozaba de razón
Tu inocente corazón
Se anegaba en la inocencia
Y penetraba la ciencia
De un solo Dios Salvador.

Maximino cruel tirano
Un edicto vil dictó
Y en el imperio ordenó
Aquel odioso pagano
El exterminio cristiano
Dando a sus dioses honor.

Con la ciencia esplendente
De la Divina Clemencia
Exhortabas con vehemencia
A los cristianos de oriente
Que se alejasen prudentes
De tan execrable error.

Abrazada en caridad
Sin arredrarte el suplicio
El día de aquel sacrificio
Entraste con dignidad
Y adviertes su seguridad
Al tirano con valor.

Por despecho te citó
A una grave conferencia
Con los hombres de más ciencia
Que en el imperio encontró;
De este modo pretendió
Que abrazaras el error.

Llego por fin el momento
Que la sabia providencia
Hiciese brillar tu ciencia
Con increíble portento
Revelando en tu talento
Los carismas del Señor.

Enfurecido el tirano
Por tu triunfo, te condena
Al suplicio, y esta pena
En la rueda te ha infligido
Más viendo que no has perecido
Se aumenta más su furor.

La Emperatriz y Porfirio
Filósofos y soldados,
Son cristianos ya ilustrados
Que seguirán tu martirio;
Un tirano en su delirio
Vierte sangre con horror.

Manda cortar tu cabeza
Y de la herida brotó
Rauda sangre que inundó
Al mundo con su pureza;
Tu alma vuela con presteza,
Al seno del Redentor.

Tu despojo virginal
Los ángeles lo llevaron
Al Sinaí. Y sepultaron
Con aplauso celestial
Y la corona eternal
Te ciñó con esplendor.


ORACIÓN FINAL
¡Oh Dios!, que disteis la ley a Moisés en la cumbre del monte Sinaí y que dispusisteis fuese enterrado en el mismo lugar, por ministerio de vuestros Santos Ángeles, el cuerpo de la Bienaventurada Virgen Catalina; suplicamos nos concedáis, que por sus merecimientos y por su intercesión, podamos llegar al monte de la verdadera felicidad que es Jesucristo Señor Nuestro, que vive y reina por los siglos de los siglos. Amén.
Una Salve por los que están en pecado mortal.
 

DÍA SEGUNDO
ORACIÓN
¡Oh Jesús Divino, Sabiduría eterna!, que ilustrasteis a Santa Catalina para que conociese las verdades del Cristianismo, e ilustrase las tinieblas de los gentiles con su celo apostólico; concedednos por su intercesión, que penetrados nuestros entendimientos de las verdades católicas, las abracemos hasta la muerte, y que con nuestras palabras y ejemplos las insinuemos en los corazones de nuestros prójimos; y que nos concedáis la gracia que pedimos en esta novena para la mayor gloria de Dios y bien de nuestras almas. Amén.
 
 
DÍA TERCERO
ORACIÓN
¡Oh Dios y Señor Nuestro!, que esforzaste a tu fidelísima esposa Santa Catalina para que con una heroica firmeza hablara al Emperador haciéndole conocer sus errores; concédenos propicio una firme y heroica resolución para primero morir, que hacer traición a la fe que hemos profesado en el santo bautismo. Y también la gracia que pedimos en esta novena para mayor gloria de Dios y bien de nuestras almas. Amén.
    
 
DÍA CUARTO
ORACIÓN
¡Oh Jesús, fortaleza de los mártires y sabiduría increada de los doctores!; yo os doy infinitas gracias por la que infundiste a vuestra esposa Santa Catalina, con la que triunfó de los ardides diabólicos del demonio, trayendo a la Fe Católica a aquellos cincuenta doctores y sabios filósofos para que abrazasen nuestra Santa fe; y recibiesen la inmarcesible corona del martirio. Nosotros, humildes y confiados en la poderosa intercesión de esta esclarecida Virgen y mártir, y en la de los ilustres mártires sus discípulos y compañeros, os pedimos nos concedas una fortaleza invicta para primero morir mil veces que faltar a la Fe que profesamos en nuestro santo bautismo: y la gracia que pedimos en esta novena si es para gloria de Dios y bien de nuestras almas. Amén.
 
 
DÍA QUINTO
ORACIÓN
¡Oh Jesús amantísimo!, que prometiste a vuestros discípulos, no abandonarlos cuando fuesen presentados ante los tribunales del mundo para dar razón de su fe y Religión, y les ofreciste que les darías palabras y sabiduría, a que no podrían responder y contradecir sus enemigos, como aconteció a Santa Catalina y a sus discípulos y compañeros mártires; concedednos, os rogamos, que por los méritos de esta ilustre Virgen y mártir, una sabiduría celestial para que, triunfantes de los errores con que los pretendidos filósofos tratan de engañarnos, lleguemos a la única sabiduría, que es saber a Cristo Crucificado, morir en su gracia; y la gracia que pedimos en esta novena si es para mayor gloria de Dios y bien de nuestras almas. Amén.
   
DÍA SEXTO
ORACIÓN
¡Oh Dios Eterno, Admirable en tus Santos!, que quisiste para gloria de tu augusto y sacratísimo Nombre, que vuestra fidelísima sierva sufriese con un ánimo y valor admirable a los hombres, a los Ángeles, y aun a los mismos verdugos el horrible tormento de la rueda de navajas; concedednos por sus méritos e intercesión que suframos con paciencia cristiana las frecuentes adversidades que continuamente ruedan sobre nosotros; y la gracia que pedimos en esta novena para mayor gloria de Dios y bien de nuestras almas. Amén.
 

DÍA SÉPTIMO
ORACIÓN
¡Oh Espíritu Divino, fuego que enciendes e iluminas, unción que confortas los espíritus, y que formaste de Santa Catalina un Apóstol que con sus palabras y heroicos ejemplos convirtiese a la Fe de Jesucristo las almas de los que estaban sentados a la sombra de la muerte!; os suplicamos que ilumines nuestras tinieblas, y abrases nuestros corazones en el fuego del amor Divino; esto esperamos conseguir por la poderosa intercesión de Santa Catalina; y la gracia que pedimos en esta novena para mayor gloria de Dios y provecho de nuestras almas. Amén.
 

DÍA OCTAVO
ORACIÓN
¡Oh Reina de la pureza y de los mártires, oh Virgen inmaculada!, por cuya intercesión consiguió Santa Catalina la brillante corona del martirio; vos Señora sois nuestra esperanza, nuestra vida y nuestra abogada, para que nos alcancéis poder imitar en algo la fortaleza, la inocencia y demás virtudes de la gloriosa Santa Catalina: esto os pedimos, y la gracia final para conseguir la eterna felicidad. Amén.
 
 
DÍA NOVENO
ORACIÓN
Omnipotente y Sempiterno Dios, vednos aquí postrados delante de vuestra adorable Majestad pidiéndoos que por vuestra fidelísima esposa e invicta mártir Santa Catalina os dignéis mandar a vuestros Santos Ángeles para que nos guarden, nos protejan y nos defiendan de nuestros enemigos, especialmente a la hora de nuestra muerte, para que en su compañía y en la de nuestra abogada y protectora Santa Catalina podamos cantaros “Santo, Santo, Santo”, por los siglos de los siglos. Amén.



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