NOVENA AL NIÑO PERDIDO
Puesto
de rodillas, hacha la señal de la Cruz y dicho el Acto de Contrición como se acostumbra,
se dice la Oración preparatoria de todos los días que es la que se sigue.
ORACIÓN PARA TODOS LOS DÍAS
Dulcísimo
Jesús, cuyo adorable Nombre endulza los labios, alegra el corazón, vigoriza el
espíritu, despierta las potencias, y llena el alma de espirituales consolaciones,
con toda mi alma te adoro: con todas mis potencias te llamo: con todo mi
corazón la eficacia de mis labios te pido que oigas los clamores de esta
miserable criatura que tiene penetrado el corazón de dolor, y se postra a tus pies.
Por la profunda reverencia que tengo a tu sacratísima humanidad, y por la vergüenza
que me causa el haberte ofendido tantas veces no me atrevo a levantar los ojos
para mirar la hermosura de tu divino. rostro: pero obligado de mi necesidad, atraído
de la dulzura de tu nombre, y noticioso de que estás perdido por mi amor, vengo
a buscarte como la Magdalena, y pues mis lagrimas dan testimonio de mi dolor, y
es infinita tu misericordia, compadécete, Señor de mí, y dame gracia para que
en los días de esta Novena (que te vengo a hacer) te sepa pedir solo aquello
que
cede en honra y gloria tuya, exaltación de tu Dulcísimo Nombre, y bien de mi alma.
Amen.
Acabada
esta oración se rezan cinco Credos, y después se dice la oración correspondiente
a cada día como sigue:
DIA PRIMERO
ORACIÓN
Jesús
amabilísimo, Divino Niño, y Dios eterno, que vestido de nuestra carne quisiste
nacer en un portal para morir por nosotros en una Cruz, yo el más vil de tus criaturas
te doy infinitas gracias por tan incomparable beneficio, y obligado de tanto
amor, quisiera Niño mío, y Dios mío, que yo y todos los hombres no tuvieron
otro ejercicio que de amar a quien tanto nos amó, ¡para que así sea Jesús mío!
cuanto está de mi parte desde ahora para siempre pongo en tus Divinas y tiernas
manos, mi alma con sus potencias, mi cuerpo con sus sentidos, y mi corazón con
sus afectos, y te hago dueño hasta del libre albedrío que me diste, para que no
teniendo libertad en pensamientos, obras y palabras, ellas y yo seamos cautivos
de tu amor, a ti Dios mío, que con el Padre, y el Espíritu Santo, vives y reinas
por los siglos. Amen.
ORACIÓN FINAL
Jesús
amorosísimo, consuelo de las almas, y dulce regalo de los que te invocan con
limpieza de corazón, oprimido del imponderable peso de mis culpas, llego a los
pies de tu augusto Trono, buscando el remedio de mi alma, bien sé Señor, que ingrato
te ofendí infinitas veces, y que por lo mismo no soy dígito de que uses conmigo
de misericordia; pero sí confieso mi delito, si conozco mi yerro, y arrepentido
te pido perdón, ¿será tal mi desgracia que me levante desconsolado de tus pies?
No Dios mío, que, si es propio de mi fragilidad el pecar, más propio es de tu
misericordia perdonar a los que contritos se arrepienten. No Padre clementísimo,
que si yo soy el primero que salgo. reprobado se burlarán de mí mis enemigos, y
blasfemando de ti dirán que son mayores mis culpas que tu misericordia, y pues te
dignaste de oír compasivo los suspiros del humilde Publicano, dígnate también
de oír los míos. ¡Oye amado de mi alma! ¡Oye dulcísimo Jesús mío! Oye los clamores
de mi afligido corazón y recoge estas lágrimas en satisfacción de mis culpas, perdóname
como á Magdalena, que así lo espero Criador y Redentor mío: y si juntamente
consigo el favor particular que te pido en esta Novena, seré perpetuo pregonero
de tus maravillas; publicaré por el mundo tus alabanzas, y constituyéndome
esclavo de tu sacratísima imagen, expondré mi salud, sacrificaré mi vida, y
perderé mi honra por amplificar tu devoción y culto, y en cuanto me sea posible
haré que todas las criaturas amen alaben, y sirvan a ti Dulcísimo Jesús mío,
que en perfecta unidad con el Padre, y el Espíritu Santo, vives y reinas Dios
por todos los siglos, de los siglos Amen.
DIA SEGUNDO
ORACIÓN
Oh
Dios incomprehensible, cuya adorable providencia es oculta a todo entendimiento
criado, yo adoro tus secretos juicios, y persuadido que él haberte querido
perder fue para obligarme a que te buscase o para enseñarme el cuidado con que
debo vivir para no perderme en la confusa babilonia de este mundo, te agradezco
tan singular favor, y te pido por los méritos de tu sacratísima Humanidad, que
abras los ojos de mi entendimiento para que conozca y me aparte de los peligros
de ofenderte, que es en lo que consiste mi perdición. En tu paternal Providencia
confío, y con tu asistencia propongo ejercitarme en las virtudes, borrar los
yerros de mi vida pasada, y mortificar mis pasiones con el freno de tu santo
temor hasta asegurar con la perseverancia una buena muerte. Amen.
DIA TERCERO
ORACIÓN
Sabiduría
Eterna, a quien están patentes los secretos más íntimos del corazón humano, y
en cuya presencia son ignorantes los más sabios del mundo, yo confieso Señor mi
ignorancia, y te ruego soberano Maestro, que con la luz de tu Celestial Doctrina,
destierres las densas tinieblas de mi entendimiento, para que conociendo las
falacias del mundo, olvide su vana ciencia, y en tu Divina Escuela aprenda el Jesús
de Santísimo Nombre, imprímelo Señor en el bronce de mi corazón, para que
enternecido se haga dócil a tus inspiraciones, y por tu Misericordia has que cada
respiración mía sea un Jesús que endulce las amarguras de mi alma, y me abrase
en las llamas de tu
Divino
amor. Amen.
DIA CUARTO
ORACIÓN
Hermosísimo
Niño y Dios Eterno, que, para acrecentar los méritos de tu Santísima Madre, quisiste
que pasase por el dolor de perderte o buscarte perdido, yo Dios mío, y todo mi
bien, adoro los altos juicios de tu Providencia, y compadecido de ver en tanta aflicción
a tu Santísima Madre y mi Señora, sigo sus pasos, la acompaño en sus grandes
penas y desconsuelos, y con ella vengo a buscarte, ya que por mi desgracia te
perdí. Y pues tienes prometido salir al encuentro a quien te busca, y abrir a
quien te llama no te escondes de mi ¡Niño mío! pues te busca y te llama el que
te perdió como frágil, y como miserable te necesita. Compadécete de mí miseria,
y dame tu gracia, para que con ella sepa agradarte y servirte hasta la muerte.
Amen.
DIA QUINTO
ORACIÓN
Jesús
amabilísimo, que para enseñarme a cumplir con mis obligaciones me proponéis la inquieta
solicitud y desvelo con que te buscó perdido tu Santísima Madre, yo Dios mío, y
Señor mío, te estimo tan singular favor, y alentado con tan poderoso ejemplo te
suplico no permitas reine en mí el vicio capital de la pereza, y si hasta aquí
he sido omiso y negligente en todo lo bueno, de aquí adelante. propongo con tu
Divina gracia huir .la ociosidad, madre de todos los vicios, emplearme en
adquirir las virtudes que son más propias de mi estado, y no perdonar trabajo
ni fatiga por agradarte y servirte hasta la muerte. Amen.
DIA SEXTO
ORACIÓN
Dulcísimo
Jesús, consuelo y regalo de las almas puras, que, perdido en Jerusalén, quisiste
ser hallado entre los Doctores del Templo para consuelo de tu afligida Madre,
yo te ruego por sus lágrimas, y por el gozo inefable que sintió su bendita alma
cuando te vió ocupar la Cátedra de Moisés como verdadero Legislador, que no permitas
me pierda yo en el laberinto del mundo, ni me deje arrastrar del bullicioso tropel
de mis pasiones, sino que llevando por norte tu Santa Ley, guarde sus Preceptos,
y siga tus pasos hasta
que
llegue a verte, donde te goce y alabe eternamente. Amen.
DIA SEPTIMO
ORACIÓN
Doctor
sapientísimo, y Niño, tierno en quien el Eterno Padre depósito los inagotables
tesoros de su infinita sabiduría; aunque te veo como Niño de escuela preguntando
a los Doctores de la Ley, bien conozco Señor que tu Doctrina es la confusión de
los soberbios, y sabios del mundo, y por lo mismo deseoso de aprovecharme de ella,
vengo a oír tu Divina palabra, ya suplicarte que me hagas humilde de corazón,
para que poniendo los ojos en el polvo de mi vileza, aborrezca, las honras, busque
para mí los desprecios, y para ti Jesús mío, todas las alabanzas de que eres digno
en los cielos y en la tierra. Amen.
DIA OCTAVO
ORACIÓN
Santísimo
Niño, Señor y Criador Omnipotente de cielo y tierra, que, por obedecer a Dios
Padre, conservando en el cielo el trono de tu Majestad, dejasteis en la tierra la
casa, la compañía y halagos de tus dulcísimos Padres, y
te acogiste al templo de Jerusalén, yo Niño mío, adoro tan generosa resolución,
y con la mayor ternura de mi alma te suplico, que pues deje por tu amor hasta
mi propia voluntad. apartes de mi corazón todos los afectos de carne, y sangre
y pongas en él una obediencia ciega para que, negándome a mí mismo, haga en toda
tu santísima voluntad, y la de mis superiores, para que á imitación tuya sea
obediente hasta muerte. Amen.
DIA NOVENO
ORACIÓN
Jesús
amabilísimo, que teniendo en tus manos todos los tesoros del cielo y de la tierra
quisiste para confundir la profana curiosidad de los mundanos; usar una pobre
túnica, alabo Jesús mío, tan profunda humildad, y te suplico infundas en mi corazón
un espíritu nuevo, y un amor entrañable a la santa pobreza, para que contento
con lo necesario para cubrir mi desnudez, y lo que permite mi estado, solo procure
adornar mi alma con la Vestidura nupcial de tu santísima gracia, y con las joyas
de. las virtudes, que son las que te agradan y me aprovechan. Amen
No hay comentarios:
Publicar un comentario