jueves, 2 de enero de 2020

NOVENA AL SANTO NIÑO PERDIDO




NOVENA AL NIÑO PERDIDO

Puesto de rodillas, hacha la señal de la Cruz y dicho el Acto de Contrición como se acostumbra, se dice la Oración preparatoria de todos los días que es la que se sigue.


ORACIÓN PARA TODOS LOS DÍAS
Dulcísimo Jesús, cuyo adorable Nombre endulza los labios, alegra el corazón, vigoriza el espíritu, despierta las potencias, y llena el alma de espirituales consolaciones, con toda mi alma te adoro: con todas mis potencias te llamo: con todo mi corazón la eficacia de mis labios te pido que oigas los clamores de esta miserable criatura que tiene penetrado el corazón de dolor, y se postra a tus pies. Por la profunda reverencia que tengo a tu sacratísima humanidad, y por la vergüenza que me causa el haberte ofendido tantas veces no me atrevo a levantar los ojos para mirar la hermosura de tu divino. rostro: pero obligado de mi necesidad, atraído de la dulzura de tu nombre, y noticioso de que estás perdido por mi amor, vengo a buscarte como la Magdalena, y pues mis lagrimas dan testimonio de mi dolor, y es infinita tu misericordia, compadécete, Señor de mí, y dame gracia para que en los días de esta Novena (que te vengo a hacer) te sepa pedir solo aquello
que cede en honra y gloria tuya, exaltación de tu Dulcísimo Nombre, y bien de mi alma. Amen.
Acabada esta oración se rezan cinco Credos, y después se dice la oración correspondiente a cada día como sigue:


DIA PRIMERO
ORACIÓN
Jesús amabilísimo, Divino Niño, y Dios eterno, que vestido de nuestra carne quisiste nacer en un portal para morir por nosotros en una Cruz, yo el más vil de tus criaturas te doy infinitas gracias por tan incomparable beneficio, y obligado de tanto amor, quisiera Niño mío, y Dios mío, que yo y todos los hombres no tuvieron otro ejercicio que de amar a quien tanto nos amó, ¡para que así sea Jesús mío! cuanto está de mi parte desde ahora para siempre pongo en tus Divinas y tiernas manos, mi alma con sus potencias, mi cuerpo con sus sentidos, y mi corazón con sus afectos, y te hago dueño hasta del libre albedrío que me diste, para que no teniendo libertad en pensamientos, obras y palabras, ellas y yo seamos cautivos de tu amor, a ti Dios mío, que con el Padre, y el Espíritu Santo, vives y reinas por los siglos. Amen.

ORACIÓN FINAL
Jesús amorosísimo, consuelo de las almas, y dulce regalo de los que te invocan con limpieza de corazón, oprimido del imponderable peso de mis culpas, llego a los pies de tu augusto Trono, buscando el remedio de mi alma, bien sé Señor, que ingrato te ofendí infinitas veces, y que por lo mismo no soy dígito de que uses conmigo de misericordia; pero sí confieso mi delito, si conozco mi yerro, y arrepentido te pido perdón, ¿será tal mi desgracia que me levante desconsolado de tus pies? No Dios mío, que, si es propio de mi fragilidad el pecar, más propio es de tu misericordia perdonar a los que contritos se arrepienten. No Padre clementísimo, que si yo soy el primero que salgo. reprobado se burlarán de mí mis enemigos, y blasfemando de ti dirán que son mayores mis culpas que tu misericordia, y pues te dignaste de oír compasivo los suspiros del humilde Publicano, dígnate también de oír los míos. ¡Oye amado de mi alma! ¡Oye dulcísimo Jesús mío! Oye los clamores de mi afligido corazón y recoge estas lágrimas en satisfacción de mis culpas, perdóname como á Magdalena, que así lo espero Criador y Redentor mío: y si juntamente consigo el favor particular que te pido en esta Novena, seré perpetuo pregonero de tus maravillas; publicaré por el mundo tus alabanzas, y constituyéndome esclavo de tu sacratísima imagen, expondré mi salud, sacrificaré mi vida, y perderé mi honra por amplificar tu devoción y culto, y en cuanto me sea posible haré que todas las criaturas amen alaben, y sirvan a ti Dulcísimo Jesús mío, que en perfecta unidad con el Padre, y el Espíritu Santo, vives y reinas Dios por todos los siglos, de los siglos Amen.



DIA SEGUNDO
ORACIÓN
Oh Dios incomprehensible, cuya adorable providencia es oculta a todo entendimiento criado, yo adoro tus secretos juicios, y persuadido que él haberte querido perder fue para obligarme a que te buscase o para enseñarme el cuidado con que debo vivir para no perderme en la confusa babilonia de este mundo, te agradezco tan singular favor, y te pido por los méritos de tu sacratísima Humanidad, que abras los ojos de mi entendimiento para que conozca y me aparte de los peligros de ofenderte, que es en lo que consiste mi perdición. En tu paternal Providencia confío, y con tu asistencia propongo ejercitarme en las virtudes, borrar los yerros de mi vida pasada, y mortificar mis pasiones con el freno de tu santo temor hasta asegurar con la perseverancia una buena muerte. Amen.


DIA TERCERO
ORACIÓN
Sabiduría Eterna, a quien están patentes los secretos más íntimos del corazón humano, y en cuya presencia son ignorantes los más sabios del mundo, yo confieso Señor mi ignorancia, y te ruego soberano Maestro, que con la luz de tu Celestial Doctrina, destierres las densas tinieblas de mi entendimiento, para que conociendo las falacias del mundo, olvide su vana ciencia, y en tu Divina Escuela aprenda el Jesús de Santísimo Nombre, imprímelo Señor en el bronce de mi corazón, para que enternecido se haga dócil a tus inspiraciones, y por tu Misericordia has que cada respiración mía sea un Jesús que endulce las amarguras de mi alma, y me abrase en las llamas de tu
Divino amor. Amen.



DIA CUARTO
ORACIÓN
Hermosísimo Niño y Dios Eterno, que, para acrecentar los méritos de tu Santísima Madre, quisiste que pasase por el dolor de perderte o buscarte perdido, yo Dios mío, y todo mi bien, adoro los altos juicios de tu Providencia, y compadecido de ver en tanta aflicción a tu Santísima Madre y mi Señora, sigo sus pasos, la acompaño en sus grandes penas y desconsuelos, y con ella vengo a buscarte, ya que por mi desgracia te perdí. Y pues tienes prometido salir al encuentro a quien te busca, y abrir a quien te llama no te escondes de mi ¡Niño mío! pues te busca y te llama el que te perdió como frágil, y como miserable te necesita. Compadécete de mí miseria, y dame tu gracia, para que con ella sepa agradarte y servirte hasta la muerte. Amen.



DIA QUINTO
ORACIÓN
Jesús amabilísimo, que para enseñarme a cumplir con mis obligaciones me proponéis la inquieta solicitud y desvelo con que te buscó perdido tu Santísima Madre, yo Dios mío, y Señor mío, te estimo tan singular favor, y alentado con tan poderoso ejemplo te suplico no permitas reine en mí el vicio capital de la pereza, y si hasta aquí he sido omiso y negligente en todo lo bueno, de aquí adelante. propongo con tu Divina gracia huir .la ociosidad, madre de todos los vicios, emplearme en adquirir las virtudes que son más propias de mi estado, y no perdonar trabajo ni fatiga por agradarte y servirte hasta la muerte. Amen.



DIA SEXTO
ORACIÓN
Dulcísimo Jesús, consuelo y regalo de las almas puras, que, perdido en Jerusalén, quisiste ser hallado entre los Doctores del Templo para consuelo de tu afligida Madre, yo te ruego por sus lágrimas, y por el gozo inefable que sintió su bendita alma cuando te vió ocupar la Cátedra de Moisés como verdadero Legislador, que no permitas me pierda yo en el laberinto del mundo, ni me deje arrastrar del bullicioso tropel de mis pasiones, sino que llevando por norte tu Santa Ley, guarde sus Preceptos, y siga tus pasos hasta
que llegue a verte, donde te goce y alabe eternamente. Amen.



DIA SEPTIMO
ORACIÓN
Doctor sapientísimo, y Niño, tierno en quien el Eterno Padre depósito los inagotables tesoros de su infinita sabiduría; aunque te veo como Niño de escuela preguntando a los Doctores de la Ley, bien conozco Señor que tu Doctrina es la confusión de los soberbios, y sabios del mundo, y por lo mismo deseoso de aprovecharme de ella, vengo a oír tu Divina palabra, ya suplicarte que me hagas humilde de corazón, para que poniendo los ojos en el polvo de mi vileza, aborrezca, las honras, busque para mí los desprecios, y para ti Jesús mío, todas las alabanzas de que eres digno en los cielos y en la tierra. Amen.



DIA OCTAVO
ORACIÓN
Santísimo Niño, Señor y Criador Omnipotente de cielo y tierra, que, por obedecer a Dios Padre, conservando en el cielo el trono de tu Majestad, dejasteis en la tierra la casa, la compañía y halagos de tus dulcísimos Padres, y te acogiste al templo de Jerusalén, yo Niño mío, adoro tan generosa resolución, y con la mayor ternura de mi alma te suplico, que pues deje por tu amor hasta mi propia voluntad. apartes de mi corazón todos los afectos de carne, y sangre y pongas en él una obediencia ciega para que, negándome a mí mismo, haga en toda tu santísima voluntad, y la de mis superiores, para que á imitación tuya sea obediente hasta muerte. Amen.



DIA NOVENO
ORACIÓN
Jesús amabilísimo, que teniendo en tus manos todos los tesoros del cielo y de la tierra quisiste para confundir la profana curiosidad de los mundanos; usar una pobre túnica, alabo Jesús mío, tan profunda humildad, y te suplico infundas en mi corazón un espíritu nuevo, y un amor entrañable a la santa pobreza, para que contento con lo necesario para cubrir mi desnudez, y lo que permite mi estado, solo procure adornar mi alma con la Vestidura nupcial de tu santísima gracia, y con las joyas de. las virtudes, que son las que te agradan y me aprovechan. Amen





No hay comentarios:

Publicar un comentario

ANOTACIONES

Al hablar sobre la piedad popular, es referirnos a aquellas devociones que antaño se hacían en nuestros pueblos y nuestras casas, cuando se...