miércoles, 8 de enero de 2020

PIADOSO EJERCICIO AL SEÑOR DEL SACROMONTE





VISITA AL SEÑOR DEL SACROMONTE

Dispuesta por Sebastián de Jesús Malpica y publicada por el Presbítero Bachiller Fortino Hipólito Vera.
Amecameca. 1881.


Adorámoste Señor mío Jesucristo, y bendecímoste, que por tu Santa Cruz, vida, pasión y muerte redimiste al mundo. Amén.


L/: Jesús Nazareno, Rey de los Judíos.
R/: Ten misericordia de nosotros.


ORACIÓN AL SEÑOR DEL SACROMONTE
Tiernísimo y dulcísimo Jesús, que para darnos pruebas del acendrado amor en que adía tu divino corazón, tantos y tantos y tan crueles tormentos, desde que naciste hasta morir en una cruz, pues, pudiendo satisfacer a la Divina Justicia, solamente con un deseo o un suspiro, no quisiste sino derramar a torrentes tu sangre preciosísima y entregar tu alma santísima a tu Eterno Padre con una muerte dolorosa. Y no satisfecho aun tu magnánimo corazón, permitiste que un soldado abriera con una lanza tu santísimo costado, del que salió el resto de sangre y agua que había quedado en tu sacrosanto cuerpo. ¿No te basta, Jesús mío, lo que hiciste la víspera de tus tormentos, de dejarnos tu cuerpo y sangre y quedarte con nosotros sacramentado hasta la consumación de los siglos?  Sino que quisiste después de muerto, darnos otra prueba de tu tiernísimo corazón, pues nos abriste la llaga de tu costado y santificaste este monte con esta Santa Imagen. Gracias te doy ¡Oh Salvador mío generosísimo! Por todos los trabajos de tu vida oculta, por los ultrajes, blasfemias, bofetada e inmundas salivas de tus crueles enemigos, y aún más por los terribles azotes, coronación de espinas, dolorosísimas caídas con la cruz, crucifixión y por todo cuanto padeciste por nuestro. Por esta santísima pasión, te pido nos des un corazón nuevo para amarte, como lo hizo tu querido siervo Fray Martín de Valencia, para poder gozarte en el cielo. Así sea.

Se rezarán tres salves a las tres necesidades de la Santísima Virgen María y la siguiente:


ORACIÓN
¡Dolorosísima María! Que para ser nuestra corredentora, pasaste una vida de continuo martirio, principalmente cuando acompañaste a tu divino hijo Jesús en su amarguísima pasión, por estos terribles dolores te pido, madre mía, ruegues a Dios nos mire con misericordia y nos conceda las gracias necesarias para vivir arreglados a su santa ley, poniendo también los méritos de tu querido siervo fray Martín de Valencia, para que cuando me llegue la tremenda hora de la muerte, tu Madre Dolorosísima, presentes nuestras almas ante el tribunal de Dios, y por tu intercesión sean perdonados nuestros pecados, y después gocemos de Dios eternamente. Amén.

Un Padre nuestro y Ave María con Gloria Patri a San Juan Evangelista y la siguiente:


ORACIÓN
¡Oh amadísimo discípulo de mi Señor Jesucristo, Juan Evangelista! Tú santo mío, que mereciste se te revelaran los misterios celestiales y tuviste la dicha de estar recostado cerca del Santísimo Corazón de tu amante Maestro, intercede por este pobre pecador, afligido por la enormidad de sus culpas, mira, santo amabilísimo, los ,ales y tribulaciones que me rodean, y pues tu fuiste el discípulo más predilecto de mi dulce Redentor, suplícale tenga misericordia de mi alma y no se pierda en mí el incomparable beneficio de la Redención, para que perdonados de mis pecados, vengan los consuelos espirituales y temporales que tanto necesito. Así lo espero de tu bondad ¡Oh Santo Apóstol! Y después de esta vida, tenga la dicha de ir a alabar a Dios en tu compañía en el cielo por toda la eternidad. Amén.

Para concluir, se dirá lo siguiente:


Jesús de mi corazón, en el triste huerto orando y tu sangre derramando.
R/: Tened de mi compasión.
Por mi amor aprisionado y de la chusma maltratado.
A los jueces presentado y por ellos despreciado.
A un sótano relegado, escupido y bofeteado.
En la columna azotado y de espinas coronado.
Ante el pueblo presentado y a vil muerte sentenciado.
Con el madero agobiado y a empellones maltratado.
En la tierra derribado y con golpes levantado.
Con gran crueldad desnudado y por mi amor avergonzado.
Por mi amor crucificado y del Padre abandonado.
Con la lanza atravesado, descendido y sepultado.

L/: ¡Oh Corazón de Jesús! De María todo su amor.
R/: Dame tanta constricción, que me muera de dolor



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