lunes, 3 de febrero de 2020

SEPTENA A LA VIRGEN DEL DESTIERRO





SEPTENARIO EN HONOR DE MARÍA SANTÍSIMA EN SU DOLOROSO DESTIERRO



ORACIÓN PARA TODOS LOS DÍAS
Oh excelentísima Virgen María, Madre de Dios y Reina nuestra, yo la más humilde de las criaturas, compadecida de los trabajos de vuestro doloroso destierro, consagro desde hoy a tu servicio mi entendimiento y memoria para pensar en Vos, mi corazón para amaros, y mi lengua para bendeciros invocando siempre en mis trabajos y sufrimientos a los tesoros queridos de vuestro corazón. Jesús y José. Amén.


DIA PRIMERO
Después que partieron los magos de Belén, un ángel se le apareció en sueños a José y le dijo: toma al niño y a su madre y huye a Egipto, permanece allí hasta que yo te avise. Pues Herodes ha de buscar al niño para matarlo. José se levantó de noche todavía, tomó al niño y a su madre y huyó a Egipto. Al punto pudieron darse cuenta María y José del peligro que corría Jesús. Herodes había encargado a los magos que le dijesen donde se encontraba el recién nacido Rey de los Judíos, con la intención de matarlo. Y cuando herodes concebía desconfianza, perseguía sus intentos, con la rapidez y la falta de miramientos que le eran propios. No había tiempo que perder, y los luceros de la noche, contemplaron el doloroso destierro de la Virgen.
Récense siete aves marías…

ORACIÓN: Oh Nuestra Señora del Destierro, que en las sombras de la noche te disteis a la fuga para salvar la vida de tu hijo bendito, haced que nosotros, firmemente adheridos a los principios de nuestra fé, estemos dispuestos a perderlo todo por conservar en nuestras almas la gracia de la amistad con Dios. Amén.

Jaculatoria:  Nuestra Señora del Destierro, preservad de la irreligión a la incauta juventud, y a la vez te rogamos intercedas para que todos tus hijos se aparten de los vicios y de los crímenes. Así sea.



DIA SEGUNDO
Conforme al mandato del ángel, José y María huyeron con el niño durante la misma noche. Hasta que llegaron a la etapa dejando atrás Gaza, no se sintieron seguros de los espías de Herodes. Cada vez que oían detrás el paso de un asno, cada vez que rápido y sin ruido asomaba un rostro sobre la cerca de un viñedo, cada vez que fijaba alguno en ellos sus ojos investigadores, aumentaba el temor de ser descubiertos. La huida a Egipto fue para María y José llena de sobresaltos y angustias.
Récense siete aves marías…

ORACIÓN: Oh Virgen del Destierro, que obediente a los avisos del cielo, te disteis a la fuga confiada verdaderamente en la Providencia Divina, haced que nosotros, en las angustias de esta vida, fijemos siempre nuestra mente y nuestro corazón en la protección de Dios. Amén.




DIA TERCERO
El camino que José y María tuvieron que recorrer en su destierro era difícil y abrupto. Desde Belén iban descendiendo a las llanuras bajas, allí propiamente no había ningún camino sino solo sendas escarpadas que siglo tras siglo se conservan, gracias al paso de los hombres y los animales. Estos pasajes los tuvieron que salvar María y José en la oscuridad de la noche, cuando despuntó la aurora, divisaron desde las alturas el país de los filisteos, que se extendía allá en lo profundo bajo una capa azul de aire. Al segundo día de haber salido de Belén, los santos fugitivos llegaron a Gaza, la última ciudad grande antes del desierto, allí compraron sus provisiones para el viaje de travesía… y empezó el desierto.
Récense siete aves marías…


ORACIÓN: Oh Virgen del Destierro, que sobre aquel desierto inmenso que atravesasteis en tu huida a Egipto, se reflejó vuestra alma angustiada, haced que nosotros, peregrinos del desierto de esta vida, sintamos en nuestras arideces los fulgores maternales de vuestra Luz. Amén.
Récense siete aves marías…



DIA CUARTO
José y María no se aventuraron atravesar solos por el desierto camino de Egipto. Como había que atravesar parajes sin agua y hacer altos para pernoctar en sitios y tiempos determinados, era natural que las gentes formasen caravanas y marchase de ese modo. En pleno desierto de un día para otro variaba muy poco el panorama, que se tenía la impresión de no haber hecho ningún avance. En el alma de María tenía lugar entre tanto un fenómeno que no se podrá llegar a representar en todo su misterio y en toda su profundidad. Aquel desierto que recorrían entre las montañas de Israel y el Nilo salía continuamente en los libros santos, Abraham, el progenitor del pueblo hebreo había hecho aquella travesía. Y como se conmovería interiormente la Virgen al pensar en José, el hijo de Jacob… y que su esposo llevaba el mismo nombre.
Récense siete aves marías…

ORACIÓN: Oh Virgen del Destierro, que, en la intimidad de vuestro corazón, meditasteis la vida de vuestro pueblo contenida en los libros santos: haced que nuestras almas vivan encendidas de un amor profundo a la santa Iglesia de Cristo, cuya figura era el pueblo escogido de Israel. Amén.




DIA QUINTO
María, la hija reflexiva de su pueblo que guardaba en su interior todas las tradiciones religiosas que le interesaban, había acompañado muchas veces en Egipto, a través del desierto a sus antepasados. Ahora camina personalmente sobre el yermo, y en sus brazos lleva al que Dios había prometido a los patriarcas Abraham, Isaac y Jacob. Llevaba al verdadero Redentor del mundo. En Jesús se encontraba toda la historia de Israel. Tras larga y penosa travesía llegaron los divinos viajeros a los extensos valles del Nilo. Por aquel tiempo residían en Egipto muchos israelitas asociados en agrupaciones propias, José indudablemente se incorporó en alguna de aquellas comunidades. Durante su permanencia en Egipto, vivió María por vía de misterio la historia del pueblo de Israel.
Récense siete aves marías…

ORACIÓN: Oh Virgen del Destierro, que, con vuestra llegada a Egipto, llevasteis a aquellas regiones que vivían en la oscuridad del paganismo la luz del mundo, Cristo Jesús, haced que nosotros portadores de Cristo por medio de la gracia, sepamos hacerlo presente en las almas de nuestros hermanos alejados de Dios por el pecado. Así sea.

DIA SEXTO
Después de la muerte de Herodes, un ángel del Señor se apareció en sueños a José en Egipto, diciéndole: levántate, toma al niño y a su madre y vete a Israel, porque han muerto los que atentaban a la vida del Niño. José se levanto y con la Virgen y el niño regresaron a Israel. Cuando se enteró que reinaba Arquelao, en lugar de su padre Herodes, temió ir allá, y avisado en sueños, se dirigió a Galilea y se instaló en la ciudad llamada Nazareth. Así se cumplió la predicción del profeta sobre Jesús: será llamado Nazareno.
Récense siete aves marías…

ORACIÓN: Oh Virgen del Destierro, modelo de obediencia a la voz de Dios, haced que nosotros en las penalidades de esta vida, sepamos ver siempre la mano amorosa del Señor, que quiere probarnos en la tierra, para premiarnos con la mejor corona en el cielo. Amén.




DIA SÉPTIMO
Con su ausencia de Nazareth, José y María se vieron libres de parientes que los observasen, de este modo quedó oculto a los profanos el misterio de la Encarnación. Este misterio había sido revelado únicamente a los pastores, a los magos, al anciano Simeón y la profetiza Ana. A estos había escogido el cielo, siguiendo las leyes de la gracia, y no del parentesco. Pero también estos testigos únicos de aquellos sucesos admirables perdieron con la huida a Egipto todo contacto con el niño Redentor, lo mismo que los parientes de Nazareth. Así creció Jesús, realmente en la oscuridad con su concepción y nacimiento milagrosos permanecieron misterios que nadie conocía en Nazareth.
Récense siete aves marías…

ORACIÓN: Oh Virgen del Destierro, que, en unión de vuestro castísimo esposo, fuisteis depositaria del misterio del Verbo Encarnado, iluminad nuestro entendimiento con la luz divina, e inflamad nuestro corazón, para que, en lo secreto de nuestras almas, meditemos la gracia de la redención. Así sea.


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