SEPTENARIO EN HONOR DE MARÍA SANTÍSIMA EN
SU DOLOROSO DESTIERRO
ORACIÓN PARA TODOS LOS DÍAS
Oh
excelentísima Virgen María, Madre de Dios y Reina nuestra, yo la más humilde de
las criaturas, compadecida de los trabajos de vuestro doloroso destierro,
consagro desde hoy a tu servicio mi entendimiento y memoria para pensar en Vos,
mi corazón para amaros, y mi lengua para bendeciros invocando siempre en mis
trabajos y sufrimientos a los tesoros queridos de vuestro corazón. Jesús y
José. Amén.
DIA PRIMERO
Después
que partieron los magos de Belén, un ángel se le apareció en sueños a José y le
dijo: toma al niño y a su madre y huye a Egipto, permanece allí hasta que yo te
avise. Pues Herodes ha de buscar al niño para matarlo. José se levantó de noche
todavía, tomó al niño y a su madre y huyó a Egipto. Al punto pudieron darse
cuenta María y José del peligro que corría Jesús. Herodes había encargado a los
magos que le dijesen donde se encontraba el recién nacido Rey de los Judíos, con
la intención de matarlo. Y cuando herodes concebía desconfianza, perseguía sus
intentos, con la rapidez y la falta de miramientos que le eran propios. No había
tiempo que perder, y los luceros de la noche, contemplaron el doloroso
destierro de la Virgen.
Récense
siete aves marías…
ORACIÓN:
Oh Nuestra Señora del Destierro, que en las sombras de la noche te disteis a la
fuga para salvar la vida de tu hijo bendito, haced que nosotros, firmemente
adheridos a los principios de nuestra fé, estemos dispuestos a perderlo todo
por conservar en nuestras almas la gracia de la amistad con Dios. Amén.
Jaculatoria:
Nuestra Señora del
Destierro, preservad de la irreligión a la incauta juventud, y a la vez te
rogamos intercedas para que todos tus hijos se aparten de los vicios y de los
crímenes. Así sea.
DIA SEGUNDO
Conforme
al mandato del ángel, José y María huyeron con el niño durante la misma noche. Hasta
que llegaron a la etapa dejando atrás Gaza, no se sintieron seguros de los
espías de Herodes. Cada vez que oían detrás el paso de un asno, cada vez que
rápido y sin ruido asomaba un rostro sobre la cerca de un viñedo, cada vez que
fijaba alguno en ellos sus ojos investigadores, aumentaba el temor de ser
descubiertos. La huida a Egipto fue para María y José llena de sobresaltos y
angustias.
Récense
siete aves marías…
ORACIÓN:
Oh Virgen del Destierro, que obediente a los avisos del cielo, te disteis a la
fuga confiada verdaderamente en la Providencia Divina, haced que nosotros, en
las angustias de esta vida, fijemos siempre nuestra mente y nuestro corazón en
la protección de Dios. Amén.
DIA TERCERO
El
camino que José y María tuvieron que recorrer en su destierro era difícil y
abrupto. Desde Belén iban descendiendo a las llanuras bajas, allí propiamente
no había ningún camino sino solo sendas escarpadas que siglo tras siglo se
conservan, gracias al paso de los hombres y los animales. Estos pasajes los
tuvieron que salvar María y José en la oscuridad de la noche, cuando despuntó
la aurora, divisaron desde las alturas el país de los filisteos, que se
extendía allá en lo profundo bajo una capa azul de aire. Al segundo día de
haber salido de Belén, los santos fugitivos llegaron a Gaza, la última ciudad
grande antes del desierto, allí compraron sus provisiones para el viaje de
travesía… y empezó el desierto.
Récense
siete aves marías…
ORACIÓN:
Oh Virgen del Destierro, que sobre aquel desierto inmenso que atravesasteis en
tu huida a Egipto, se reflejó vuestra alma angustiada, haced que nosotros, peregrinos
del desierto de esta vida, sintamos en nuestras arideces los fulgores maternales
de vuestra Luz. Amén.
Récense
siete aves marías…
DIA CUARTO
José
y María no se aventuraron atravesar solos por el desierto camino de Egipto. Como
había que atravesar parajes sin agua y hacer altos para pernoctar en sitios y
tiempos determinados, era natural que las gentes formasen caravanas y marchase
de ese modo. En pleno desierto de un día para otro variaba muy poco el
panorama, que se tenía la impresión de no haber hecho ningún avance. En el alma
de María tenía lugar entre tanto un fenómeno que no se podrá llegar a representar
en todo su misterio y en toda su profundidad. Aquel desierto que recorrían entre
las montañas de Israel y el Nilo salía continuamente en los libros santos,
Abraham, el progenitor del pueblo hebreo había hecho aquella travesía. Y como se
conmovería interiormente la Virgen al pensar en José, el hijo de Jacob… y que
su esposo llevaba el mismo nombre.
Récense
siete aves marías…
ORACIÓN:
Oh Virgen del Destierro, que, en la intimidad de vuestro corazón, meditasteis
la vida de vuestro pueblo contenida en los libros santos: haced que nuestras
almas vivan encendidas de un amor profundo a la santa Iglesia de Cristo, cuya
figura era el pueblo escogido de Israel. Amén.
DIA QUINTO
María,
la hija reflexiva de su pueblo que guardaba en su interior todas las
tradiciones religiosas que le interesaban, había acompañado muchas veces en
Egipto, a través del desierto a sus antepasados. Ahora camina personalmente
sobre el yermo, y en sus brazos lleva al que Dios había prometido a los
patriarcas Abraham, Isaac y Jacob. Llevaba al verdadero Redentor del mundo. En Jesús
se encontraba toda la historia de Israel. Tras larga y penosa travesía llegaron
los divinos viajeros a los extensos valles del Nilo. Por aquel tiempo residían
en Egipto muchos israelitas asociados en agrupaciones propias, José
indudablemente se incorporó en alguna de aquellas comunidades. Durante su
permanencia en Egipto, vivió María por vía de misterio la historia del pueblo
de Israel.
Récense
siete aves marías…
ORACIÓN:
Oh Virgen del Destierro, que, con vuestra llegada a Egipto, llevasteis a
aquellas regiones que vivían en la oscuridad del paganismo la luz del mundo, Cristo
Jesús, haced que nosotros portadores de Cristo por medio de la gracia, sepamos
hacerlo presente en las almas de nuestros hermanos alejados de Dios por el
pecado. Así sea.
DIA SEXTO
Después
de la muerte de Herodes, un ángel del Señor se apareció en sueños a José en
Egipto, diciéndole: levántate, toma al niño y a su madre y vete a Israel,
porque han muerto los que atentaban a la vida del Niño. José se levanto y con
la Virgen y el niño regresaron a Israel. Cuando se enteró que reinaba Arquelao,
en lugar de su padre Herodes, temió ir allá, y avisado en sueños, se dirigió a
Galilea y se instaló en la ciudad llamada Nazareth. Así se cumplió la
predicción del profeta sobre Jesús: será llamado Nazareno.
Récense
siete aves marías…
ORACIÓN:
Oh Virgen del Destierro, modelo de obediencia a la voz de Dios, haced que
nosotros en las penalidades de esta vida, sepamos ver siempre la mano amorosa
del Señor, que quiere probarnos en la tierra, para premiarnos con la mejor
corona en el cielo. Amén.
DIA SÉPTIMO
Con
su ausencia de Nazareth, José y María se vieron libres de parientes que los
observasen, de este modo quedó oculto a los profanos el misterio de la
Encarnación. Este misterio había sido revelado únicamente a los pastores, a los
magos, al anciano Simeón y la profetiza Ana. A estos había escogido el cielo,
siguiendo las leyes de la gracia, y no del parentesco. Pero también estos
testigos únicos de aquellos sucesos admirables perdieron con la huida a Egipto
todo contacto con el niño Redentor, lo mismo que los parientes de Nazareth. Así
creció Jesús, realmente en la oscuridad con su concepción y nacimiento
milagrosos permanecieron misterios que nadie conocía en Nazareth.
Récense
siete aves marías…
ORACIÓN: Oh
Virgen del Destierro, que, en unión de vuestro castísimo esposo, fuisteis
depositaria del misterio del Verbo Encarnado, iluminad nuestro entendimiento
con la luz divina, e inflamad nuestro corazón, para que, en lo secreto de
nuestras almas, meditemos la gracia de la redención. Así sea.
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