DEVOTO DECENARIO DEL GLORIOSO PRECURSOR DE
N. S. JESUCRISTO, EL SEÑOR SAN JUAN BAUTISTA.
DISPUESTO
POR EL V. P. FR. DIEGO JOSÉ DE CÁDIZ,
Limosnero Apostólico del Orden de Menores
Capuchinos de N. S. P. S. Francisco, de la Provincia de Andalucía
A
la hora de hacer este ejercicio, se arrodillará delante de alguna Imagen de San
Juan Bautista, se persignará, hará un acto de contrición, con el mayor fervor
que pueda, excitándose principalmente al dolor de los pecados cometidos, y al
propósito de la nueva vida, y después hará con reflexión la siguiente:
ORACIÓN PARA TODOS LOS DÍAS
Amabilísimo
Señor, y Dios Todopoderoso, Uno en esencia, y Trino en personas, que con
inefable dignación ostentáis vuestro infinito amor, bondad, y sabiduría, en las
obras portentosas de nuestra creación, redención y glorificación, porque criándonos
nos disteis vuestra semejanza, redimiéndonos nos disteis a vuestro Unigénito, y
os dais a Vos mismo, cuando en la otra vida nos glorificáis: Haced, que reconocidos
siempre a tan grandes beneficios, conservemos sin macula, en nuestras Almas, la
Imagen de vuestro Divino Ser: que vivamos de tal modo, que seamos participantes
de los méritos infinitos de nuestro Redentor; y que después seamos dignos de
heredar sus eternos premios. Y pues nos habéis dado por especial protector a
vuestro gloriosísimo siervo el Señor San Juan Bautista, concedednos por sus
eficaces ruegos, y grandes merecimientos, que libres de nuestros espirituales enemigos,
os sirvamos en santidad, y justicia, todos los días de nuestra vida: que venciendo
en la muerte las tentaciones del demonio, logremos acabar la vida en vuestra amistad
y gracia; y, por último, que en su dichosa compañía os alabemos, amemos, y
poseamos en la eterna bienaventuranza, donde vives, y reinas Dios por todos los
siglos de los siglos. Amen.
DÍA PRIMERO
ORACIÓN
Felicísimo
Precursor de Cristo, Patrón, y Abogado mío Señor San Juan Bautista, Antorcha
refulgente de la Santa Iglesia; Lucero, que anuncia la clara luz del día de la
gracia, Ángel preparador de los caminos del Mesías, que escogido del Señor entre
los demás Santos, para tan glorioso ministerio, fuisteis condecorado con muy especiales
prerrogativas antes, y después de vuestro milagroso nacimiento, no siendo menor
haber sido anunciado a vuestros Santos Padres Zacarias, e Isabel, por el mismo Arcángel,
que había de anunciar después a la Reina de los Cielos la Encarnación del
Divino Verbo en sus virginales entrañas: yo os doy mil enhorabuenas, por el
alto honor, que os resulta de ello, y os suplico interpongáis vuestros poderosos
ruegos, y me alcancéis del Todopoderoso, que conozca y sepa agradecerle los
beneficios, que me ha hecho, que conserve pura, y perfecta, con su divina gracia,
la imagen y semejanza, que puso de su ser en mi alma, cuando me crio, que acabe
yo mi vida con la muerte de los justos, recibiendo antes debidamente los Santos
Sacramentos de la Iglesia; y ahora el favor que particularmente os pido en esta
Decena, si ha de ser para gloria de Dios, y conviene para el bien de mi alma.
Amen.
ORACION FINAL PARA TODOS LOS DÍAS
Redentor
amabilísimo de nuestras almas, único Abogado, y Medianero nuestro con el Eterno
Padre: Padre del siglo venidero, y Luz verdadera, que ilumináis a todo hombre,
que viene a este mundo: Príncipe de la Paz, y Cordero de Dios, que quitáis los
pecados del mundo: Inmortal Rey de los siglos, y Dios verdadero de Dios
verdadero, que con inefable dignación, y caridad infinita decretasteis la
Redención del linaje humano, cuando este por el pecado de su primer Padre merecía
vuestra mayor indignación: Jesús mío amabilísimo, que llegándose después la
plenitud de los tiempos, en que hablan de cumplirse las antiguas Profecías, y
aparecer Vos en el mundo, con la humilde forma de siervo, y semejanza de
pecador; escogisteis entre todos los Santos para vuestro Precursor al glorioso
San Juan Bautista, vuestro fiel Amigo, Antorcha de nuestra luz, Ángel de
vuestro Consejo, Profeta, y más que Profeta, y enriquecisteis su Alma de
singulares privilegios, y gracias particulares, sobre todos los Santos, para
que fuese digno de manifestar al mundo vuestra venida tan deseada, y dar con
ella a vuestro Pueblo la ciencia, y noticia de su salud: concedednos, por su poderosa
intercesión, por vuestros infinitos merecimientos, y por los de vuestra beatísima
Madre, María Santísima nuestra Señora, lo que por su medio os pedimos en este
Santo Decenario, si fuere de vuestro divino agrado, y conviene para el bien de
mi alma. Amen.
PRECES
Benignísimo
Abogado mío, Señor San Juan Bautista. R/: Rogad a Dios por nosotros.
Precursor
dignísimo de Cristo.
Ángel
preparador de los caminos del Mesías.
Nuevo
milagro de la divina Omnipotencia.
Estupendo
prodigio de la Gracia.
Portento
maravilloso de la Naturaleza.
Jubilo,
y consuelo del Judaico Pueblo.
Honra,
y felicidad de vuestros Padres.
Gozo,
y alegría de lodo el Universo.
Gloria,
y excelencia del linaje humano.
Santo,
y Profeta aun antes, que nacido.
Santo,
a quien la Iglesia a los demás prefiere.
Santo,
cual de Cristo ninguno celebrado.
Sacro
depósito de las Santas Escrituras.
Templo
y Sagrario del Espíritu divino.
Primicias
de la Gracia, y virtud de Jesucristo.
Antorcha
radiante de la luz eterna.
Voz,
y palabra del Divino Verbo.
Feliz
Paraninfo de la Esposa Santa.
Feliz
Amigo del Esposo Cristo.
Primer
promulgador del Autor do la Ley de Gracia.
Primer
anunciador del Reyno de los Cielos.
Primer
Apóstol de los Apóstoles de Cristo.
Testigo,
y testimonio de la verdad eterna.
Principio
feliz del Evangelio Santo.
Termino,
y fin de la Ley Escrita.
Órgano
vivo del Espíritu Sagrado.
Maestro,
y guia do todos los estados.
Profeta,
a quien los Profetas anunciaron.
Más
que Profeta, y fin de los antiguos Profetas.
Singular
Justo entre los justos todos.
Principio,
y Cabeza de los Santos Patriarcas.
Príncipe
de los Anacoretas, y Eremitas.
Padre,
y Patriarca de los Mongos.
Glorioso
ilustrador de los Desiertos.
Espíritu
del Espíritu de Elías.
Espejo
clarísimo de todas las virtudes.
Pasmo
de mortificación, y penitencia.
Forma,
y modelo de la mayor humildad.
Forma,
y dechado de la cristiana perfección.
Virgen
purísimo, y ejemplo de las Vírgenes.
Ángel
en carne, y hombre de los Cielos,
Justo,
en quien Dios halló toda justicia.
Ejemplo
del Mundo y luz del Universo.
Perfecto
imitador de Jesucristo.
Precursor
del que es Puerta, y Principio de la vida verdadera.
Guía
de Publicónos, y luz de los Infieles.
Espanto,
y terror de lodos los viciosos.
Potentísimo
debelador do las huestes infernales.
Asilo,
y defensor de lodos los tentados.
Consuelo,
y alivio de los tristes y afligidos.
Protector
y remedio de enfermos y moribundos.
Primicias
de los Mártires de Cristo.
Justo
el mayor de todos los nacidos.
Esplendor
singular entre los Santos.
Ornamento
especial do los Justos.
Serafín
entre los Ángeles más altos.
Gloria
accidental de los Espíritus Angélicos.
Gozo,
y admiración de los Bienaventurados.
Gozo,
y alegría do toda la Santa Iglesia.
Gozo,
y esperanza de todos vuestros devotos.
Bien,
y felicidad do los que os piden socorro.
Porque
fuisteis anunciado al Mundo por un Ángel.
Porque
fuisteis santificado en las entrañas de tu Madre.
Porque
saltasteis de gozo en el útero materno.
Porque
fue a todos festivo vuestro santo nacimiento.
Porque
desde niño fuisteis la admiración del Desierto.
Porque
fuisteis el primero, que predico el Reyno del Cielo.
Porque
disteis a Jesús el Bautismo, que os pedía.
Porque
antes, que otro alguno, visteis humanado al Verbo.
Porque
a Vos se revelo de Dios Trino el gran Misterio.
Porqué
os alabó Jesús más que a todos los nacidos.
Porqué
la Iglesia os celebra como al mayor de sus Santos.
Porqué
todos os pedimos, que por el Mundo intercedas.
Porqué
fuiste el más amado de Jesús, María y José.
Porqué
de Vos esperamos el favor, que pretendemos.
Porqué
logremos con Vos gozar de Cristo en el Cielo.
JACULATORIA
Bautista de Dios amado.
De los Santos el mayor:
Sed, divino Precursor,
Con Jesús nuestro abogado.
L/: Ruega por nosotros, Precursor Santísimo.
R/: Para que de sus promesas
Jesús nos haga dignos.
ORACIÓN: Concédenos,
clementísimo Jesús, por los méritos, e intercesión de vuestro gloriosísimo Mártir,
Profeta, y Precursor San Juan Bautista, que cuantos celebramos en la tierra su
memoria, logremos veros, y alabaros con el mismo en la eterna Gloria, donde con
el Padre, y el Espíritu Santo vives, y reinas Dios por todos los siglos de los
siglos. Amén.
DÍA SEGUNDO
ORACIÓN
Oh
Dichosísimo y bienaventurado Padre, y Protector mío Señor San Juan Bautista, portento
de la Naturaleza, prodigio de la Gracia, y milagro estupendo de la divina Omnipotencia,
que, sin semejante entre los Santos, fuisteis santificado, y lleno del espíritu
divino, y de sus dones aun antes de nacer al mundo, en tanta abundancia, que participando
de el vuestra Madre, conoció, y declaró altísimos Misterios de nuestra Redención,
siendo tú el instrumento de tan rara maravilla; yo os doy la debida enhorabuena
por tan singular prerrogativa, y os pido me consigáis del Señor con vuestras
súplicas, que viva yo siempre atento al fin para que me ha criado, y use bien
de los medios, y gracias, que para ello me tiene concedidas; rogadle, asimismo,
me perdone las culpas con que le he ofendido, me conceda sus eficaces auxilios para
no ofenderle más en lo que me resta de vida, y que para la hora de mi muerte me
disponga fervoroso con los Santos Sacramentos de la Iglesia, dignamente recibidos,
y con una perfectísima contrición de mis pecados; y ahora, por último, el
favor, que humildemente pido en esta devota Decena, si fuere del agrado del Señor,
y conviene para el bien de mi alma. Amen.
DÍA TERCERO
ORACIÓN
Afortunadísimo
una, y mil veces dichoso Siervo, y predilecto Amigo de Jesús, Señor San Juan
Bautista, voz, y palabra del Divino Verbo, Pregonero de su Divinidad, y Órgano
vivo del Espíritu Santo, que entre todos los nacidos de las mujeres, fuisteis
el único, que ha logrado regocijarse en las entrañas de su Madre, en las que
disteis saltos de placer, y alegría para agradecer, y publicar la gracia, que os
comunicó, y por vuestro medio prometía a todo el linaje humano con su
Encarnación, y presencia el mismo divino Redentor: yo os doy muchas enhorabuenas
por esta tan rara excelencia, y os ruego, que interponiendo vuestras súplicas
con el Señor, me alcancéis de su infinita piedad, no malogre yo con mis delitos
el fruto de mi redención, sino que agradeciendo este beneficio como es justo, y
correspondiendo a él como es debido, consiga so me apliquen sus méritos
infinitos para el perdón de mis culpas, para la gracia de servirle, y nunca más
ofenderle, para la de una buena muerte con los Santos Sacramentos de la
Iglesia, dignamente recibidos; y por último, para obtener el especial favor,
que al presente os pido en esta Decena, si es para gloria de Dios, y para el
bien de mi alma. Amen.
DÍA CUARTO
ORACION
Amantísimo
Padre, y benigno favorecedor mío, Señor San Juan Bautista, gozo de los Ángeles,
alegría de vuestro Pueblo, y embajador de su apetecida felicidad para los
hombres, que con vuestro deseado nacimiento fuisteis, como otro Isaac, la risa
de vuestra Casa y Familia; restituisteis milagrosamente el habla, quedando hecho
Profeta vuestro Santo Padre Zacarías, para pronunciar vuestro nombre, y ocasionasteis
a todos los vivientes, así justos, como pecadores, un singularísimo consuelo,
conforme a lo que do Vos estaba prometido; siendo de admiración para los Ángeles
la dichosa suerte con que merecisteis, que en naciendo fuese la Reina de los
Cielos, y verdadera Madre de Dios, la primera, que os recibiese en sus santísimas
manos: por estas singulares prerrogativas os doy millares de enhorabuenas, suplicándoos
me alcancéis de la Majestad de mi Dios, que viva y muera bajo la protección de María
Santísima mi Señora, y en la pura sencilla confesión de la Fe Católica, a que
misericordiosamente, y sin yo merecerlo, me ha traído, para que, logrando ahora
el especial favor, que os pido en esta Decena, si fuere del agrado del Señor,
consiga por vuestra intercesión una santa a dichosa muerte, con los Santos
Sacramentos de la Iglesia, dignamente recibidos; y después la salvación eterna
de mi alma. Amen.
DÍA QUINTO
ORACIÓN
Santísimo,
y Bienaventurado Consolador mío, Señor San Juan Bautista, dechado de perfección,
ejemplar de penitencia, Padre, y Caudillo de los Monjes, Príncipe de los Anacoretas,
y espejo clarísimo de la vida contemplativa, y solitaria, que, conducido por el
espíritu de Dios, os retirasteis desde vuestra niñez a la soledad de un
desierto, donde castigando con
el mayor rigor vuestro inocente delicado cuerpo, y ocupado todo en la contemplación
de las cosas divinas, llegasteis a uniros con el Sumo Bien por la caridad, y a
ser vuestra vida más angélica, que humana: yo os doy muchas enhorabuenas por
esta tan recomendable excelencia, y os ruego con todas las veras de mi corazón,
me consigáis de la divina Majestad los más eficaces auxilios de su gracia para
enmendar mi mala vida, para llorar mis culpas, y hacer condigna penitencia de
ellas, viviendo siempre arreglado al tenor de mis obligaciones todas.
Alcanzadme también la gracia de una buena muerte, con los Santos Sacramentos de
la Iglesia, dignamente recibidos, y, además el favor, que al presente os pido,
si fuere del agrado de Dios, y conviene para la salvación de mi alma. Amen.
DÍA SEXTO
ORACIÓN
Fidelísimo
Embajador, Ángel, Apóstol, y Evangelista de Jesucristo, Señor San Juan Bautista,
primer predicador de las misericordias del Señor, y anunciador del Reyno de los
Cielos para todos los mortales, a quienes, lleno del espíritu de Elías,
preparabais con vuestra ardiente predicación, para que arrepentidos de sus culpas,
recibieran con devota voluntad, y verdadera Fe a su amabilísimo Redentor, que
como manso Cordero se había dignado aparecer en el mundo, para sacrificarse por
los pecados de lodos; yo os doy mil enhorabuenas por esta singular prerrogativa,
no merecida hasta entonces de ninguno otro de los Santos, y os suplico humildemente,
que interponiendo vuestros ruegos con el Todopoderoso, me alcancéis de su
bondad, que dándome los más eficaces auxilios de su Divina gracia, me conceda también
la que para aprovecharme de ellos necesito, y para agradarle con mis obras
hasta conseguir una buena muerte, con los Santos Sacramentos de la Iglesia, dignamente
recibidos; y, además, el especial favor, que os pido en esta Decena, si
conviene para el bien de mi alma, y fuere de su divino agrado. Amén
DÍA SÉPTIMO
ORACIÓN
Benditísimo
y singular patrocinador mío, Señor San Juan Bautista, fiel amigo del
Divino Esposo, feliz Paraninfo de la Esposa, Profeta, y más que Profeta, que con
inaudito privilegio fuisteis el único, entre todos los Santos, que eligió el
eterno humanado Verbo para recibir el Bautismo, maravillándose el mundo, y admirándose
los Ángeles de su infinita dignación, y de vuestra casi inefable dignidad,
realzada con la singular prerrogativa de haberos bautizado por
su mano el Señor de los Cielos, y de la Tierra, para que fuese vuestra
felicidad más consumada. Yo os doy una, y mil veces las debidas enhorabuenas
por tan gloriosa excelencia, y os pido con la mayor humildad, roguéis a mi Señor
Jesucristo, me conceda, que haciendo yo el aprecio, que se merece la altísima
dignidad de hijo de Dios y coheredero suyo, que me confirió en el bautismo, me
aplique a practicar con perfección todas las virtudes, que, en el prometí, y en
sus ritos se me ensenan; para que después de una santa vida, consiga yo,
mediante vuestra intercesión, una dichosa muerte, con los Santos Sacramentos de
la Iglesia, dignamente recibidos. Conseguidme también, amado Santo mío, aquel
especial favor, y el remedio de aquella singular necesidad, porque os hago esta
Santa Decena, si es del agrado de Dios, y conviene para el bien de mi alma.
Amen.
DÍA OCTAVO
ORACIÓN
Singularísimo,
y entre todos los Santos privilegiadísimo de Dios, Señor San Juan Bautista,
primer promulgador de la Ley de Gracia, Maestro, luz y guía de todos los
estados, archivo y depósito de los secretos del Altísimo: a quien el mismo Señor,
no por sombras, enigmas, ni figuras, como a los antiguos Padres, sino clara y
manifiestamente se dignó revelaros el ocultísimo Misterio de su Trinidad
inefable, primero, que a otro alguno de los hombres: yo os doy millones de
enhorabuenas por tan singular prerrogativa; y os ruego me consigáis de Dios
Trino y Uno, el amor y devoción más verdadera a éste sacratísimo
Misterio: una Fé firme, viva, y verdaderísima, con que aborrezca el pecado, tema
a Dios, y guarde sus santos Mandamientos: un perdón general de todas mis
culpas, con la gracia final para una buena muerte, a la que me disponga con los
Santos Sacramentos de la Iglesia, dignamente recibidos: ahora el especial favor,
que por vuestra intercesión solicito en esta Decena, si fuere de su divino agrado;
y, por último, que en vuestra dichosa compañía, y de los demás Bienaventurados le
ame, le bendiga, y le alabe con el Santo, Santo, Santo, en la eterna patria de
la Gloria. Amen.
DÍA NOVENO
ORACIÓN
Dignísimo
Precursor de Cristo, Señor San Juan Bautista, y hermoso dechado de la más alta perfección;
espejo clarísimo de la más profunda humildad; y modelo cabal de todas las
virtudes, por las cuales merecisteis, que la increada Sabiduría, el eterno
humanado Verbo, fuese vuestro Panegirista, elogiase vuestra Santidad, y declarase
vuestra sublime dignidad, superior a la de todos los hombres; y que estos formasen
de vuestro merito el concepto más elevado, hasta sospechar seríais el Mesías, que
esperaban: yo os repito millares de enhorabuenas por esta tan singular prerrogativa,
no menos que por vuestra rarísima humildad, con que, en medio de tan merecidos
elogios, y de los más señalados favores del Cielo, supisteis conservaros en el
mayor abatimiento: y os suplico, con todas las veras de mi Alma, me consigáis
de mi amabilísimo Redentor los auxilios más eficaces de su gracia, para nunca más
ofenderle, en lo que me restare de vida, para borrar con áspera penitencia las
culpas, con que le he ofendido, y para amarle con todo mi corazón, cómo me lo
manda. Alcanzadme también una humildad verdadera, una dichosa muerte, con los
Santos Sacramentos de la Iglesia, dignamente recibidos; y además el favor, que
al presente solicito, si es del agrado de Dios, y conviene para el bien de mi
alma. Amen.
DÍA DÉCIMO
ORACIÓN
Gloriosísimo,
y venerado Protector mío Señor San Juan Bautista, luz de los Mártires, y primer
Mártir de la Ley de Gracia; decoro, y ornamento de la virginidad; ferviente celador
del honor de Dios; y trueno pavoroso contra los pecadores, que, desatendiendo
la calidad de sus personas, reprehendías con fervoroso espíritu sus vicios, sin
que ni la tribulación, ni la angustia, ni el hambre, ni la persecución, ni la
misma muerte, con que os visteis amenazado, fuese capaz de acobardar vuestro generoso
espíritu; porque el amor a Dios, y a vuestro prójimo, os hacia superior a todo
riesgo, siendo, fruto do vuestra ardiente caridad la Corona del Martirio, que
gloriosamente alcanzasteis por ultimo complemento de vuestras prerrogativas y
excelencias. Yo os doy innumerables enhorabuenas por lo mucho, que Dios entre todos
los Santos se dignó favoreceros; y os pido humildemente, que interpongáis vuestros
poderosos ruegos con el Señor, para conseguirme todo cuanto en esta Santa Decena
os he rogado, si fuere de su divino beneplácito. Pero con especialidad imploro
vuestra intercesión, y patrocinio, para que me perdone todos mis pecados, me dé
su gracia para que le sirva, y para que en la hora do mi muerte me libre de las
astucias, engaños, y tentaciones del Demonio: me disponga con los Santos
Sacramentos de la Iglesia, dignamente recibidos, y que, muriendo en su amistad,
y gracia vaya mi alma a gozarle en vuestra dichosa compañía en la
Bienaventuranza por todos los siglos de los siglos. Amen.
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