NOVENA A LA GLORIOSA SANTA MARGARITA DE
CORTONA
SEGUNDA MAGDALENA, HIJA DEL VENERABLE ORDEN
TERCERO DE PENITENCIA DE NUESTRO PADRE SAN FRANCISCO DE ASÍS.
ABOGADA
DE LOS QUE, ERRANDO EL CAMINO DE LA GRACIA, HABITAN EN LAS MALEZAS DE LA CULPA:
CONSUELO DE PECADORES, ALIENTO DE LOS FRÁGILES, AMPARO DE LOS DESVALIDOS, ASILO
DE LOS DESPRECIADOS, DE LOS PENITENTES EJEMPLO Y TERROR DE LOS DEMONIOS.
AÑO DE
1734
Puesta
la persona que ha de hacer esta Novena de rodillas en la Iglesia, o en otra
parte, delante de una Efigie de Santa Margarita de Cortona, se signará con la
santísima Cruz, diciendo:
ACTO DE CONTRICIÓN
Señor
mío Jesucristo, Dios y hombre verdadero, Creador y Redentor mío, por ser vos
quien sois, y porque os amo y quiero más que a todas las cosas, a mí me pesa,
pésame Señor, de todo corazón de haberos ofendido; y propongo firmemente de
nunca más pecar, de apartarme de todas las ocasiones de ofenderos, y de
confesarme y cumplir la penitencia que me fuere impuesta, restituir y satisfacer,
si algo debiere y por vuestro amor Señor, perdono a mis contrarios. Ofrezcos mi
vida, obras y trabajos en satisfacción de todos mis pecados, y así como os lo
suplico, así confío en vuestra bondad y misericordia infinita, que me los
perdonareis por los merecimientos de vuestra preciosísima sangre, pasión y
muerte, y me daréis gracia para perseverar en vuestro Santo servicio hasta la
muerte. Amén.
DIA PRIMERO
Dios
y Señor de las Misericordias, Soberano Padre de las Luces, que cuando todo el
mundo estaba en tinieblas y la tierra vacía de todos frutos, mandaste que se
hiciese la luz y luego fue hecha, llenando todo el Universo de claridad y
hermosura. Yo te alabo y magnifico, porque para lustre y hermosura de la
Iglesia toda, comunicaste a la Magdalena, y como a ella, a mi Abogada Santa
Margarita de Cortona, las soberanas luces de la gracia, en medio del horroroso
abismo de sus culpas, ilustrándola con el claro conocimiento de todas ellas,
tanto, que, por su humildad profundísima, se hizo temible a los Príncipes de
las tinieblas, y tan venerada del mundo por sus virtudes, como antes fue famosa
por sus pecados. Y te pido por su
intercesión y méritos, comuniques a mi alma un rayo de esa luz beatísima, para
que, conociendo mis culpas, pueda hacer con tiempo verdadera penitencia,
menospreciando a su imitación y ejemplo todas las vanidades de este mundo
engañoso, y también que me concedas el favor que especialmente te pido en esta
Novena si conviene a tu mayor gloria y bien de mi alma. Amén.
Padre
nuestro y Ave María...
ORACIÓN PARA TODOS LOS DÍAS
Admirable
y preciosa Margarita del Mar de la gracia, que con tu virtud hermoseas las
puertas de la gloria, y nos animas a su conquista. ¡Magdalena segunda en el
amor y lágrimas, que mereciste a Cristo y a su Madre las mayores finezas! ¡Seráfica Apóstala de sus misericordias!
Mártir en el deseo y dolores de tu amado. Cándida Azucena de celestial pureza,
que sacada de entre las espinas de la Culpa, mereciste en el Cielo virginal
corona! Presurosa Águila, que en
remontados vuelos pusiste siempre el nido en lo más arduo de la perfección
Evangélica, y olvidando el sustento, ¡vivías solo de dulzuras de anticipada
gloria! Yo me alegro de tus excelencias, y doy a Dios por ellas Infinitas
gracias. Y pues tuviste con él tanto valimiento
en el mundo, para hacer milagros sanando enfermos, resucitando muertos,
expeliendo demonios y librando de su tirano poder a las almas, avisando a
muchos de sus culpas ocultas, ¡no es menos el poder que tienes para todo allá
en el Cielo! Vuelve pues, piadosa, tus
hermosos ojos a tantos como peligran en el vicio, y ofreciendo por ellos las
Margaritas de tus lágrimas, alcanza de tu Esposo Jesús, los traiga a
penitencia, no olvidando a los que trabajan en la conversión de sus almas.
Atended también a las necesidades de la Iglesia y Reino, al alivio del
Purgatorio, y si conviene a gloria de Dios y honra tuya, lo que especialmente
te pido en esta Novena, alcánzame del Señor esta gracia, y si no dirige mis
deseos a su voluntad santísima.
Amén.
GOZOS
Pues en ti el Omnipotente
Su gracia mostró infinita.
Alcánzanos Margarita,
te imitemos penitente.
Fue tal el conocimiento
que Dios te dio del pecado
que llorando has agotado
el agua y humor sangriento.
La gracia obró este portento
y te mudó de repente.
Tu contrición te anegaba
como a otra Magdalena
y el perdón a culpa y pena
Francisco te le anunciaba.
Que mucho, si no cesaba
de tus llantos la corriente.
Confesabas tus pecados
por medio de la Ciudad
Sin que la publicidad
te diese miedo o cuidado
llevando al cuello anudado
silicio y dogal pendiente.
Pisando al mundo engañoso,
en que tantos han perdido!
misteriosa red has sido
de Dios misericordioso.
Los que has traído a tu esposo
No es fácil nadie los cuente.
El fervor de tu oración
los Demonios ahuyentaba
y a leguas los obligaba,
que huyesen con confusión
Por no ver tu devoción
dejaban libre al paciente.
Tres días a un niño muerto
Su Abuela tuvo guardado
porque su Padre irritado,
que le dio muerte, fue cierto.
Hállale vivo y despierto,
al pensar en ti prudente.
Con los vuelos de tu amor,
en Cristo te transformabas
y al Cielo te remontabas
a gozarle sin dolor.
Mereciste este favor,
por imitarle ferviente.
De la Pasión los tormentos
con tu amado padecías
y en tu cuerpo los sentías
con martirios incruentos.
Dio motivo a estos portentos
en ti el amor vehemente.
Pues en ti el Omnipotente
Su gracia mostró infinita
alcánzanos Margarita,
te imitemos penitente.
L/: Ruega por nosotros ¡Oh Margarita!
R/: Para que seamos dignos
de las promesas de Cristo
ORACIÓN
¡Oh
gloriosa Margarita!, verdadera perla que Dios, con su inmenso Amor recuperó de
las manos del dragón infernal que te dominaba y poseía, para dar a todos los
pecadores con vuestra admirable conversión, santa vida y preciosa muerte, un
eficaz impulso a dejar la culpa, practicando el bien y huyendo del mal, la
oscuridad y de toda su próxima ocasión. Bendita sierva del Señor, te
pedimos humildemente que desde el trono de la Gloria, intercede por nosotros,
vuestros devotos, aléjanos de los que con sus palabras desean hacernos mal, de
los que con sus obras y acciones pretenden humillarnos y doblegarnos,
socórrenos en esta adversidad que nos llena de angustia y pesar: (Hacer
Aquí tu Petición) Entregada Santa Margarita de Cortona, por tus
lágrimas, ayunos y penitencias, alcánzanos también de Nuestro amado Señor, la
gracia de la sincera conversión del corazón, del vivo dolor de nuestras culpas
y, después de una santa vida dedicada a su semejanza en el amor a Jesús
Crucificado por nosotros, consíguenos una buena muerte y la corona de
gloria en el seno de la eterna bienaventuranza.
Así
sea.
DIA SEGUNDO
Soberano
Médico de las almas, a quien la Magdalena buscó solícita en casa del Fariseo,
llevando consigo el Alabastro de preciosos aromas, como quien ponía de su parte
las medicinas para el alma, buscando en Vos de gracia la sanidad de ella. Yo os
alabo en la pública confesión, que en el convite hizo de sí misma y de tu
grandeza esta admirable Santa, y también en la de mi Abogada, la segunda
Magdalena, quien reconocida de sus delitos, ofreció a tus sagrados pies, en
medio de las plazas y calles del mundo, el cándido alabastro de su Cuerpo,
apartado ya de los peligros de la culpa, y contagiado a ti en aromas de
penitencia; pues vestida de sacos y silicios con un dogal pendiente de su
hermoso cuello, confesaba a voces sus pecados, para satisfacción condigna de sus
culpas, y público pregón de tus misericordias. Yo os pido Señor, que así busque yo en Ti la sanidad
de mi alma, que ponga de mi parte los medios para conseguirla; apartando mi
cuerpo y corazón de las ocasiones de la culpa, convirtiendo uno y otro a la
prudencia; pues creo firmemente, que al que hace lo que es de su parte, no le
negáis vuestra gracia, y que buscarla de otro modo es temeridad presuntuosa. No permitáis mi Dios, que yo incurra en esta
demencia, sino que, imitando a mi Abogada, logre por su intercesión esta dicha
y el favor que os pido en esta Novena, a mayor honra tuya y bien de mi alma.
Amén.
Padre
nuestro y Ave María...
DÍA TERCERO
Dios
y Señor, que recibes las lágrimas de los pecadores y las pones en tu presencia
en descuento de las culpas, sanando a los contritos de corazón de todas ellas. Yo te alabo y magnifico en tu Sierva y mi
Abogada la Seráfica Magdalena, cuyas lágrimas de agua y sangre, no solo fueron
Margaritas preciosas, que cuajó en el nácar de sus mejillas el color de la
gracia y el olor vehementísimo de tus culpas, en el amargo mar de la penitencia,
sino que también fueron perlas y de tanta preciosidad ante vuestro divino acatamiento,
que alcanzaron la revelases por Ti misma y por tu Embajador Francisco, el
perdón absoluto a culpa y pena de todos sus pecados. Ruégote Señor, por su
intercesión y méritos, me concedas una Verdadera contrición de todas las culpas
que yo tengo cometidas y unas perennes lágrimas, con que de día y noche llore
tus ofensas; para que, logrando esta gracia, con el favor que os pido en esta
Novena, consiga también de tu misericordia una Indulgencia plenaria, antes de
salir de esta mortal vida, y el verte después con mi Abogada Santa Margarita en
la eterna gloria. Amén.
Padre
nuestro y Ave María...
DÍA CUARTO
Piadosísimo
Redentor de las almas, cuyos Pies Divinos regó la Magdalena con sus lágrimas, y
los enjugó con la dorada trenza de sus cabellos, como poniendo en ellos a tus
pies, convertidos en instrumentos de virtud, los mismos adornos y lazos, que
antes lo fueron para el pecado. Yo te doy infinitas gracias por esta
misericordia, y por la que usaste con mi Abogada Santa Margarita, quien si antes con
sus adornos y hermosura, era dorada red del común Enemigo; convertida ya a tus
Plantas Divinas, no solo con tu gracia la hiciste espejo de verdaderos
penitentes, sino también ostentosa red de tu misericordia, para traer a ti los
pecadores; pues al ver el rigor y aspereza de su penitente vida, fueron muchos
los que enmendaron la suya, saliendo del profundo abismo de sus vicios, para
buscarte a Ti solícitos y ansiosos. Pídote
pues Señor; por los méritos de esta preciosa Margarita, uses con todos los
pecadores semejante clemencia, y que, a su imitación y ejemplo, así riegue yo
tus Pies con mis lágrimas y los enjugue con mis cabellos, que todos mis
pensamientos, palabras y obras sean; solo el agradaros y guardar vuestros
preceptos. Y así mismo te ruego me
concedas el favor que pretendo en esta Novena, si así conviene a vuestra honra
y gloria, y bien de mi alma. Amén.
Padre
nuestro y Ave María...
DÍA QUINTO
Amantísimo
Esposo de las Almas santas, en cuyos Pies Divinos puso la Magdalena sus labios
amorosos, ¡como quien arrepentida de sus torcidos pasos proponía seguir tus
rectos caminos, que lo son de verdad y vida eterna! Yo
te alabo en la conversión de esta Santa Pecadora, y no menos en la que obraste
con tu gracia, en la segunda Magdalena Santa Margarita, quien anhelando siempre
a copiar en sí un vivo retrato de la primera y perfectísima imagen tuya,
extendió los deseos de su corazón amante, no solo a tus Pies para seguirte por
vida mortificada en todos los pasos de la suya, medio por el cual, el fuego de
tu amor divino consumió en ella todo lo imperfecto hasta dejarla confirmada en
el ósculo suavísimo de tu amistad y gracia, para jamás perderte por nueva culpa,
sino que, aun pasando más allá, deseaba que toda su carne y huesos la
estuvieran siempre royendo los gusanos, y aún a que corporalmente la castigasen
los Demonios, y con efecto lo hicieron muchas veces para tu mayor gloria y
confusión suya, en una mujer flaca; pues nada de eso la apartaba de tus Pies
divinos, ni la retraía de los rectos caminos de los suyos. Pidóos, Dios mío,
por esos encumbrados méritos de tu Sierva, guíes mis pasos según tu palabra,
para que jamás me domine la injusticia, y si hasta aquí me aparte de tus rectas
sendas, que siga desde hoy a Margarita penitente, como la seguí errante,
dejando todas las afecciones de tierra, para lograr puesto a tus pies la
misericordia, y con ella el favor que os pido en esta Novena. Amén.
Padre
nuestro y Ave María...
DIA SEXTO
Piadosísimo
Señor, que en significación de esto permitiste te ungiese la Magdalena con
precioso bálsamo, dándola por premio, no solo la sanidad del Alma, sino que
predicada también esta acción en memoria suya por todo el mundo (a quien
corrompió antes, con el fétido hedor de las torpezas) respirase después en todo
él, hasta hoy, suavidades de pudicicia y fragancias de integridad y pureza. Yo
te doy muchas gracias por esta misericordia y por la que usaste con la Seráfica
Magdalena Santa Margarita, a quien por premio del precioso bálsamo de su
sangre, con que llorando obsequiaba tus Plantas Divinas, te dignaste revelarla
la corona de gloria que de antemano la tenías prevenida entre los Espíritus
Seráficos y Santas Vírgenes, que fueron en la caridad más ardiente, cosa que a
ella misma por su humildad profundísima se le hacía imposible, a no asegurarla
Vos, que las eficacias de su dolor y penitencia así la purificaron del contagio
de la culpa, que la hacían digna de virginal corona. Venero Señor, estos
excesos de vuestro amor y gracia con esta tu Esposa, y te pido que como a ella
me traigas en pos de Ti, con el olor precioso de tus ungüentos, para correr a
su ejemplo en seguimiento de tus virtudes y santísima vida, de cuya fragancia
está llena la Casa toda de la Santa Iglesia. Merezca Señor, esta dicha, que así lo espera
mi alma, junto el favor que os tengo pedido en esta Novena, a mayor honra y
gloria vuestra. Amén.
Padre
nuestro y Ave María...
DIA SÉPTIMO
¡Oh
Gloriosa Santa Margarita de Cortona! Luz y guía de la gloria, piedra pacifica,
iris que concilia a los corazones con los resplandores de la Majestad Soberana,
aquí tenéis Santa mía, en vuestra presencia a el alma, que siempre ha estado en
la noche oscura y tenebrosa de la culpa: comunicadme esos lucimientos que
recibisteis de el Divino Sol, un rayo, para que, tocando a mi alma, se ilustren
mis potencias, y yo haga un claro examen de mis pecados. Alcanzadme, prodigiosa
Margarita, que haga una buena confesión fervorosa, y que aborrezca mis delitos,
para que, formando de dolor de haber ofendido a la Majestad Divina, merezca por
vuestra intercesión, ponerme en su santa gracia, y conseguir lo que pretendo en
vuestra santa Novena, si es para honra de Dios, y la salvación de mi alma.
Amén.
DÍA OCTAVO
Dios
y Señor, de quien desciende todo don perfecto y a quien, obsequiando las
criaturas, siempre con santa usura hallan ganancias. Grandes fueron las que a
vuestros Pies logró Magdalena, pues no solo lavándolos, limpiándolos y
ungiéndolos, se lavó a sí y se limpió de las culpas, Ungiéndose con el óleo de
la gracia, sino que aún la Fe, que es donde tu diestra, la hizo suya propia,
mereciendo oír, con confusión del Fariseo, que su misma fe la hizo salva;
porque con ella te sirvió obsequiosa, oyendo en contemplación altísima y dando
crédito a las palabras. Pero no os
mereció menos mi Abogada Santa Margarita
con confusión del demonio, que, transformado en Ángel de Luz, procuraba apartarla
con engaños de sus santos ejercicios de penitencia y contemplación altísima en
que oía atenta vuestras palabras. Pero una vez que eligió a tus pies, como
Magdalena esta parte óptima, no fue bastante para quitarla de ella, todo el
orgullo de las tentaciones y astucias, quedando tan vencido de Margarita, que
ya desde una legua confesaba él mismo, le ofendía el aire de Cortona, porque le
calentaba mucho la ferviente oración de esta admirable Santa. Y pues así su fe
la hizo salva de la astucia diabólica, os pido Señor, por ella concedáis a mi
alma una enorme Fe, con que resista al Demonio que procura devorarla como León
rugiente. Espero este auxilio para
perseverar en tus obsequios, y merecer que la Fe me haga salvo de mis pecados. Y si a este fin conviene lo que os pido en
esta Novena, disponed lo consiga a mayor honra y gloría vuestra. Amén.
Padre
nuestro y Ave María...
DIA NOVENO
Dios
y Señor, que como justo Juez das a los malos el castigo de sus delitos y
concedes a los pecadores por la penitencia, el perdón de sus culpas y la paz del
alma. Justamente os mereció esta dicha la Magdalena, a quien despediste con bendición
de paz, para sosegarla en el temor y encogimiento, en que la ponían sus culpas
y el miedo de tu justicia, de lo que os doy infinitas gracias con tan dichosa
Pecadora y con mi Abogada Santa Margarita, a quien favoreciste tanto, que
después de perdonarla sus muchas culpas, os ofrecisteis a ser su Custodia y
fortaleza, para que no perdiese jamás la paz del Alma, y cuando por su
reverente encogimiento reusaba aun llegar a tus Pies Divinos teniéndose por
digna solo de castigos eternos, mostrándola abierta con dignación admirable, la
puerta de tu Costado amoroso y dándola un tierno abrazo, la arrebataste contigo
a las moradas del Cielo. Oh que paz gozaría en el alma la que mereció ser
llevada en vuestros brazos a los Tronos de la Gloria. Y si tanto alcanza con
Vos el arrepentimiento perseverante y la confesión humilde, concédeme Señor, que,
a imitación suya, confiese yo enteramente mis pecados y un firmísimo propósito
de la enmienda de ellos, para que logrando en esta vida la paz del alma con el
favor que os pido en esta Novena, logre ser colocado con mi Abogada Santa
Margarita en el lugar de paz de tu eterna Gloria. Amén.
Padre
nuestro y Ave María...
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