VISITA PARA EL OCHO DE MES EN REVERENCIA
DEL GRAN PADRE DE LOS POBRES Y SANTÍSIMO PATRIARCA SAN JUAN DE DIOS
Por un sacerdote devoto del mismo Santo.
ACTO DE CONTRICIÓN
Trinidad
Santísima, Dios de mi corazón y Criador de mi alma. Yo que nunca más fuera de
mi juicio, que cuando tan gravemente te ofendí, me postro humildemente ante el
tribunal de tu amor, con el corazón verdaderamente adolorido de tantas ofensas,
dándote Señor, firme palabra de la seria enmienda de mi vida, y pidiéndome mil
perdones de tantos miles de culpas que contra tu Inmensa Bondad he cometido. Misericordia
Señor, Misericordia.
ORACIÓN A DIOS PADRE
Eterno
Padre, Soberano de las luces, por los excelsos méritos de tu Benjamín San Juan
de Dios, que por tu amor quiso ser tenido por loco, te ruego con viva fé, no me
prives jamás de las luces naturales de la razón en castigo de mis culpas, sino
que me des las luces eficaces de tu gracia para enmendar los desordenes y
locuras de mi vida. Y de los que estando en pecado mortal, han perdido el juicio,
te apiades, Misericordioso Padre, volviéndolos al uso natural de su razón, para
que arrepentidos y confesaos, se restaures a la filiación sobrenatural de tu Divina
Gracia. Amén.
Padre
nuestro, Ave María y Gloria.
ORACIÓN A DIOS HIJO
Eterno
Hijo, Verbo Divino humanado, por mi amor hecho hombre y oprobio de los hombres
por salvarme, y por la misma causa tenido por fatuo en el tribunal de Herodes,
te pido con gran confianza por los grandes méritos del compañero de tus injurias
San Juan de Dios, que fue castigado de los hombres, como loco, que no descargues
sobre mi el castigo de el gran mal de la demencia, sino que con las cadenas de tu
santo temor, amarres mis potencias y sentidos para que jamás incurran en las
locuras del pecado, y de los que en estado de pecado mortal han perdido el
juicio, te compadezcas, volviéndolos a su acuerdo y a tu gracia, para que en el
tremendo día del juicio no perezcan. Amén.
Padre
nuestro, Ave María y Gloria.
ORACIÓN A DIOS ESPÍRITU SANTO
Espíritu
Santo, Consolador y Santificador de las Almas, fuego divino de los corazones,
que a los Apóstoles encerrados en el cenáculo abrasaste en tu amor. Te suplico Divino
Espíritu con amorosos ruegos de una ardiente caridad, que por la intercesión de
San Juan de Dios, que encerrado en una cárcel por loco, se encendió más en tu
amor, me libre de la gravísima enfermedad de la demencia, y en lo que me resta
de vida, sepa yo emplear mi juicio en amarte, y a los que perdieron al tiempo,
que habían perdido tu gracia, los consuelos, sanándolos, y los justifiques de
modo que vivas y mueran en tu gracia. Amén.
Padre
nuestro, Ave María y Gloria.
ORACIÓN A SAN JUAN DE DIOS
Santísimo
Patriarca San Juan de Dios, remedio universal de los enfermos, bien sabes que
la enfermedad de la demencia, es entre todas las naturales la mayor, porque
privando del juicio, priva también de disponer para la muerte. Y pues el mal es
tan grave, tu intercesión ha de ser la de el mayor empeño, pidiendo a la
Trinidad Misericordiosísima, derrame sobre mí alma el mar de sus misericordias,
no castigándome con el mal tan grave, y dando a los pobres dementes, remedios
tan eficaces, que, con ellos sanos ya en cuerpo, aseguren el alma por una eternidad.
Amén.
Tres
padres nuestros, Aves Marías y Glorias.
ORACIÓN A MARÍA SANTÍSIMA
Santísima
Virgen María, refugio de pecadores, luz clarísima de los entendimientos,
desconcertados con las tinieblas de la culpa, yo mas que todos, frenético por
mis pasiones he agraviado a mi Dios, Trino en la Personas, Uno en esencia, con
mis muchas culpas. Pero ya vuelo en mí y
reconozco mi ingratitud, y así esperando en tus purísimas entrañas, el remedio
imploro, tu amparo. Oh bellísima María, para convertirme a Dios de todo
corazón, y desde ahora para todos los días de mi vida, y para la hora de mi
muerte, te ofrezco mis potencias y sentidos con toda mi alma y cuerpo. Y pues
te dignas, Señora, el ser mi Madre, guárdame como a cosa tuya y no permitas que
mi alma se mancha, o este en mi cuerpo o de el se aparte en pecado mortal, sino
antes muera, como sea en gracia de tu Hijo Santísimo, mi Dios y Señor, en quien
creo y en quien espero y a quien amo y deseo amar por toda la eternidad. Mas si
acaso por justos juicios de Dios, mi última enfermedad fuere frenesí, maña,
delirio, demencia u otro accidente, que me prive del uso de los sentidos,
estando en pecado mortal, tu maternal intercesión ha de ser alcanzarme perfecta
contrición, y que vuelva al uso de mis sentidos para recibir la saludable
medicina de la penitencia y la Sagrada comunión del Cuerpo y Sangre Sacramentado
de tu Hijo Jesús, por cuyo amor lo espero conseguir de tu piedad. Y con la
misma confianza te pido, el que ejecutes tu piedad y grande misericordia con
todos los que en este día, y en todo el mundo se hallan privados del juicio, y
con riesgo de perderse en ellos el valor de la Sangre de Cristo Jesús, por
estar sus almas manchadas con la culpa grave, sea esmero de tu clemencia el
volverlos a su juicio, y de acuerdo, para que reciban los santos sacramentos, y
puestos en gracia de Dios se logré en ellos el fruto de la Sangre de Nuestro
Redentor Jesucristo, quien por intercesión y amparo nos conceda a mi y a todos,
vivir y morir en gracia suya, y que nuestras almas sean presentadas por tus
soberanas manos en el tribunal de Dios. Amén.
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