DEVOCIÓN PARA EL DÍA TERCERO DE CADA MES EN
HONOR DEL GLORIOSÍSIMO APÓSTOL DE LA INDIA
SAN FRANCISCO JAVIER
ACTO DE CONTRICIÓN
Señor
mío Jesucristo, Dios y Hombre verdadero, mi Criador, mi Conservador, mi Redentor,
mi Padre, a quien tantas veces he ultrajado con las más feas, torpes y
abominables culpas: a mí me pesa, Señor, me pesa en el alma y con todo mi corazón
haberos ofendido, no por miedo del Infierno, con que me podéis juntamente
castigar, ni por amor de la Gloria, con que queréis premiarme si observo vuestros
divinos mandamientos; sino única, sola y precisamente porque sois quien sois,
tan bueno, tan Santo, tan amable y dignísimo de ser amado de tocias las criaturas.
Confío, Padre amorosísimo, en
vuestra misericordia infinita en los méritos de vuestra santísima vida, pasión
y muerte, en la poderosa intercesión de vuestra Madre Virgen, mi muy amada
Madre María Santísima, y en los ruegos de vuestro Apóstol San Francisco
Xavier, me habéis de perdonar todos mis pecados, y dar gracia para
perseverar en vuestro santo servicio, hasta el último instante de mi vida.
Amén.
ORACIÓN A LA SANTÍSIMA TRINIDAD
Beatísima
Trinidad, Padre, Hijo y Espíritu Santo, Dios uno en la Esencia y Trino en Personas,
en quien creo, en quien espero, a quien amo y adoro: yo te
doy gracias, y quisiera dártelas infinitas, por lo mucho que engrandecisteis a
tu fiel Siervo San Francisco Xavier, comunicándole tu Poder, Sabiduría y Amor
con
que ejecutó tantos prodigios, maravillas y milagros, para gloria tuya, y en
beneficio de las almas y de los cuerpos. Suplicóte, Trinidad amabilísima, por
la intercesión y méritos de éste tu amado Siervo, me concedas poder para
resistir a las tentaciones de mi común enemigo el Demonio; sabiduría para
conocer tus infinitas perfecciones, y amor ardientísimo para amarte sobre
tocias las cosas en todos los instantes de mi vida; la que quiero y deseo
emplear únicamente en tu obsequio, ejecutando tu voluntad santísima en la
tierra, para ir después a verte, gozarte y alabarte eternamente en la Gloria.
Amén.
Se
rezan tres Padre nuestros y tres Ave Marías, con Gloria Patri.
ORACIÓN A SAN FRANCISCO XAVIER
Gloriosísimo
Apóstol de la India San Francisco Xavier, a quien escogió Dios como a otro Pablo
para Vaso de Elección que llevase su santo Nombre a les más remotos Países de
la Gentilidad. Asombro de la gracia, portento de la naturaleza, obrador de prodigios,
maravillas y milagros; salud de los enfermos, resucitador de muertos, amparo de
los pobres, Maestro de los ignorantes, celador ardentísimo de la honra y gloria
de Dios, Ángel en la pureza, Querubín en la sabiduría, Serafín en el amor, que
deseoso de que en los hombres todos se lograse la Sangre preciosísima de Jesús,
padeciste hambres, sedes, cansancios fatigas, trabajos, en tan peligrosas, largas
y continuas peregrinación así por tierra como por mar, hasta dar la vida en la
Isla de Sanchon, en la mayor pobreza y desamparo, destituido de todo humano
socorro; pero lleno de consolaciones celestiales, repitiendo muchas veces el
Nombre dulcísimo de Jesús. Suplícote, Santo mío, me alcances de Dios un deseo
grande de mi eterna salvación, que me estimule a practicar todos los medios
conducentes para alcanzarla, por arduos y difíciles que sean, o me parezcan;
como también el remedio de la necesidad presente que me aflige, si ha de ser
para mayor gloria de Dios, honra tuya, y provecho de mi alma. Amén.
Se
hace la petición, se reza una Salve, y se concluye con esta:
ORACIÓN A MARÍA SANTÍSIMA
¡Oh
Purísima Virgen María Madre admirable de Dios, Consuelo de los afligidos y
Reyna de todos los Santos! A la sombra de vuestra gran protección se acoge la
criatura más miserable del Mundo, solicitando de vuestra maternal piedad el
remedio de todos sus males. Acordaos, Virgen benignísima, misericordiosísima y
clementísima, que ninguno que ahora, de cuantos han acudido a valerse de
vuestro socorro, ha salido desconsolado: en esta
confianza ocurro á Vos {¡o Virgen de las Vírgenes!) y con el mayor afecto de mi
atribulado corazón, os suplico me alcancéis de vuestro preciosísimo Hijo, un dolor
verdadero de todos mis pecados, el perdón general de todos ellos y la gracia
santificante para vivir en lo que me resta como corresponde a un hijo vuestro. Ruegoos
Cambien, Señora y Madre mía, me ayudéis y favorezcáis en la hora de mi muerte, defendiéndome
de las asechanzas del Demonio, y que acabe mi vida como terminó la suya San Francisco
Xavier, invocando el Nombre Dulcísimo de Jesús y vuestro Santísimo Nombre
María. Últimamente, os pido por nuestro Sumo Pontífice, por los Eminentísimos
Cardenales, por Nuestro Ilustrísimo Prelado y demás Prelados
Eclesiásticos; por nuestro Católico Monarca y demás Reyes y Príncipes
Cristianos; por la exaltación de nuestra Santa Fé católica, conversión de los
Infieles y Herejes á el gremio de la Iglesia, y de todos los pecadores
á verdadera penitencia, por las Almas del Purgatorio, a fin de que salgan de
sus penas; por toda esta Ciudad y Reyno Americano, lo libres de terremotos,
pestes, guerras, inundaciones, tempestades y demás infortunios con que Dios
castiga nuestros pecados; sino que logremos de toda felicidad en esta vida, para
ir después a gozar una eternidad dé Gloria. Amén.
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