viernes, 17 de abril de 2020

TRIDUO A SAN HILARIÓN


TRIDUO EN HONOR DEL MILAGROS SAN HILARIÓN

Por el Pbro. José María del Valle
Lima. Perú.

ACTO DE CONTRICCIÓN
¡Jesús mío y Dios mío! Dueño y Señor de todo lo existente, mi Creador, Padre y Redentor, Vida y Esperanza de mi alma. Postrado ante vuestra soberana Majestad, os pido humildemente perdón de todas mis culpas, de las que sinceramente me arrepiento y os prometo Señor, que, antes moriré mil veces antes que vuelva a ofenderos nuevamente. Es cierto que mis faltas son innumerables y de una malicia infinita, pero es también infinita vuestra misericordia y el valor de vuestra sangre divina es inapreciable, ¡Misericordia Señor! ¡Salvador mío! Vos que habéis venido al mundo a buscar a pecadores, aquí tenéis al mayor de todos ellos, al más miserable, al más indigno y al más ingrato. Por vuestra pasión dolorosa, por vuestra sangre preciosa, por vuestras humillaciones sin igual y por vuestra ignominiosa muerte de cruz ¡Padre mío! Tened compasión de mi alma pecadora ¡Perdón, Jesús mío, perdón! ¡Oh mi buen Jesús! Perdonadme, escuchadme, Señor, os lo suplico por la intercesión valiosísima de vuestro gran siervo San Hilarión, por sus innumerables penas, por sus privaciones, por sus rigurosos ayunos, por sus ásperos cilicios, por sus sangrientas disciplinas, por su triste abandono y soledad, y por la encendida llama de caridad que abrazaba su puro y santo corazón. Así sea.

INVOCACIÓN AL SANTO
¡Oh glorioso San Hilarión! Por las predilecciones que os dispensó el Padre Eterno, en vuestra infancia, al arrancaros de las garras del paganismo y convertiros en un niño, abrazados en el fuego del amor divino.

R/: Derramad sobre nuestra alma el perfume bendito de las rosas fragantes de vuestra caridad, y alcánzanos las gracias que os pedimos.
Padre nuestro, Ave María y Gloria

¡Oh glorioso San Hilarión! Por las predilecciones que os dispensó Nuestro Señor Jesucristo, al escogeros entre millares, para que fueseis Padre, Abad y director de millares de anacoretas, innumerables votos de vuestras glorias.

¡Oh glorioso San Hilarión! Por las predilecciones que os dispensó el Espíritu Santo, al inflamar vuestro corazón en un ardiente volcán de amor, cuyos encendidos efluvios continuamente se están esparciendo sobre todos los que se cobijan bajo vuestra paternal protección.

ORACIÓN
¡Oh glorioso San Hilarión! Abad y Confesor, protector de cuantos en ti confían, a vos, que fuiste un prodigio de paciencia y de humildad, Jesucristo os constituyó abogado en las causas difíciles y desesperadas y protector de los afligidos y atribulados. Confiado en estos dones, a Vos acudo humildemente, a pesar de ser un gran pecador y me atrevo a escogeros por mi celestial patrón, abogado y protector mío, no solo durante la vida, sino también, en el terrible trance de la muerte, la que, a Vos, tanto temor os infundió, que os hizo exclamar: “sal alma mía, sal, ¿Por qué temes y te acobardas? Casi setenta años hay que sirves a Dios, a Jesucristo, y todavía temes morir” recíbeme pues, ¡oh San Hilarión milagroso! Por vuestro perpetuo siervo, asistidme con vuestro poderoso alimento, en todos los instantes de mi vida, socorredme en esta necesidad (pida la gracia) y sed mi protector, especialmente en la hora de la muerte, para cuyo momento os invoco, y así pueda mejor conseguir mi eterna salvación.

L/: Ruega por nosotros ¡Oh bendito San Hilarión!
R/: Para que seamos dignos de las promesas de Cristo.

Padre nuestro, Ave María y Gloria.

HIMNO A SAN HILARIÓN



Con fervor y cariño a tus plantas
Nuestro santo y glorioso patrón,
Te ofrendamos las místicas flores
Del bendito rosal del amor.

Flores bellas que están saturadas,
De la inmensa y la gran devoción,
Que sentimos por ti noble y santo
Milagroso y heróico Hilarión.

Abogado en las cosas difíciles
Tu poder se llegó a comprobar
En la antigua ciudad de Dalmacia
Deteniendo las aguas del mar.

Todo aquel que afligido se acerca
Hacia ti, noble santo varón
Generoso le brindas tu amparo
En sus horas de horrible aflicción

Ya que eres tan bueno y piadoso
Manantial de grandeza y de amor,
Nuestras almas cristianas acerca
Hacia el reino bendito de Dios




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