CORONA EN HONOR DE LAS LLAGAS DEL SERÁFICO PADRE SAN FRANCISCO DE ASÍS
Por la señal, etc.
OFRECIMIENTO
Postrado humildemente ante el trono de vuestra Divina Majestad, Señor y Dios mío, yo os adoro de lo íntimo de mi alma y con todo mi corazón. En memoria de esas llagas sacratísimas que abristeis en manos, pies y costado del Seráfico Padre San Francisco, suplícoos con todo el ardor de que mi espíritu es capaz, encendáis en mi pecho esa llama de caridad que consumía el de vuestro devoto Siervo, para que, siguiendo sus pisadas y desasido de las cosas de este mundo, lleve con paciencia las miserias y sufrimientos de esta vida, y merezca sentir en mí los efectos de vuestra Sagrada Pasión.
I. Y
para esto yo os ofrezco, Dios omnipotente, aquella dolorosa llaga que
abristeis, en el pie izquierdo de vuestro siervo y Padre mío San Francisco. En
memoria de sus dolores, otorgadme la gracia de un sincero arrepentimiento de
mis pasadas culpas, y que no guíe mis pasos por la anchurosa senda que conduce
a la eterna perdición.
Padrenuestro, Avemaría y Gloria patri.
II.
Yo os ofrezco en segundo lugar, Señor Jesucristo, la dolorosísima llaga que
abristeis en el pie derecho de vuestro querido siervo y Padre mío San
Francisco. En memoria de la paciencia con que sobrellevó las incomodidades y
dolores que le causaba, suplícoos humildemente me otorguéis la constancia
en el ejercicio de las virtudes, y la perseverancia en el camino de eterna
salvación.
Padrenuestro, Avemaría y Gloria patri.
III. Yo
os ofrezco, Jesús mío en tercer lugar, aquella tan penosa llaga que abristeis
en la mano izquierda de vuestro amado siervo y Padre mío San Francisco. En
memoria de la sangre que por ella derramaba, suplícoos humildemente, no me vea
yo confundido en el día de la estrecha cuenta, y colocado a vuestra izquierda
con los réprobos.
Padrenuestro, Avemaría y Gloria patri.
IV. Yo
os ofrezco, Jesús mío, en cuarto lugar, aquella sangrienta llaga que abristeis
en la mano derecha de vuestro amable siervo y Padre mío San Francisco. En
memoria de las heroicas acciones que por ella obró, dadme la gracia de cumplir
vuestra ley Santa, para que sea juzgado digno de colocarme a vuestra derecha
con los escogidos.
Padrenuestro, Avemaría y Gloria patri.
V. Ofrézcoos,
Señor y Jesús mío, en quinto lugar, aquella admirable y benditísima llaga que
abristeis en el costado de vuestro amante siervo y Padre mío San Francisco. En
memoria de aquel encendido amor en que se abrazaba su alma, suplícoos
humildemente, me otorguéis la gracia de emplear en lo venidero todos mis
pensamientos y afectos en amaros y serviros en esta vida, y gozaros después en
el cielo por eternidad de eternidades.
Padrenuestro, Avemaría y Gloria patri.
L/: Señalaste, Señor, a tu
siervo Francisco.
R/: Con las señales de nuestra redención.
ORACIÓN:
Señor
Jesucristo que deseando abrasar nuestros corazones con el fuego de vuestro
amor, cuando el mundo estaba resfriado de él, renovasteis en la carne del
bienaventurado Padre San Francisco las llagas de vuestra Pasión. Concédenos
propicio por sus merecimientos y por su intercesión, la gracia de que llevemos
incesantemente la cruz y que hagamos frutos dignos de penitencia. Tú que con el
Padre y el Espíritu Santo vives y reinas un solo Dios por los siglos de los
siglos. Así sea.
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