jueves, 7 de mayo de 2020

OFICIO PARVO A LA SANTA CRUZ






OFICIO PARVO DE LA SANTÍSIMA CRUZ DE CRISTO

MAITINES
R/: Líbranos, Dios nuestro.
      
L/: Señor, tú abrirás mis labios.
R/: Y mi boca proclamará tu alabanza.
  
L/: Oh Dios, entiende en mi ayuda.
R/: Señor, apresúrate a socorrerme
  
L/: Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
R/: Como era en el principio, y ahora, y siempre, y por los siglos de los siglos. Amén. Desde la Septuagésima hasta la Pascua, en lugar del Aleluya, decir: Alabanza a ti, Señor, rey de la eterna gloria.
  

La sabiduría del Padre, la verdad divina,
El Dios-Hombre es capturado en los maitines:
Abandonado aprisa por los discípulos que le conocían:
A los judíos es entregado, vendido y afligido.
 
ANTÍFONA: Oh Cruz venerable, que conseguiste la salvación para los miserables, ¿cuántas alabanzas te tributarán? Porque nos preparaste para una vida en el Cielo.
   
L/: Adorámoste, oh Cristo, y bendecímoste.
R/: Que por tu santa Cruz redimiste al mundo.
 
OREMOS: Oh Señor Jesucristo, Hijo del Dios vivo, pon tu Pasión, tu Cruz y tu muerte entre tu juicio y mi alma, ahora y en la hora de mi muerte: y dígnate concederme gracia y misericordia, a los vivos y difuntos descanso y perdón, a tu Iglesia paz y concordia, y a nosotros pecadores, vida y gloria sempiterna. Tú que vives y reinas con Dios Padre en la unidad del Espíritu Santo y eres Dios, por todos los siglos de los siglos. Amén.
  

  

A LA PRIMERA HORA
L/: Por la señal de la Cruz, de nuestros enemigos.
R/: Líbranos, Dios nuestro.

L/: Oh Dios, entiende en mi ayuda.
R/: Señor, apresúrate a socorrerme

L/: Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
R/: Como era en el principio, y ahora, y siempre, y por los siglos de los siglos. Amén. Desde la Septuagésima hasta la Pascua, en lugar del Aleluya, decir: Alabanza a ti, Señor, rey de la eterna gloria.
  
A la hora prima el Señor es conducido a Pilato,
Acusado de mucho por falsos testigos,
Con bofetadas lo golpean, con las manos atadas,
Escupen al rostro de Dios, grata luz del cielo.
 
ANTÍFONA: Oh victoria de la Cruz, y admirable señal, haznos conseguir el triunfo en el tribunal celestial.
   
R/: Que por tu santa Cruz redimiste al mundo.
 
OREMOS: Oh Señor Jesucristo, Hijo del Dios vivo, pon tu Pasión, tu Cruz y tu muerte entre tu juicio y mi alma, ahora y en la hora de mi muerte: y dígnate concederme gracia y misericordia, a los vivos y difuntos descanso y perdón, a tu Iglesia paz y concordia, y a nosotros pecadores, vida y gloria sempiterna. Tú que vives y reinas con Dios Padre en la unidad del Espíritu Santo y eres Dios, por todos los siglos de los siglos. Amén.
  


A LA HORA TERCIA
R/: Líbranos, Dios nuestro.
      
L/: Señor, tú abrirás mis labios.
R/: Y mi boca proclamará tu alabanza.
  
L/: Oh Dios, entiende en mi ayuda.
R/: Señor, apresúrate a socorrerme
  
L/: Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
R/: Como era en el principio, y ahora, y siempre, y por los siglos de los siglos. Amén. Desde la Septuagésima hasta la Pascua, en lugar del Aleluya, decir: Alabanza a ti, Señor, rey de la eterna gloria.
  
  
Gritan en la hora tercia: «Crucifícalo»,
Para burlarse lo visten de púrpura,
Atormentan su cabeza con corona de espinas.
Sobre sus hombros carga la Cruz hasta el lugar de la pena.
 
ANTÍFONA: El castigo de la muerte funesta es condenado, mientras que Cristo en la Cruz destruye la cadena de nuestros crímenes.
   
R/: Que por tu santa Cruz redimiste al mundo.
 
OREMOS: Oh Señor Jesucristo, Hijo del Dios vivo, pon tu Pasión, tu Cruz y tu muerte entre tu juicio y mi alma, ahora y en la hora de mi muerte: y dígnate concederme gracia y misericordia, a los vivos y difuntos descanso y perdón, a tu Iglesia paz y concordia, y a nosotros pecadores, vida y gloria sempiterna. Tú que vives y reinas con Dios Padre en la unidad del Espíritu Santo y eres Dios, por todos los siglos de los siglos. Amén.
  

  
A LA HORA SEXTA
R/: Líbranos, Dios nuestro.
      
L/: Señor, tú abrirás mis labios.
R/: Y mi boca proclamará tu alabanza.
  
L/: Oh Dios, entiende en mi ayuda.
R/: Señor, apresúrate a socorrerme
  
L/: Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
R/: Como era en el principio, y ahora, y siempre, y por los siglos de los siglos. Amén. Desde la Septuagésima hasta la Pascua, en lugar del Aleluya, decir: Alabanza a ti, Señor, rey de la eterna gloria.
  
  
A la hora sexta Jesús es clavado a la Cruz,
Y con los ladrones colgados es reputado:
Sediento por sus tormentos, es saciado con hiel,
¡Así fue escarnecido el Cordero que disuelve los pecados!

ANTÍFONA: Por el leño fuimos hechos esclavos, y por la santa Cruz hemos sido liberados: el fruto del árbol nos sedujo, el Hijo de Dios nos redimió.
   
R/: Que por tu santa Cruz redimiste al mundo.
 
OREMOS: Oh Señor Jesucristo, Hijo del Dios vivo, pon tu Pasión, tu Cruz y tu muerte entre tu juicio y mi alma, ahora y en la hora de mi muerte: y dígnate concederme gracia y misericordia, a los vivos y difuntos descanso y perdón, a tu Iglesia paz y concordia, y a nosotros pecadores, vida y gloria sempiterna. Tú que vives y reinas con Dios Padre en la unidad del Espíritu Santo y eres Dios, por todos los siglos de los siglos. Amén.
  

  
A LA HORA NONA
R/: Líbranos, Dios nuestro.
      
L/: Señor, tú abrirás mis labios.
R/: Y mi boca proclamará tu alabanza.
  
L/: Oh Dios, entiende en mi ayuda.
R/: Señor, apresúrate a socorrerme
  
L/: Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
R/: Como era en el principio, y ahora, y siempre, y por los siglos de los siglos. Amén. Desde la Septuagésima hasta la Pascua, en lugar del Aleluya, decir: Alabanza a ti, Señor, rey de la eterna gloria.
  
  
En la hora nona el Señor Jesús expiró:
Clamando «Elí», encomendó al Padre su espíritu:
La lanza del soldado perforó su costado.
La tierra entonces tembló, y el sol se oscureció.
 
ANTÍFONA: ¡Oh magna obra de piedad! La muerte murió entonces, cuando en el leño de la Cruz murió el que es la vida.
   
R/: Que por tu santa Cruz redimiste al mundo.
 
OREMOS: Oh Señor Jesucristo, Hijo del Dios vivo, pon tu Pasión, tu Cruz y tu muerte entre tu juicio y mi alma, ahora y en la hora de mi muerte: y dígnate concederme gracia y misericordia, a los vivos y difuntos descanso y perdón, a tu Iglesia paz y concordia, y a nosotros pecadores, vida y gloria sempiterna. Tú que vives y reinas con Dios Padre en la unidad del Espíritu Santo y eres Dios, por todos los siglos de los siglos. Amén.


  
VÍSPERAS
R/: Líbranos, Dios nuestro.
      
L/: Señor, tú abrirás mis labios.
R/: Y mi boca proclamará tu alabanza.
  
L/: Oh Dios, entiende en mi ayuda.
R/: Señor, apresúrate a socorrerme
  
L/: Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
R/: Como era en el principio, y ahora, y siempre, y por los siglos de los siglos. Amén. Desde la Septuagésima hasta la Pascua, en lugar del Aleluya, decir: Alabanza a ti, Señor, rey de la eterna gloria.
  
En la hora vespertina, es bajado de la Cruz.
La fortaleza se escondió en el alma divina.
Tal muerte soportó el Médico de la vida:
¡Ay! La Corona de la gloria yace inerte.
 
ANTÍFONA: Oh Cruz bendita, que sola fuiste digna de llevar el peso del mundo: dulce leño, dulces clavos, dulce peso portaste: tú sola excedes sobre todos los árboles de cedro: en la cual fue colgada la salvación del mundo, donde Cristo triunfó, y con su muerte venció eternamente a la muerte.
   
R/: Que por tu santa Cruz redimiste al mundo.
 
OREMOS: Oh Señor Jesucristo, Hijo del Dios vivo, pon tu Pasión, tu Cruz y tu muerte entre tu juicio y mi alma, ahora y en la hora de mi muerte: y dígnate concederme gracia y misericordia, a los vivos y difuntos descanso y perdón, a tu Iglesia paz y concordia, y a nosotros pecadores, vida y gloria sempiterna. Tú que vives y reinas con Dios Padre en la unidad del Espíritu Santo y eres Dios, por todos los siglos de los siglos. Amén  



COMPLETAS
L/: Por la señal de la Cruz, de nuestros enemigos.
R/: Líbranos, Dios nuestro.
      
L/: Señor, tú abrirás mis labios.
R/: Y mi boca proclamará tu alabanza.
  
L/: Oh Dios, entiende en mi ayuda.
R/: Señor, apresúrate a socorrerme
  
L/: Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
R/: Como era en el principio, y ahora, y siempre, y por los siglos de los siglos. Amén. Desde la Septuagésima hasta la Pascua, en lugar del Aleluya, decir: Alabanza a ti, Señor, rey de la eterna gloria.

 
En la hora de completas le dan sepultura
Al noble Cuerpo de Cristo, esperanza de la vida futura.
Preparados los aromas, para cumplir la escritura:
Sea siempre mi cuidado recordar esta muerte.

Antífona: Salvador del mundo, sálvanos, que por tu Cruz y tu Sangre nos redimiste, Te suplicamos que nos socorras, ¡oh Dios nuestro!
   
L/: Adorámoste, oh Cristo, y bendecímoste.
R/: Que por tu santa Cruz redimiste al mundo.
 
OREMOS: Oh Señor Jesucristo, Hijo del Dios vivo, pon tu Pasión, tu Cruz y tu muerte entre tu juicio y mi alma, ahora y en la hora de mi muerte: y dígnate concederme gracia y misericordia, a los vivos y difuntos descanso y perdón, a tu Iglesia paz y concordia, y a nosotros pecadores, vida y gloria sempiterna. Tú que vives y reinas con Dios Padre en la unidad del Espíritu Santo y eres Dios, por todos los siglos de los siglos. Amén     


ENCOMIENDA DEL ALMA, DESPUÉS DE LAS COMPLETAS
Estas horas canónicas con devoción,
A Ti, oh Cristo, dirijo con piadosa intención
Para que por el ferviente amor por el cual por mí padeciste,
Seas mi refrigerio en la agonía de mi muerte.
Amén.


HIMNO
Las banderas reales se adelantan
Y la Cruz misteriosa en ellas brilla:
La Cruz en que la Vida sufrió muerte
Y en que sufriendo muerte nos dio vida.

Ella sostuvo el sacrosanto cuerpo
Que al ser herido por la lanza dura
Derramó sangre y agua en abundancia
Para lavar con ellas nuestras culpas.

En ella se cumplió perfectamente
Lo que David profetizó en su verso,
Cuando dijo a los pueblos de la tierra:
"Nuestro Dios reinará desde un madero".

¡Árbol lleno de luz, árbol hermoso,
Árbol ornado con la regia púrpura,
Y destinado a que su tronco digno
Sintiera el roce de la carne pura!

¡Dichosa Cruz que con tus brazos firmes,
En que estuvo colgado nuestro precio,
Fuiste balanza para el cuerpo santo
Que arrebató Su presa a los infiernos!

A ti, que eres la única esperanza,
Te ensalzamos, oh Cruz, y te rogamos
Que acrecientes la gracia de los justos
Y borres los delitos de los malos.

Recibe, oh Trinidad, fuente salubre,
La alabanza de todos los espíritus,
Y Tú que con tu Cruz nos das el triunfo,
Añádenos el premio, oh Jesucristo.



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