domingo, 10 de mayo de 2020

TRIDUO EN HONOR AL TAUMATÚRGICO SAN EXPEDITO, ABOGADO DE LAS CAUSAS JUSTAS Y URGENTES




 También llamado "el taumaturgo del siglo XXI"
Señor mío Jesucristo, Dios y hombre verdadero, Criador, Padre y Redentor mi amabilísimo, en quien creo, en quien espero, y a quien amo sobre todas las cosas; por ser Vos quien sois, la suma bondad, me pesa en el alma de haberos ofendido, y ayudado de vuestra divina gracia, propongo firmemente enmendarme y confesar mis pecados, confiando en vuestra misericordia infinita me los perdonareis por los merecimientos de vuestra preciosísima Sangre, y me otorgareis el don de la perseverancia final. Amén.
RESPONSORIO
De las causas urgentes Patrón:
Sed con vuestra intercesión,
San Expedito, nuestro abogado.
ofrece promesas varias
que se convierten en soplo
cuando llega la mañana.
De las causas urgentes Patrón:
Sed con vuestra intercesión,
San Expedito, nuestro abogado.
es el consejo del cuervo
pero Cristo dice “hoy”
al que quiere ser su siervo.
De las causas urgentes Patrón:
Sed con vuestra intercesión,
San Expedito, nuestro abogado.
lleva al martirio y la muerte
pero desde ellos resurge
una vida que es más fuerte.
De las causas urgentes Patrón:
Sed con vuestra intercesión,
San Expedito, nuestro abogado.
Y despreciaste las pompas del suelo
Por un bien superior,
por que sólo Cristo era tu anhelo.
De las causas urgentes Patrón:
Sed con vuestra intercesión,
San Expedito, nuestro abogado.
la corona de la gloria
haz que la verdad u justicia
logren pronto la victoria.
De las causas urgentes Patrón:
Sed con vuestra intercesión,
San Expedito, nuestro abogado.
℟. Para que seamos dignos de las promesas de Cristo.



Por la señal ✠ de la Santa Cruz, de nuestros ✠ enemigos, líbranos Señor ✠ Dios nuestro. En el nombre del Padre, y del Hijo ✠, y del Espíritu Santo. Amén.
Acto de contrición.
ORACIÓN INICIAL
Ínclito mártir de Cristo, San Expedito, defensor esforzado de la Fe, honor y gloria de la Iglesia católica; vos que fuisteis uno de los más distinguidos capitanes del Imperio romano, y de los más intrépidos soldados de la milicia de Dios; héroe insigne, con cuyas virtudes adornó el Cielo a la religión que profesamos; por cuyo medio extendió el culto cristiano y confundió a la idolatría; confiados en vuestra intercesión poderosísima para con el dador de todo bien, y seguros de la presteza con que acudís a favorecer a los que os invocan con urgencia en sus necesidades de alma y cuerpo, nos postramos hoy ante vuestra presencia, y de lo íntimo de nuestros corazones os suplicamos elevéis nuestras peticiones al trono del Eterno, haciendo que por vuestros méritos sean bien despachadas. Rogad, pues, al Señor en nuestro nombre que exalte y propague la santa Fe católica, por la cual derramasteis vos vuestra sangre; que extermine todos los cismas y herejías; que haga que la Iglesia Romana triunfe de todos sus enemigos, que proteja a su Vicario en la tierra; que conceda paz y concordia a todos los Príncipes cristianos; que envíe la salud a los enfermos, el socorro a los menesterosos, el consuelo a los afligidos, y llene de un gran pavor a cuantos se hallan en pecado mortal para que se conviertan y confiesen sus culpas. Por último, pedidle, santo gloriosísimo, que nos otorgue a todos la gracia de perseverar constantemente en la observancia de su santísima ley hasta el fin de nuestra vida para merecer así cantar con vos sus alabanzas en el Cielo. Amén.
DÍA PRIMERO.
Gloriosísimo mártir San Expedito, a quien destinó el Cielo para defensor de la Iglesia en las más crueles persecuciones con que fue afligida, y para ejemplo de fortaleza a los fieles de todos los siglos; ni la nobleza de vuestro nacimiento, ni la rara belleza de que os dotó el Señor, ni las distinciones y preeminencias que en la profesión de las armas os conquistó vuestro heroico valor, fueron bastantes para entibiar en vos el aprecio que siempre hicisteis de la religión del Crucificado, y pues que nosotros hemos sido fortalecidos en ella con tan excelentes ejemplos vuestros, os damos por ello las más cordiales gracias, y os felicitamos como a héroe dignísimo de aquella misma religión sacrosanta, gloria de la Iglesia universal y honor del pueblo cristiano, que hoy se postra en vuestra presencia y os dirige sus votos y plegarias para que las elevéis al trono del Señor. Dignaos, pues, alcanzarnos de su Divina Majestad un ferviente amor y una adhesión constante a esta santísima Religión cristiana en que tuvimos la dicha de nacer, y por cuya defensa sois llamado abogado de las causas urgentes y difíciles. Conseguidnos también la gracia especial que por vuestra intercesión le pedimos en este triduo, si es para gloria suya, honra vuestra y bien de nuestras almas. Amén.
( Se pide la gracia que se quiere alcanzar, y enseguida tres Padrenuestros, tres Avemarías y tres Gloriapatris en honor de la Santísima Trinidad que adornó al Santísimo San Expedito con la virtud de la perseverancia, que lo condujo a la confesión de la fe.)
Gozos.
Pues la Iglesia os ha nombrado
Servir al emperador
Pues la Iglesia os ha nombrado
Postergar la decisión
Pues la Iglesia os ha nombrado
La decisión de abrazar la fe verdadera,
Pues la Iglesia os ha nombrado
Una cruz gloriosa, viste en el cielo
Pues la Iglesia os ha nombrado
Tú que estas gozando
Pues la Iglesia os ha nombrado
Antífona: Este Santo, por la ley de su Dios luchó hasta la muerte, y no temió a la palabra de los impíos: porque fundado estaba sobre firme piedra.
℣. Ruega por nosotros, Glorioso San Expedito.
ORACIÓN FINAL.
Oh Dios, que por los méritos de tu Beatísimo y Gloriosísimo mártir San Expedito acoges benigno los ruego que tus hijos solicitan con urgencia, concédenos propicio, a cuantos recordamos su memoria, seamos libres de todo mal, tribulación y muerte súbita. Por Jesucristo Nuestro Señor. Amén.

DÍA SEGUNDO.
(como en el primer día, a excepción de lo siguiente)
Generosísimo mártir San Expedito, que haciéndoos todo para todos a fin de ganarlos a todos para Jesucristo, os multiplicasteis en todas partes sin exceptuar las cárceles y calabozos en que eran detenidos vuestros hermanos en la fe, haciendo apacibles con vuestra presencia aquellos lugares de horror, y templando con la dulzura de vuestra voz el lúgubre sonido de las cadenas que oprimían a los que estaban destinados al martirio: vos, que con la solidez y energía de vuestros razonamientos confirmasteis en la fe a vuestros nobilísimos compañeros llamados Cayo, Hermógenes, Gálata, Aristónico y Rufo, por estos triunfos vuestros tan notables, y por la caridad con que disteis en tantas ocasiones consuelo a los afligidos, socorro a los menesterosos, salud a los enfermos y habla a los mudos, os suplicamos de lo íntimo de nuestras almas nos alcancéis del Señor el don inestimable de la perseverancia en la fe, no menos que el de la caridad cristiana, con la cual obremos con nuestros hermanos necesitados de la misma manera que vos obrasteis, así bien que lo que os pedimos en este triduo, si es para mayor gloria de Dios, honra vuestra y bien de nuestras almas. Amén.

DÍA TERCERO.
(Como en el primer día, a excepción de lo siguiente)
Constantísimo mártir San Expedito, que ejercitándoos sin cesar hasta vuestra muerte en la práctica de las virtudes cristianas, alcanzasteis en grado heroico la de la esperanza, que es el gran lenitivo de los padecimientos de cuantos viven atribulados en este valle de lágrimas y de quebranto; ya que ni las atribulaciones, ni las angustias, ni las persecuciones, ni la desnudez, ni los tormentos, ni la misma dolorosa muerte que sufristeis, fueron bastantes a debilitar por un sólo instante la convicción íntima que tuvisteis siempre en vuestra alma de que, según la promesa de Dios, no se perdería ni un sólo cabello de vuestra cabeza, ni la más pequeña gota de la sangre que derramasteis en tanta abundancia; sino que vuestro cuerpo despedazado recobraría alguna vez para siempre su antigua entereza y hermosura por medio de una gloriosa resurrección; por esta esperanza que endulzó vuestro martirio, os rogamos renovéis en nosotros aquella virtud maravillosa, y nos estimuléis a vivir siempre de tal modo, que muriendo santamente, salgamos algún día triunfantes de nuestros sepulcros para recibir los dotes gloriosos que han de adornar a los cuerpos de los justos. Así lo esperamos de vuestro patrocinio, y también la gracia que os hemos pedido en este triduo, y que hoy os suplicamos con mayor empeño, ya que sois por todos invocado como patrono de las causas urgentes, si es para mayor gloria de Dios, honra vuestra y bien de nuestras almas. Amén.

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