martes, 26 de mayo de 2020

VISITA AL SANTÍSIMO SACRAMENTO



VISITA AL SANTÍSIMO SACRAMENTO

Áncora de Salvación. Nihil Obstat e Imprimatur 1944.


Por la señal… En el nombre del Padre…

Señor mío Jesucristo, que por el amor que tenéis a los hombres estáis de noche y de día en este Sacramento, todo lleno de piedad y de amor, esperando, llamando y recibiendo a todos los que vienen a visitaros: yo creo que estáis presente en el Santísimo Sacramento del Altar, os adoro desde el abismo de mi nada, y os doy gracias por todas las mercedes que me habéis hecho, especialmente por haberme dado en este Sacramento vuestro cuerpo, vuestra sangre, vuestra alma y vuestra divinidad; por haberme concedido como abogada a vuestra santísima Madre la Virgen María, y por haberme llamado a visitaros en este lugar santo. Adoro vuestro amantísimo Corazón, y deseo adorarlo por tres fines: el primero, en agradecimiento de esta tan preciosa dádiva; el segundo, para desagraviaros de todas las injurias que habéis recibido de vuestros enemigos en este Sacramento; y el tercero, porque deseo en esta visita adoraros en todos los lugares de la tierra donde estáis sacramentado con menos culto y más abandono. ¡Jesús mío!, os amo con todo mi corazón; pésame de haber tantas veces ofendido en lo pasado a vuestra infinita bondad; propongo, ayudado de vuestra gracia, enmendarme en lo venidero, y ahora, miserable como soy, me consagro todo a Vos; os doy y entrego toda mi voluntad, mis afectos, mis deseos y todo cuanto me pertenece. De hoy en adelante haced, Señor, de mí y de mis cosas todo lo que os agrade. Lo que yo quiero y te pido es vuestro santo amor, la perfecta obediencia a vuestra santísima voluntad y la perseverancia final. Os encomiendo las almas del purgatorio, especialmente las más devotas del Santísimo Sacramento y de María Santísima os ruego también por los pobres pecadores. En fin, amado Salvador mío, uno todos mis afectos y deseos con los de vuestro amorosísimo Corazón, y así unidos los ofrezco a vuestro Eterno Padre y le pido en vuestro nombre que por vuestro amor los acepte y los mire benignamente. Amén.


COMUNIÓN ESPIRITUAL

¡Oh Jesús mío!, creo que estáis en el Santísimo Sacramento. Os amo sobre todas las cosas, y deseo recibiros en mi alma. Ya que ahora no puedo recibiros sacramentalmente, venid a lo menos espiritualmente a mi corazón. Como si ya hubieseis venido, os abrazo y me uno todo a Vos; no permitáis que jamás me separe de Vos.


ACTO DE EXPIACIÓN

Divino Salvador de las almas, cubierto de confusión me postro en vuestra presencia soberana, y dirigiendo mi vista al solitario tabernáculo donde gemís cautivo de mi amor, pártese mi corazón de pena al ver el olvido en que os tienen los redimidos, al ver esterilizada vuestra Sangre, infructuosos los sacrificios y escarnecido vuestro amor. Pero ya que con infinita condescendencia permitís que una yo este día  mis gemidos a los vuestros, mis lágrimas a las que brotaron por mi causa de santísimos ojos, a las lágrimas de sangre que vertió vuestro Divino Corazón, os ruego, dulce Jesús, por los, que no os ruegan, os bendigo por los que os maldicen y os adoro por los que despiadados os ultrajan; y con toda la energía de mi alma, deseo bendeciros y alabaros en todos los instantes de mi vida y en todos los Sagrarios de la tierra.

Suba, Señor, hasta Vos, el doloroso grito de expiación y arrepentimiento que el pesar arranca de mi contrito corazón.

Por mis pecados, por los de mis padres, hermanos y amigos, por los del mundo entero. R/: perdón, Señor, perdón.

Por las infidelidades y sacrilegios, por los odios y rencores:

Por las impurezas y escándalos:

Por los hurtos e injusticias, por las debilidades y respetos humanos

Por la desobediencia a la santa Iglesia, por la violación del ayuno:

Por los atentados contra el Pontífice Romano, por las persecuciones contra los Obispos, sacerdotes, Religiosos y Vírgenes Sagradas:

Por los insultos hechos a vuestras imágenes, la profanación de los templos, el abuso de los Sacramentos y los ultrajes al augusto Tabernáculo:

Por los crímenes de la prensa impía y blasfema, por las horrendas maquinaciones de tenebrosas sectas:

Por los justos que vacilan, por los pecadores que resisten a la gracia, por los infelices que agonizan, y por todos los que sufren:

Perdón, Señor, y piedad por el más necesitado de vuestra gracia: que la luz de vuestros divinos ojos no se aparte jamás de mí. Encadenad a la puerta del Tabernáculo mi inconstante corazón; hacedle allí sentir los incendios del amor divino, y a vistas de las propias ingratitudes y rebeldías, que se deshaga, de pena, que llore lágrimas de sangre, que viva muriendo de amor. Así sea.

 

ALABANZAS
EN REPARACIÓN DE LAS BLASFEMIAS

Bendito sea Dios.

Bendito sea su santo Nombre.

Bendito sea Jesucristo, verdadero Dios y verdadero hombre.

Bendito sea el Nombre de Jesús

Bendito sea su Sacratísimo Corazón.

Bendito sea Jesús en el Santísimo Sacramento del Altar.

Bendita sea la excelsa Madre de Dios, María Santísima.

Bendita sea su santa e inmaculada Concepción.

Bendito sea el nombre María, Virgen y Madre.

Bendito sea San José, castísimo esposo.

Bendito sea Dios en sus Ángeles y en sus Santos.

 

 

 

 


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