martes, 2 de junio de 2020

MIÉRCOLES A LA VIRGEN DEL CARMEN



MIÉRCOLES CONSAGRADO A MARÍA SANTÍSIMA DEL CARMEN

Hecha la señal de la Cruz, postrado delante de la Sagrada imagen de nuestra Señora del Carmen, se adorará al Santísimo Sacramento, diciendo cinco veces:


L/: Sea infinitas veces bendito y alabado,

R/: Mi Jesús Sacramentado.

Padre nuestro, Ave María, y Gloria Patri...


Creo en Dios: Espero en Dios: Amo a Dios: Pésame en el alma de haber ofendido a Dios, solo por ser quien es.


ACTO DE CONTRICIÓN

Dulcísimo Redentor del linaje humano, Señor mío Jesucristo: yo la criatura más vil de las nacidas, avergonzada con la multitud de mis pecados, me postro en vuestra divina presencia, y humilde pido perdón de todos ellos: los detesto Señor, y me pesa de todo corazón de haberos ofendido; y al mismo tiempo espero vuestra divina bondad que me habéis de perdonar por los méritos é intercesión de María Santísima del Carmen, vuestra Madre y mi abogada, intercesora y mi consuelo, en quien confío me ha de patrocinar y auxiliar, para enmendar mi vida en adelante; lo que prometo ayudado de la divina gracia hasta la muerte. Amén.


ORACIÓN PREPARATORIA

¡Oh dulcísima Señora y Madre mía! honra del Carmelo, alegría de toda la tierra y consuelo de los afligidos; puerto de seguridad para los delincuentes, y especial protectora de tus devotos. Yo, Señora mía, me glorío de ser del número de ellos, aunque el más indigno. Quisiera Madre amabilísima que el corazón se me deshiciera de amor vuestro, y pues por mi nada valgo, hacedme vos digno de serviros, y bendecir vuestro santo nombre. ¡Oh Virgen del Carmen! ostentad cuán poderosa sois para con Dios, y alcanzadme una luz y una divina llama, tan vehemente que, de pecador, me convierta en justo y en un verdadero devoto vuestro; pues yo desde este instante me ofrezco a vuestro servicio, y os consagro mi corazón en agradecimiento del amor que mostraste a los hombres cuando diste a tu siervo Simón la preciosa joya del escapulario. Gracias os doy, Señora, por tanto favor y os ofrezco mi entendimiento, para que conozca siempre el amor que vos merecéis; mi voluntad, para amaros; mi memoria, para acordarme de tus beneficios; y mi lengua, para publicarlos y alabarlos. Yo me glorío, Señora, de que seáis quien sois; dadme vuestra gracia, y hacedme digno de publicar vuestras alabanzas. Tú que, con el Padre, el Hijo, y el Espíritu Santo vives y reinas por eternos siglos. Amén.

Aquí se rezan tres Ave Marías en la forma siguiente:


Yo os saludo, Virgen Santísima, la más feliz entre todas las mugares; y doy infinitas gracias al Eterno Padre, porque os crió para su Hija muy amada.

Dios te salve María…

Yo os saludo, Virgen Purísima, la más feliz entre todas las mujeres; y doy infinitas gracias al Verbo Divino, porque os escogió para su Madre querida.

Dios te salve María…

Yo os saludo, Virgen Castísima, la más feliz entre todas las mujeres; y doy infinitas gracias al Espíritu Santo porque os eligió por su más fidelísima Esposa.

Dios te salve María…

ORACIÓN DEPRECATORIA

Soberana Emperatriz de cielo y tierra, tierna y dulcísima Madre de los desgraciados hijos de Adán; llena eres, Señora, de toda la plenitud de gracia superior a la de todos los ángeles y santos juntos. Modelo el más perfecto de todas las virtudes, y manantial inagotable de portentos: á ti benigna María, recurre hoy mi pequeñez y mi nada, implorado tu poderosa intercesión. Virgen Sagrada, prudentísima Ester que con tus ruegos sabes hacer que se a la que la justicia divina; alcánzame de tu Hijo Santísimo que me sean perdonados mis pecados. ¡Oh María de mi alma, tú que bajo la advocación del Carmen has hecho tantos prodigios; tú que a los que traen consigo el santo escapulario has favorecido, dando vista a los ciegos, salud a los enfermos, salvación en los riesgos, y gracia a los pecadores reconciliándolos con tu Hijo Santísimo y mi amable Redentor: vedme aquí pues, Señora, que, pues traigo la sagrada divisa de tu carmelitano escudo, ¡imploro tu auxilio y protección! Vos. Virgen Sagrada, que por miserable que sea el pecador tenéis para él ternura de Madre, y a nadie desamparas, oye mis ruegos y concédeme el aumento de mi fé, el aliento de mi esperanza el fervor en mi caridad, y la perfección en todas las virtudes, para que haciéndome un fiel esclavo vuestro, me constituya al mismo tiempo un exacto observante del sagrado instituto del santo escapulario que venero en tus Santísimas manos, y traigo en mi pecho como prenda segura de mi salvación, y como un doble vestido con que me habéis cubierto. Concédeme esta gracia, que te suplico, si fuere para mayor honra y gloria de Dios, honor vuestro bien de mi alma y de mis prójimos. Amén.

Aquí se alienta la confianza en la Santísima Virgen, y se le pide con humildad lo particular que se desea.

 

Señor, ten piedad

Cristo, ten piedad

Señor, ten piedad.

Cristo, óyenos.

Cristo, escúchanos.

 

Dios, Padre celestial R/: ten piedad de nosotros.

Dios, Hijo, Redentor del mundo,

Dios, Espíritu Santo,

Santísima Trinidad, un solo Dios,

 

Santa María R/: ruega por nosotros.

Santa Madre de Dios,

Santa Virgen de las Vírgenes,

Madre de Cristo,

Madre de la Iglesia,

Madre de la divina gracia,

Madre purísima,

Madre castísima,

Madre siempre virgen,

Madre inmaculada,

Madre amable,

Madre admirable,

Madre del buen consejo,

Madre del Creador,

Madre del Salvador,

Madre de misericordia,

Virgen prudentísima,

Virgen digna de veneración,

Virgen digna de alabanza,

Virgen poderosa,

Virgen clemente,

Virgen fiel,

Espejo de justicia,

Trono de la sabiduría,

Causa de nuestra alegría,

Vaso espiritual,

Vaso digno de honor,

Vaso de insigne devoción,

Rosa mística,

Torre de David,

Torre de marfil,

Casa de oro,

Arca de la Alianza,

Puerta del cielo,

Estrella de la mañana,

Salud de los enfermos,

Refugio de los pecadores,

Consoladora de los afligidos,

Auxilio de los cristianos,

Reina de los Ángeles,

Reina de los Patriarcas,

Reina de los Profetas,

Reina de los Apóstoles,

Reina de los Mártires,

Reina de los Confesores,

Reina de las Vírgenes,

Reina de todos los Santos,

Reina y Señora del Carmelo.


ANTÍFONA: Santa María, socorro a los necesitados: ayuda a los de flaco y pequeño corazón: consuela a los dignos de lágrimas: ruega por todo el pueblo: interponte a favor del estado eclesiástico: intercede por el devoto sexo femenil; y experimenten tu socorro todos los que celebran tu solemne conmemoración.


L/: Ruega por todos nosotros Santa Madre de Dios.

R/: Para que seamos dignos de las promesas de Cristo.


ORACIÓN: Dios que honrasteis al orden de la dichosísima siempre Virgen María tu Madre, con el título singular del Carmelo, concede benigno que, fortalecidos con las defensas de la que hoy con solemne oficio celebramos su conmemoración; merezcamos últimamente llegar a los goces sin fin de vuestra gloria. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.


Pues eres madre de amores,

Y de los hombres consuelo;

Ruega por los pecadores

Virgen Reina del Carmelo.

 

¡Oh incomparable María!

Reina de la tierra y cielo,

Que, en el monte del Carmelo,

Fuisteis toda la alegría;

Y pues eres Madre pía

Que nos llenas de consuelo.

 

Eres el iris de paz,

Y la reconciliadora

Que, a los hombres a toda hora,

Les das auxilio eficaz;

Y pues tan gloriosa estás

Con Jesús tu Hijo en el cielo.

 

Eres nube milagrosa,

Que al hombre en este destierro

Le conduces con esmero,

Hasta la patria dichosa;

Y pues eres tan piadosa

Y no es otro tu desvelo.

 

Tú te gozas ¡Oh María!

De ser nuestra intercesora

Nuestra luz, y nuestra aurora

Causa de nuestra alegría;

Y pues eres nuestra guía

Nuestro amor y nuestro anhelo.

 

Como madre te mostraste,

Cuando al dichoso Simón,

Con piadoso corazón

Tu escapulario entregaste;

Y pues por él otorgaste

Tus promesas para el cielo.

 

Tú has prometido, Señora,

Al fiel devoto que tenga,

Sobre su pecho esta prenda,

Protegerlo en la última hora;

Y pues sois la protectora

De los hombres en el suelo.


OFRECIMIENTO

¡Oh gloriosa Señora! postrado a los pies de vuestro trono, os adoro desde este valle de lágrimas, y os doy infinitas gracias por el amor que profesas a los hombres a quienes adoptasteis por hijos vuestros por medio de la Cruz, por esta caridad, y por los muchos favores que hemos merecido de tu liberalidad, te pedimos, no os olvidéis de nosotros. ¡Oh dulcísima Virgen María del Carmen! yo te ofrezco estas oraciones, y te encomiendo mi alma, mi cuerpo, mis pensamientos, mis obras, la vida y la muerte. ¡Oh Señora mía! ayudadme y confortadme en mi última hora contra las asechanzas del demonio; no os desdeñéis de mis humildes súplicas, pues con la confianza que me inspira vuestro maternal afecto, te ruego que mires por la honra y gloria de Dios que tanto os interesa; por la exaltación y propagación de nuestra santa fé católica, en cuya profesión quiero vivir y morir; por la extirpación y total exterminio de la herejía; por la paz y tranquilidad de la Iglesia; por nuestro sumo Pontífice; por la felicidad y acierto del gobierno eclesiástico y político; por todas las necesidades públicas y privadas dela Iglesia, del Estado y de cada uno de mis prójimos; por la conversión de los pecadores, y perseverancia de los justos. Finalmente, por el refrigerio y descanso de las almas detenidas en la Iglesia. purgante: y en particular, por las que fueron cofrades del Carmen. ¡Oh María Purísima! Todo amor, toda misericordia, échanos tu bendición. En nombre de Dios Padre, de Dios Hijo, de Dios Espíritu Santo. Amén.


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