NOVENA AL QUERÚBICO SANTO
TOMÁS DE AQUINO
Compuesta por D. Felipe Lesmes
Lérida. 1864
ACTO DE CONTRICIÓN
Señor mío Jesucristo, mi Padre, mi Criador
y mi Redentor, en quien creo, en quien espero y a quien amo sobre todas las
cosas, tened compasión de mi miserable pecador, y concededme por vuestra bondad
un verdadero arrepentimiento de todos mis pecados. Lo siento de veras por ser
Vos quien sois, me pesa de haber ofendido con ellos a un Padre tan bueno, que
sois todo amor. Perdonadme, Padre misericordiosísimo, y concededme la gracia de
morir mil veces antes que volver a pecar.
ORACIÓN PARA TODOS LOS
DÍAS
Dios y Señor de las ciencias, Padre
Omnipotente, cuya voz fecunda en si misma hizo venir al ser todas las cosas,
cuya providencia se extiende a todas ellas, cuya bondad se ostenta
particularmente en la efusión de vuestra gracia, que dais a cada uno según la
medida de la donación de Cristo Señor nuestro Salvador divino de nuestras
almas, y fundador prudentísimo de nuestra Religión, que disteis a unos
Apóstoles, a otros Profetas, a otros Evangelistas, y otros Pastores y Doctores
para la consumación de los Santos en la obra del ministerio, para edificación
de vuestra Iglesia Santa y para que no fluctuáramos como niños, arrebatados de
todo viento de doctrina por la malignidad de los hombres, que engañan con
astucia en el error, sino que siguiendo la verdadera Fe animada de la Caridad,,
creciéramos por todas las cosas en Vos, que sois nuestra cabeza: Espíritu
divino, que siendo uno y el mismo en todos los siglos comunicasteis vuestros
dones y gracias ti tantos Doctores y Maestros , dividiéndolas á cada, uno según
vuestra santísima voluntad, y enriquecisteis abundantemente con la efusión de
todas ellas la bendita alma de nuestro Angélico Maestro Santo Tomas, haciéndole
como un depósito general de la santa doctrina, y padre de una posteridad
numerosa de verdaderos sabios, nosotros, humildes siervos vuestros y discípulos
indignos suyos, apoyados en vuestra infinita misericordia, y en la intercesión
de este glorioso Doctor y Maestro nuestro, acudimos al trono de vuestra gracia
é imploramos vuestro patrocinio. Elegidos para sucesores suyos en tan glorioso
ministerio, nos vemos rodeados por todas partes de las tinieblas y corrupción
de tantas sectas, reunidas contra la verdad en estos días desgraciados,
necesitamos más que nunca de la suavidad de vuestros dones para preservarnos de
la seducción, y conducir por los pastos saludables vuestra grey. Nuestras culpas
nos han hecho acreedores al mayor de los castigos, que es la privación de
vuestras luces; más constituidos en tan miserable situación, no hallamos otro
recurso que levantar los ojos a Vos ¡oh Padre de las luces I de quien viene
toda dádiva buena y todo don perfecto; a Vos, sabiduría increada, que
elegisteis lo débil para confundir lo fuerte, y lo ignorante para desvanecer la
ciencia altanera de este siglo ; á Vos, Espíritu consolador, enviado para
enseñar toda verdad, y dirigirnos en nuestra peregrinación . Venid, Espíritu
divino, é iluminad nuestro entendimiento con la sabiduría celestial, que
concedisteis a nuestro Santo Maestro ; venid, distribuidor de los dones, y
enriqueced nuestra voluntad can los que tan abundantemente derramasteis sobre
la suya; venid, luz de los corazones, y disipad del nuestro las tinieblas de
los vicios, preparándole como Moisés en otro tiempo las tablas, para que
vuestro dedo divino grabe indeleblemente sobre la ley santa que prometisteis en
otro tiempo escribir sobre los corazones de los nuevos fieles; haced que profesemos
siempre una veneración suma a los libros Santos inspirados por Vos, seamos
depositarios fieles de la Tradición, hijos dóciles de la Iglesia católica,
ovejas sumisas a la voz de los pastores, súbditos rendidos del Romano Pontífice
sucesor de San Pedro, y cabeza visible de la Iglesia, religiosos defensores de
la doctrina de los Santos Padres, discípulos constantes de los Doctores y
Maestros fieles, que nos han precedido, emuladores de sus hechos de nuestra Religión,
y cautivadores de toda ciencia natural en obsequio de la fé. Estas virtudes,
con que enriquecisteis a nuestro Angélico Maestro, elevándole por ellas al alto
grado de sabiduría, que le ha hecho en todos tiempos el consuelo de la Iglesia,
oráculo de los Concilios, guía de las Escuelas, y asombro de sus mismos
enemigos, son las que rendidamente os pedimos por su intercesión en esta Novena
que consagramos gustosos a su culto en agradecido recuerdo a su protección.
Comunicádnoslas, Señor, para que, siendo imitadores de sus virtudes, e hijos de
su sabiduría celestial, merezcamos instruir en la salud a muchos durante esta
vida, y resplandecer en la otra por perpetuas eternidades. Amén.
DÍA PRIMERO
ORACIÓN
Glorioso Maestro y Protector mío, Varón
bienaventurado, que ni os dejasteis llevar del consejo de los impíos, ni
corristeis el camino de los pecadores, ni os sentasteis jamás en la cátedra
pestilencial del error, sino que fijando vuestra voluntad en la ley santa del
Señor pasabais los días y las noches en su meditación, creciendo como árbol
plantado a las corri3ntes de tan saludables aguas, para dar frutos sazonadísimos
de doctrina en todos los siglos; por la singular ternura y veneración que
profesasteis siempre A las sagradas letras, y por los heroicos actos de
virtudes que en su lectura practicabais, os suplicamos nos alcancéis del Señor
odio eterno A la lectura de obras impíos, y un amor decidido al estudio de la
palabra divina, acompañado de la sencillez de intención y pureza de afecto que
requiere. No permitáis, Maestro gloriosísimo que nuestra soberbia convierta en
lazos el camino de la verdad; no muramos en la letra, seamos vivificados con el
espíritu; conozcamos con el Apóstol San Pedro, que su inteligencia no pende de
la interpretación propia de cada uno, sino que habiendo hablado por inspiración
del Espíritu Santo los hombres santos escogidos por Dios para órganos suyos, a
este Espíritu residente en la Iglesia Católica es a quien toca la interpretación
de sus palabras : haced que siguiendo siempre, a imitación vuestra, esta regla
infalible de la verdad, y animados del mismo espíritu en su lectura, salgamos
de ella hechas unos hombres de Dios, instruidos para toda obra buena en esta
vida y dignos del premio prometido en la eterna. Amén.
Ahora se pedirá a Dios el buen uso de este
lugar, por la intercesión del santo Doctor.
ORACIÓN MARÍA SANTÍSIMA
Santísima Señora, concebida sin pecado
Aurora deseada por tanto tiempo, que por vuestra profundísima humildad
merecisteis ser Madre de la Sabiduría increada, disipando como tal las
tinieblas del mundo, y destruyendo las herejías en todos los siglos; por la
singular ternura con que miráis a los que aspiran a ser algún día
evangelizadores de la paz, y por el cariño especial con que distinguisteis a
nuestro Angélico Maestro el Señor Santo Tomas, siendo su guía y protectora en
los estudios, os suplicamos no desamparéis a los que siguiendo su doctrina
desean juntamente imitarle en la práctica de las virtudes, singularmente en la
tierna devoción para con Vos Recibid, Madre dulcísima, la ofrenda que os
hacernos de nuestro corazón, entendimiento, talentos y estudios: dilatad sobre
vuestra Academia el manto real de vuestra augusta protección, para que
trabajando a la sombra de tan benignos auspicios, crezca más en virtud y
letras, evitemos los escollos que nos cercan por todas partes, y rotos los
lazos de la impiedad, brillemos con una humilde sabiduría, y recibiendo la
aureola preciosa de Doctores en la otra, cantemos vuestras misericordias los
siglos de los siglos. Amen.
DÍA SEGUNDO
ORACIÓN
Angélico Maestro y Protector mío, Timoteo fiel,
que, evitando las novedades profanas de las voces, y la ostentación orgullosa
de la ciencia de falso nombre, que ha hecho naufragar a tantos acerca de la Fe,
guardasteis con escrupuloso desvelo el depósito sagrado de la Tradición.
Beseleel ingenioso, que sin alterar ni corromper el tesoro de las verdades
católicas recibidas de nuestros Padres, supisteis adornarlas, ilustrarlas y
engarzarlas en la cadena de oro de vuestros escritos, para que eslabonadas así
pudieran más fácilmente transmitirse de generación en generación hasta el fin
de los siglos; por la adhesión constante de vuestro entendimiento a esta regla
infalible de la verdad, y por la veneración profunda que profesasteis siempre en
este depósito sagrado, os suplico humildemente nos alcancéis del Señor una aversión
filme toda novedad, luz y humildad para conocer sus atractivos, destreza en
desbaratar sus sofismas, un ánimo constante para hacer frente a su seducción y
una voluntad decidida para la Ley Santa del Señor, para que enriquecido nuestro
corazón con tan saludables aguas podamos algun dia derramarlas sobre los
pueblos, confiarlas a otros que las enseñen en lo sucesivo, y preservados por
vuestra intercesión de todo error en esta vida, seamos gozo y corona vuestra en
el Señor por los siglos de los siglos. Amén.
DÍA TERCERO
ORACIÓN
Angélico Maestro y Protector mío, Moisés
iluminado de Dios que huyendo de la casa de Faraón, y prefiriendo a los tesoros
del Egipto de este mundo el improperio de Jesucristo Señor nuestro, fuisteis
elegido para guía del Pueblo Santo precediendo la columna luminosa de la
Iglesia corno antorcha resplandeciente entre las tinieblas del error, y nube
que os defendía de los ardores de una curiosidad indiscreta; para que ni anduvierais
errante en la variedad de las sectas, ni os oprimiera la gloria y resplandor de
los misterios más profundos de la Religión: por la humilde docilidad con que
seguisteis siempre este norte seguro de la verdad, os pedirnos humildemente nos
alcancéis del Señor la sencillez de pequeñuelos; para que como recién
engendrados en Cristo, racionales, sin dolo ni malicia alguna, apetezcamos la
leche pura de la doctrina, y arrojados en los brazos de esta Santa Madre,
columna y firmamento de la verdad, crezcamos en edad y sabiduría delante de
Dios y de los hombres, nos levantemos como hijos fieles, y la hagamos predicar
bienaventurada en esa vida, y ser alabada de su Esposo celestial en la otra por
los siglos de los siglos. Amén.
DÍA CUARTO
ORACIÓN
Angélico Maestro y Protector mío, humilde
Pablo, que en medio de las extraordinarias luces y singulares favores de Dios,
que os había escogido para vaso de elección que dilatara su nombre por todos
los siglos, nivelasteis siempre vuestra doctrina por la de los Sagrados
Concilios, no sea que corrierais en vano, o hubierais corrido; por la sumisión
profunda que tuvisteis a la voz de los Pastores, oyendo en ellos la de
Jesucristo, Maestro y. Redentor nuestro, os pedirnos humildemente nos alcancéis
del Señor una humilde desconfianza de nosotros mismos, un ánimo rendido a la determinación
de los Sagrados Concilios legítimamente celebrados, la inteligencia de sus
Cánones, y una voluntad pronta en el cumplimiento de ellos, para que siguiendo
este camino real de la verdad, sin declinar a la derecha ni a la izquierda, evitemos
los escollos y precipicios del error, seamos buen olor de Jesucristo en
nuestras costumbres, y guiando con el ejemplo y doctrina a los pueblos por el
desierto de esta vida, merezcamos entrar con ellos en la tierra de Promisión de
la gloria, donde os acompañemos por los siglos de los siglos. Amén.
DÍA QUINTO
ORACIÓN
Angélico Maestro y Protector mío, Samuel
obediente, que llamado de Dios para ser uno de los más célebres Doctores de la
Iglesia, y enriquecido de preciosos tesoros de sabiduría celestial, acudisteis
siempre al Supremo de los pastores deseando recibir de su boca la doctrina, y
evitar por este medio las ilusiones del espíritu del error, transfigurado en Ángel
de luz para nuestra ruina: por la prudentísima sumisión y obediencia ciega a la
Silla Romana, que formó vuestro carácter y distintivo dejándola como en
herencia a vuestros verdaderos discípulos, os suplicamos humildemente nos alcancéis
del Señor gracia con que despreciemos las inicuas fábulas de los enemigos de
esta Santa Madre, un amor tierno al Vicario de Jesucristo y Sucesor de San
Pedro, y una adhesión constante a su Catedra y doctrina, para que fundados
sobre esta piedra, y cimentados en ella, seamos superiores é los asaltos del
Infierno, formemos un rebaño bajo la dirección de un Pastor en esta- vida, y
muriendo en el seno de la Iglesia Católica, pasemos a triunfar con Vos en la Jerusalén
celestial por los siglos de los siglos. Amen.
DÍA SEXTO
ORACIÓN
Angélico Maestro y Protector mío, José
precioso enviado por Dios al Egipto de este inundo para acumular pastos
abundantes de doctrina, y alimentar las escuelas en la grande hambre que había
de venir sobre la tierra; hijo creciente, siempre exasperado por vuestros
hermanos, cuyo arco no se sentó en la fortaleza, y cuyos lazos fueron desatados
por mano del poderoso Jacob, saliendo de allí para Pastor y piedra de Israel:
Nazareno escogido, en cuya cabeza descansaron las bendiciones de vuestro Padre,
confirmadas con las bendiciones de los suyos; por la piadosa aflicción, y
singular destreza con que manejasteis sus obras de estos órganos de la verdad,
mirandolos como depositarios dela doctrina de la Iglesia, consultándolos en
vuestras dudas, y reuniéndolos en vos como un un foco, donde reconcentrados en
uno, redujeran a polvo las más obstinadas herejías; os suplicamos humildemente
nos alcancéis del Señor la veneración debida a sus talentos y virtudes; una
fortaleza invicta en confesar, y no esconder ni negar A nuestros Padres en la
Fe; luz y acierto en el manejo de sus escritos, y que fundados en estos montes
santos, y enriquecidos con las saludables aguas que se desprenden de su eminente
santidad, aprendamos a despreciar la novedad de los sectarios, sigámoslo en la
Fe y pureza de la vida, logrando acompañarlos por eternidades en la gloria. Amén.
DÍA SÉPTIMO
ORACIÓN
Angélico Maestro y Protector mío, Escriba
docto en el Reino de los Cielos, que sacando del tesoro de vuestra celestial
sabiduría lo nuevo del método, sin dañar a la antigüedad de la doctrina, presentasteis
como un escuadrón bien ordenado los dogmas de la Religión, haciendo formidable
su aspecto a los enemigos de la verdad en todos los tiempos: Aod ambidextro,
que manejando igualmente los primores de la Teología y del Derecho Canónico, atravesasteis
con esta espada de dos filos A los opresores del Pueblo santo: por la singular
destreza con que manejasteis las verdades de la Religión, y por el nervio,
orden, claridad, y precisión en enseñarlas que os han granjeado el renombre
glorioso de Doctor Angélico, Oráculo de los Concilios, y Sol de las Escuelas,
os suplicamos humildemente nos alcancéis del Señor una adhesión constante a
vuestra doctrina, la estimación y precio debido al método escolástico, horror a
las calumnias y burlas de la impiedad conjurada contra este antemural precioso
de la Fe, y la gracia que necesitamos, para que armados con este escudo
peleemos las batallas del Señor en esta vida, y triunfando del error, seamos en
la otra coronados por los siglos de los siglos. Amén.
DÍA OCTAVO
ORACIÓN
Angélico Maestro y Protector mío, Jepté
esforzado, que puesto al frente de los Reales del Señor revolvíais
cuidadosamente los fastos de la Religión para animaros con sus ejemplos, y
rebatir las calumnias y falsedades de tantos Amonitas empeñados en corromper
sus hechos y denigrar el buen nombre de nuestros mayores: por la sencillez
santa con que como abeja solicita corristeis este jardín, hermoso en todos los
siglos, sacando de sus flores miel con que alimentar nuestro espíritu, y cera
con que alumbrar el Santuario, os suplicamos humildemente nos alcancéis del
Señor acierto para evitar tantos lazos y sombras esparcidas en este campo de la
literatura, prudencia sencilla con que huyamos los artificios de una crítica
vendida de la impiedad, y una discreción segura, para que separando lo precioso
de lo vil, seamos como la boca del Señor en este siglo, imitando los hechos
gloriosos de nuestros Padres, mereciendo ser compañeros , suyos en la gloria
por los siglos de los siglos. Amén.
DÍA NOVENO
ORACIÓN
Angélico Maestro y Protector mío, David magnánimo, que animado del celo del Señor despojáis á la Filosofía terrena de los tesoros de ciencia que detenía en la mentira, santificándolos con vuestro estudio y consagrándolos al servicio de la Religión: Salomón magnifico, que acumula dos muchos tesoros de conocimientos humanos, fabricasteis de ellos un templo majestuoso donde descansara la ciencia de las ciencias, recibiendo el homenaje y obsequio de todas ellas: por la sobriedad santa con que manejasteis sus luces sin dejaros arrebatar de una curiosidad vaga, ni seducir de los atractivos de la soberbia, os suplicamos humildemente nos alcancéis del Señor una prudente cautela con que ni despreciemos las verdaderas luces que la Re ligion Santa no terne, ni abracemos las falsas que cubiertas bajo la apariencia de verdaderas preparan los caminos al error, fomentan la insubordinación de nuestro espíritu, y le arrastran miserablemente a la impiedad. Haced, Santo mío, que penetrados de un sólido amor a la sabiduría merezcamos el renombre glorioso de Filósofos, envilecido en estos días por tantos profanadores de esta ciencia ; venguémosla por vuestra intercesión de sus insultos, apréndalos en ella á humillar nuestra razón bajo el peso de tantos misterios naturales, elevémonos de su contemplación a la de un Dios, autor un mismo tiempo de la gracia, para que cautivando á imitación vuestra todo entendimiento en obsequio de la Fé, hagamos racional nuestro obsequio, despojemos al Egipto que es la Filosofía de este mundo de sus tesoros, enriquezcamos con ellos al pueblo del Señor, y cortándoles uñas y cabellos A esta esclava, la introduzcamos al tálamo de la Religión, hagamos triunfar la verdad en esta vida, y merezcamos verla cara a cara en la otra por los siglos de los siglos. Amén.
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