PRECES A SAN LUIS GONZAGA
San
Luis Gonzaga R/: Rogad por nosotros.
Oh
Santo, presente del cielo con cedido a la piedad de vuestra madre.
Vos,
que antes aun de ver la luz, erais ya engendrado en Jesucristo.
Vos
que crecíais juntamente en años y en sabiduría.
Vos,
que fuisteis siempre aplicado a Dios.
Férvido
servidor de María.
Vos,
que hicisteis voto de guardar siempre la castidad angélica, émulo digno de la pureza
de los ángeles.
Enemigo
implacable de una carne inocente.
Dechado
brillante de todas las virtudes desde la infancia.
Volcán
de amor seráfico hacia la santa Eucaristía.
Vos,
que en la mesa del Señor gustabais delicias inefables.
Generoso
despreciador de las grandezas y placeres del mundo.
Vos
a quien el Señor llamó a vivir de la corte al claustro.
Vos
que fuisteis probado como el oro en el crisol.
Vos,
que inflexible en vuestra santa resolución, os hicisteis sordo así a las
súplicas como a las amenazas de un padre irritado.
Vos,
que de muy buen grado y con placer os despojasteis de un principado de la
tierra.
Gloria
y ornamento de la Compañía de Jesús.
Modelo
perfecto de vuestros condiscípulos.
Vos
que fuisteis la admiración de los ancianos.
Vos
que hicisteis las delicias de las almas piadosas.
Joven
elevado prematuramente al más alto grado de perfección.
Ferviente
imitador del sello de los apóstoles.
Mártir
de la caridad.
Vos,
que deseáis romper vuestras ataduras para estar con Jesucristo.
Vos,
que, por el gusto anticipado del cielo, olvidabais los dolores de la
enfermedad.
Amante
fiel de Jesús hasta la muerto, y abrasado con su cruz.
Vos,
que nunca manchasteis el manto de vuestra inocencia.
Vos,
que en una corta vida con sumasteis una dilatada carrera.
Vos,
cuya frente resplandece en el cielo con una brillante corona de gloria.
Vigilantísimo
protector de la estudiosa juventud cristiana.
Foco
que inflamáis a los espíritus helados.
Aguijón
que estimuláis el fervor de las almas tibias.
Regla
viviente de las perfectas.
Poderoso
defensor y amparo de cuantos os invocan.
Santo
ínclito por milagros sin número.
ORACIÓN
Oh compasivo y caritativo joven San Luis Gonzaga: aquí tienes postrado a tus pies a este tu pobre, que confiado en tu poder y valimiento para con el Altísimo, viene a pedirte una limosna, sí, sí, una limosna te pido mi Luis, por amor de Dios, no, no es necesario el que te quites el pan de la boca para dármelo, niel que te desnudes de tus propios vestidos para cubrir mis carnes, como lo hiciste tantas veces en vida con los mendigos; basta solamente que ruegues por mí. Pide pues, o Luis, y concédeme todos los subsidios temporales que necesitó en este día para la conservación de mi vida y de mi honor. ¡Ah caritativo joven! ¡Ah dueño de mi corazón! ¡Ah Luis excelso! ¡Ah Santo protector mío! Mira mis ansias; atiende a mis congojas, oye mis voces, escucha mis lamentos, remedia mis necesidades, por las tres que padeció María Santísima al pie de la cruz, por la opresión y tristeza que sintió por mí en el huerto el corazón amante de Jesús. Por amor de Dios; por amor de Dios; por amor de Dios. Amén.
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