sábado, 4 de julio de 2020

CORONA DE LAS ALEGRÍAS A SAN JOAQUÍN


EJERCICIO DE PIEDAD PARA PRACTICARSE EN HONOR

DEL GLORIOSO PATRIARCA SAN JOAQUÍN.

Tomado del libro “Novene per le festivitá di María SS., secondo l´ordine ecclesiastico colla giunta di varii esercizii di pieta, e divote orazioni”. Impreso en la Tipografía Manfrediana, Nápoles, Italia, año 1856.

 

I.                   Me alegro con Vos, Gloriosísimo Patriarca San Joaquín, que entre todos los hombres fuiste elegido por la Providencia para ser padre de la gran Madre de Dios, concédeme, te lo ruego, que yo sea uno de los predestinados a la gloria eterna del Paraíso.

Padrenuestro, Avemaría, Gloria.

 

II.               Me alegro con Vos, San Joaquín, por el gozo que tuviste cuando el Ángel te anunció que fueron escuchadas tus oraciones y las penitencias hechas por ti con el fin de tener descendencia. Concédeme, te lo ruego, que sean aceptadas y escuchadas por Jesús y María mis oraciones y buenas obras. Padrenuestro, Avemaría, Gloria.

 

III.           Os recuerdo, oh glorioso San Joaquín, la alegría que tuviste cuando viste a vuestra consorte Santa Ana embarazada, llevando en su vientre glorioso a la Madre de Dios. Concédeme, te lo ruego, una perfecta pureza de mente y de cuerpo; que nunca más caiga en el pecado mortal. Padrenuestro, Avemaría, Gloria.

 

IV.            Me alegro con Vos, venerabilísimo Santo, por el gran gozo que tuviste cuando salió a la luz aquella pequeña niña que sería la alegría del mundo entero. Concédeme, te lo ruego, que siempre brille en mí la luz de la divina gracia, y siempre busque a Dios para amarlo y reconozca mis errores para despreciarlos. Padrenuestro, Avemaría, Gloria.

 

V.                Me consuelo con Vos, glorioso Patriarca, por la felicidad inexplicable que sentiste cuando impusiste a vuestra santísima hija el nombre de MARÍA, nombre que fue y sigue siendo el consuelo de la Tierra, la alegría del Cielo, y el terror del Infierno. Te suplico que me concedas que este mismo nombre de MARÍA sea mi consuelo en la vida, mi defensa en la muerte y que sea mi pronto auxilio. Padrenuestro, Avemaría, Gloria.

 

VI.            Cientos y miles de veces os bendigo, oh Santísimo Joaquín, por el gran contento que tuviste cuando acariciabas y tiernamente besabas el santísimo rostro de la Inmaculada María, vuestra Hija, que desprendía fragancia del Paraíso. Concédeme, te lo ruego, que yo no encuentre en este mundo otro deleite que no sea servir y amar a Jesús y a vuestra Hija MARÍA. Padrenuestro, Avemaría, Gloria.

 

VII.        Seas por siempre glorificado, mi poderosísimo protector San Joaquín, por la gran dulzura con que fue inundado tu corazón al contemplar a tu Hija ser elegida por Madre de Dios, para ser esa rica mina desde donde el cielo nos envía al mundo sus más preciosos tesoros. Concédeme, te lo suplico, que sobre mí no cesen de llover las divinas misericordias, ni sea jamás abandonado por Dios. Padrenuestro, Avemaría, Gloria.

 

VIII.     Seas por siempre alabado junto con vuestra esposa Santa Ana, mi dignísimo Patriarca San Joaquín, por todas las criaturas del cielo y de la tierra; y por el gran consuelo que tuviste al morir siendo asistido por vuestra dignísima Hija MARÍA, te ruego obtengas para mí también que en aquella hora extrema mi alma sea asistida por vuestra misma Hija MARÍA Santísima, y por vos, en quien después de Jesús y María pongo mi esperanza desde ahora y para siempre. Padrenuestro, Avemaría, Gloria.

 

IX.            Me alegro con Vos, finalmente, mi amorosísimo protector San Joaquín, por la suma gloria y honra que ahora gozas en el Paraíso por vuestra eminente santidad y por ser Padre de la Madre de Dios. Ea pues! Te suplico con el rostro en tierra y con mi más vivo afecto, que junto con vuestra esposa Santa Ana y vuestra Hija María Santísima, no me abandonéis jamás, mejor antes asistidme en todas mis necesidades espirituales y corporales. Acepta, te lo suplico, este humilde obsequio que para ti he hecho, y por esto, obtenme una fe viva, una esperanza segura, y una ardentísima caridad, para que convirtiéndome en perfecto imitador de tus virtudes, pueda conseguir ahora vuestro patrocinio en la tierra para poder ser parte de vuestro premio en el Cielo. Amén. Padrenuestro, Avemaría, Gloria.

 

HIMNO

Iste confesor Domini, colentes

Quem pie laudant populi per orbem

Hac die laetus meruit supremor

Laudis honores.

Qui pius, prudens, humilis, pudicus,

Sobriam duxit sine labe vitam,

Donec humanos animavit aurae

Spiritus artus.

Cujus ob praestans meritum, frequenter

Aegra, quae passim jacuere, membra,

Viribus morbi domitis, saluti Restituuntur.

Noster hinc illi chorus obsequentem

Concinit laudem, celebresque palmas;

Ut piis ejus precibus juvemur Omne per aevum.

Sit salus illi, decus, atque virtus,

Qui super caeli solio coruscans;

Totius mundi seriem gubernat

Trinus, et unus. Amen.

 

V. Ora pro nobis Sancte Joachim.

R. Ut digni efficiamur promissionibus Christi.

 

OREMUS: Deus, qui prae omnibus Joachim Genitricis filii tui patrem esse voluisti: concede quaesumus; ut cujus festa veneramus, ejus quoque perpetuo patrocina sentiamos. Per eumdem Dominum nostrum. Amen.

 

ORACIÓN A SAN JOAQUÍN PARA OBTENER SU PROTECCIÓN

Oh digno padre de la gran Madre de mi Señor Jesucristo, gloriosísimo San Joaquín, a vos recurro y de todo corazón a vos me encomiendo, para que amablemente te dignes aceptarme en el número de vuestros verdaderos devotos, y recibir bajo tu paternal custodia todo mi ser. A vos entonces consagro mi alma, mis potencias, mis sentidos para ser por vos enteramente protegido, iluminado y defendido durante todo el tiempo de mi vida mortal en todas mis tribulaciones, necesidades y angustias, en todos los peligros tanto del alma como del cuerpo; y en especial en aquella hora tremenda de mi paso hacia la eternidad. En aquél momento, sí en ese preciso momento asísteme amorosísimo Padre Joaquín, no permitas que sea vencido y arrebatado por las manos del infernal enemigo; acompáñame Vos como fiel escolta, y como eficaz abogado ante el Divino Tribunal, ponte de mi parte para que defendido por Ti yo obtenga el perdón de mis pecados y pueda participar de esa gloria inmortal que tú disfrutas en el Paraíso. Mientras tanto, trabaja para que, con la gracia divina, yo conciba un verdadero dolor de mis enormes faltas, haga una enmienda seria de mis costumbres y cumpla con todos mis deberes para lograr desvestirme del Hombre Viejo y revistiéndome del Hombre Nuevo en Cristo Jesús yo alcance la bienaventuranza de unirme contigo y con todos los demás miembros de la SANTA FAMILIA para alabar y disfrutar de Dios eternamente en el Cielo. Amén.



Colaboración de Carlos Villaman

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