miércoles, 1 de julio de 2020

MARTES A SEÑORA SANTA ANA


DEVOCIÓN A LA GLORIOSÍSIMA SEÑORA SANTA ANA PARA REZARLA LOS MARTES DE CADA SEMANA Y LOS DÍAS VEINTISÉIS DE CADA MES

Tomado de “Devocionario de nuestra Ama Sra. Santa Ana, que contiene su novena y semana, los martes, y día 26 de cada mes, los gozos, alabanzas, ofrecimientos de su candela, corona y carta de esclavitud. Dedicado a la Gloriosa Santa para lograr una feliz muerte”. Reimpreso en Guadalajara, Oficina de Don José Fructo Romero, 1819.

Si dedicamos nuestra fe en honor de la Augustísima Madre de la soberana del cielo y madre de los pecadores, la purísima Virgen María, estamos practicando la más sublime de las Devociones de que necesita un hogar católico. El hogar y el corazón de todo cristiano, estarían vacíos si no hubiera en ellos la Luz de la fe Divina que unida a la bendición de nuestra Santa Abuelita Señora Santa Ana es la felicidad eterna. Tomado de el más antiguo Devocionario del Papa Benedicto III. Gran siervo de Dios y devoto Mariano.

 

LOS MARTES A SEÑORA SANTA ANA

Señora Santa Ana,

una limosna te pido,

y por tu Nieto querido

dame para mi semana.

 

Se suplica a la persona que no pueda practicar estos días Martes de cada semana, la dé a otra para que ésta lo haga.

 

ORACIÓN: ¡Oh dichosísima y felicísima Señora Santa Ana, que mereciste ser escogida, enriquecida y coronada de virtudes por el Altísimo Señor Nuestro, tal cual se requería a la que había de ser Madre de María Santísima, dignísima Madre de Dios, que desde tu santo vientre heredó tus santas virtudes; que fueron sello, idea y dechado, de las que como heredera tuya gozó y heredó nuestra Purísima y Santa Señora. Yo te ofrezco estos tres Padre nuestros y tres Ave Marías, hoy martes día de tu nacimiento y tránsito, en memoria y reverencia de las tres divinas personas de la Santísima Trinidad que fue quien enriqueció de dones y privilegios a tu Santísima y venerable familia, Jesús, María y José, Joaquín y Ana. Yo adoro tan Soberano Misterio, reverencio y agradezco con humildad de corazón, tan maravillosas obras; y asimismo te ofrezco, Santa mía, Señora Santa Ana, la luz de esta antorcha encendida y te pido merezca por tu intercesión, la luz divina a mi entendimiento para amar y servir a tu Santísimo Nieto, del cual me alcances, Santa mía, la gracia de no ofenderlo particularmente en materia grave y me alcances, Santa Abogada mía, el fuego del amor divino, poniéndome en perfecta caridad para con mis prójimos. Te pido, Santa mía, por la salud temporal y espiritual de mis padres, hermanos y deudos, como todos aquellos que han sido en contra mía en cualquier materia o quebranto; asimismo te pido por nuestra Santa Iglesia, por nuestros católicos gobernantes y por todos mis superiores que de mí tienen dominio; finalmente, Santa mía, el perdón de mis culpas, el amor a la virtud y la gracia de conseguir por tu medio una buena y dichosa muerte para gozar la bienaventuranza. Amén

 

ORACIÓN: Gloriosísima Señora Santa Ana, arca milagrosa en donde se depositó por la divina Omnipotencia, la joya más preciosa, María, que produjo, la rosa más delicada del paraíso, Cristo Jesús. Felicísima Señora Santa Ana, concha inmejorable que encerró la margarita más hermosa, la Madre de Dios, a ti bendicen eternamente los ángeles, por el dichoso momento de que después de tu larga esterilidad concebiste a tu agraciada niña, que para rescate del mundo dio a luz nuestro Redentor, Yo en unión de los angélicos magnifico y alabo al Todopoderoso, por los grados de perfección a que te sublimó, y te pido humildemente enciendas mi devoción en tu culto y me asistas a la hora de mi muerte. Amén.

Tres Padre nuestros y Ave Marías y Gloria Patri, en reverencia de la Santísima Trinidad.

 

Gloriosa Señora Santa Ana,

por la gracia de tu Divino Nieto

dadme protección eterna

y el pan para este Semana.

 

Dios te salve, Ana divina,

que tuviste en tu vientre,

perla de tan gran oriente,

graciosísima y muy fina.

 

A ti concha peregrina,

hoy te pido, mujer fuerte:

y pues he de merecerte

sagrada patrona mía,

que con Jesús y María

vos me asistáis en mi muerte.

 

Ana que por tu constancia

eres la mejor aurora,

alcánzame gran Señora

el don de perseverancia.

 

Pues eres, ¡oh, Santa mía!

de Cristo abuela dichosa,

dame el pan de cada día

y una muerte venturosa.

 

Inmensa fue la alegría,

que a tu alma bella inundó

cuando el ángel te anunció

la Concepción de María.

Y que fuiste tan dichosa

Santa y Abogada mía.

 

Margarita eres preciosa,

joya de inmensa valía,

mujer que Dios bendecía

con su diestra poderosa,

por dicha tan portentosa,

que en vida te poseía.

 

Eres la planta frondosa

que en su fruto nos daría

el de más grata ambrosía

la Madre de Dios piadosa.

Por gracia tan asombrosa

que el Criador te concedía.

 

Sé en mis pesares consuelo

en mi vida norte y guía,

fuerte apoyo en mi agonía,

mi protección, mi anhelo.

Y pues eres prodigiosa

a ti clamo con fe pía.


Colaboración de Carlos Villaman

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