DEVOCIÓN PARA HONRAR A SEÑORA SANTA ANA
LOS MARTES, EN MEMORIA DE SU TRÁNSITO Y NACIMIENTO QUE SE REZA CON UNA VELA
ENCENDIDA
Imprenta de Don Antonio Vanegas Arroyo,
Calle de Santa Teresa núm. 1,
México, año 1905.
Se
rezan tres Padrenuestro y Avemarías a la Santísima Trinidad con Gloria y luego
se dice lo siguiente:
Señora Santa Ana,
una limosna te pido,
y por tu Nieto querido,
dame para la semana.
ORACIÓN
¡Oh dichosísima y felicísima Señora Santa Ana!, que mereciste ser escogida, enriquecida y adornada de virtudes por el Altísimo, tal cual convenía a la que debía ser Madre de María Santísima, destinada para Madre de Dios, la cual desde tu santo vientre trajo a luz las virtudes que, como hija de tan Santa Madre, y privilegiada como Madre de Dios, practicó toda su vida la Purísima Virgen María. Yo te ofrezco estos tres Padrenuestros y Avemarías, para que se los presentes a la Santísima Trinidad, en acción de gracias por los privilegios con que enriqueció a tu santa y venerable familia, y en memoria de tu tránsito y nacimiento, yo adoro tan soberanos misterios, reverencio y agradezco con humildad de corazón tantas maravillas que fueron el principio de nuestra redención.
Señora
Santa Ana, patrona y abogada mía, mi Madre, mi amparo y consuelo, yo te suplico
me alcances de la Santísima Trinidad que ilumine mi entendimiento y enseñe mi
corazón para que yo aprenda a amar y a servir a tu Santísimo nieto nuestro
Señor Jesucristo, a ti pido por el amor que le tienes, seas mi guía y me
enseñes la perfecta caridad para con mis prójimos.
Te pido por la salud espiritual y temporal de toda mi familia, especialmente de N., que los colmes de bendiciones, que por tu intercesión se aumenten sus bienes, así como la gracia y virtudes, la paz y la tranquilidad, siendo todo para honra y bendición tuya y gloria de Dios.
Te
pido por las necesidades de la Santa Iglesia, por nuestros gobernantes, que los
dirijas por la senda del bien; pide, Señora, para todos, la luz del Espíritu
Santo; especialmente para nuestros confesores, el perdón de nuestras culpas,
aborrecimiento a todas ellas, el amor a la virtud, luz y acierto para
confesarnos bien, perdón para nuestros bienhechores y las gracias necesarias
para una buena vida y una dichosa muerte, hasta ir a acompañarte en la gloria.
Amén.
Señora
Santa Ana, alcánzame gracia para esta semana.
Dios te salve, Ana divina,
Que guardaste diligente,
Perla de tan alto Oriente,
Graciosísima y muy fina.
A ti Concha peregrina,
A ti pido, mujer fuerte,
Sagrada Patrona mía
Que con Jesús y María
Tú me asistas en mi muerte.
Dios te salve, Ana divina,
Que guardaste diligente,
Perla de tan alto Oriente,
Graciosísima y muy fina
Ana que por tu constancia
Eres la mejor Aurora,
Alcánzame, gran Señora,
El don de perseverancia.
Dios te salve, Ana divina,
Que guardaste diligente,
Perla de tan alto Oriente,
Graciosísima y muy fina
ORACIÓN
Gloriosísima
Señora Santa Ana, arca milagrosa donde se depositó por la divina Omnipotencia,
la joya más preciosa, María, que produjo la rosa más delicada del Paraíso,
Cristo Jesús.
Felicísima
Señora Santa Ana, concha inmejorable que encerró la margarita más hermosa, la
Madre de Dios, a ti bendicen eternamente los ángeles, por el dichoso momento en
que después de tu larga esterilidad concebiste a la agraciada Niña María, que
para salvar al mundo dio a luz a nuestro Redentor.
Yo
en unión de los coros angélicos, glorifico y alabo al Todopoderoso por los
grados de perfección a que te sublimó, y te pido humildemente enciendas tu
devoción en mi corazón y me asistas en la vida y en la hora de mi muerte. Amén.
Pues eres, ¡oh Santa mía!,
De Cristo abuela dichosa,
Dame el pan de cada día
Y una muerte venturosa.
Inmensa fue la alegría
Que a tu alma bella inundó,
Cuando el Ángel te anunció
La venida de María;
Y pues fuiste tan dichosa
Santa y abogada mía.
Margarita eres preciosa,
Joya de inmensa valía,
Mujer que Dios bendecía
Con su diestra poderosa;
Por dicha tan portentosa
Que en vida te poseía.
Eres la planta frondosa
Que en su fruto nos dio un día
El de más grata ambrosía
La Madre de Dios piadoso;
Por gracia tan asombrosa
Que el Creador te concedía.
Se en mis pesares consuelo,
En mi vida norte y guía,
Fuerte apoyo en mi agonía,
Mi protectora, mi anhelo,
Y pues eres prodigiosa
A ti aclamo con fe pía.
Una deprecación por quien da esta devoción.
Colaboración de Carlos Villaman
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