martes, 21 de julio de 2020

MES DE JULIO A SAN IGNACIO - DÍA VEINTIUNO


DÍA XXI.

Santísimo Patriarca San Ignacio: Conozco la causa infeliz porque no pongo en solo Dios mi esperanza. Estoy lleno de mil afee: tos desordenados, de torcidas concupiscencias y pasiones mal enfrenadas, que me tienen el corazón vilmente apegado a la tierra, y me impiden levantarme ligeramente con las alas de la esperanza hacia Dios. ¡Oh! ¡si yo tuviese la verdadera pobreza de espíritu y pureza interior, que adornaron tanto vuestra alma! ¡cómo me fuera fácil entregarme del todo a esperar y confiar en solo Dios! ¿Por ventura os hubiesen faltado riquezas si las hubieseis querido, ni ocasiones de regalar vuestro cuerpo? Y con todo preferisteis la pobreza, amándola como madre, despojándoos no solamente de todas las cosas del mundo, sino también de todo afecto y deseo terreno. Y ya al principio de vuestra conversión quisisteis hacer sacrificio completo de Vos mismo con el voto de castidad perpetua, que ofrecisteis a la gran Madre de Dios; de lo cual quedasteis tan bien remunerado, que desde aquel punto vivisteis como si vuestra carne estuviera totalmente muerta, sin experimentar ni un solo desordenado movimiento. Santo Padre mío, Vos que veis mi interior agitado de indignas aficiones terrenas y de ímpetus turbulentos de las pasiones: Dignaos dirigirme una mirada piadosa; porque si depusieron en vuestros procesos personas gravísimas, que muchas veces se vieron libres de tentaciones impuras, con solo miraros al rostro cuando vivíais: yo vivo confiado que mirándome Vos desde el cielo, quedare libre, así de las funestas pasiones, que me tienen atado fuertemente a la tierra, como de los peligrosos movimientos con que la concupiscencia combate este mi flaco e inconstante corazón.

Padre nuestro, Ave María, Gloria.


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