lunes, 6 de julio de 2020

NOVENA AL NIÑO DIOS DE BELÉN


PIADOSA NOVENA AL NIÑO DIOS DE BELÉN 

DISPUESTA

Por el Dr. D. Andrés Pallarés Martínez, Cura Teniente de la Iglesia Parroquial de Santo Domingo de Guzmán de la Villa de Mula, quien la ofrece al mismo Santo Niño

Murcia, 1887

Puesto de rodillas delante de una Imagen de Jesús, signándose y santiguándose con la señal de la Cruz, dirá el siguiente:


ACTO DE CONTRICIÓN

Dulcísimo Jesús mío, Padre mío, Salvador y Redentor mío, por serian bueno como sois, os amo masque a mi vida, más que a mi alma y más que a mi corazón. Quisiera amaros con aquel amor que os aman los Justos de la tierra los Ángeles y Bienaventurados do la Gloria. Quisiera también, amaros con aquel amor que os amó y ama María Santísima vuestra Madre y nuestra Reyna, y si posible fuera os amara, Dios mío, con aquel infinito amor, que Vos mismo os amáis. Me pesa. Señor, en el alma por ser quien sois, da haberos ofendido, propongo la enmienda, ayudado de vuestra divina gracia, de restituir lo ajeno y de antes morir que pecar. Misericordia, Señor Misericordia, Dios mío. Misericordia, Jesús mío.

 

ORACIÓN PARA TODOS LOS DÍAS

Oh Jesús mío, dulce memoria de quien Vos se acuerda, conducto maravilloso, que comunica a los humanos corazones las verdaderas alegrías, sienta yo por Vos el consuelo que os pido en esta Novena, si ha de ceder en mayor gloria vuestra y aprovechamiento mío; y si no encaminad mi súplica a lo que sea de vuestro mayor agrado. Amén.

 

DÍA PRIMERO

ORACIÓN

Jesús dulcísimo, centro de la caridad mar ardiente, que estando en la mayor altura, ocupando el seno de vuestro Eterno Padre, os obligó el amor de los hombres descenderá la mayor bajeza, y vestiros de su tosco sayal para morir por él y librarlo de la muerte. Concédeme, Maestro mío esta virtud, para que sepa yo morir por Vos antes que ofenderos y amar a mis prójimos como a mí mismo, sufriendo por su bien, aunque sea el mayor mal y la gracia que os pido en esta Novena, si ha de ceder en mayor gloria vuestra y aprovechamiento mío. Amén.

Se rezarán tres Credos en memoria de la Pasión de Jesús, y esto mismo hará todos los días.

 

ORACIÓN PARA TODOS LOS DÍAS

Bendito Padre de las luces, Padre de mi Señor Jesucristo, Padre de las misericordias y Dios de todo consuelo, que nos alivias en toda tribulación; socorrednos. Señor, en la presente, por vuestra gran piedad. Y si mis culpas y mala correspondencia, que hasta aquí he tenido a vuestros beneficios, impiden la consecución de lo que en esta Novena os pido, ofrezco Señor, en satisfacción de todas mis faltas a vuestro mismo Hijo que es para con Vos nuestro Abogado y medianero, y los méritos de María Santísima, Hija vuestra. Madre de vuestro mismo Hijo, y Esposa del Espíritu Santo; y os pido, Señor, por ambos, la conversión de todos los infieles a vuestra Santa Ley, la reducción de los herejes y apostatas, al gremio de vuestra Iglesia, y el conocimiento en los pecadores de su infeliz estado, para que, dejadas las culpas, y haciéndose todos en esta vida hijos vuestros por la gracia, logren después eternamente alabaros en la herencia de la gloria, donde asimismo os suplico, llevéis a las almas que en el Purgatorio padecen, las aliviéis de las penas en que están, y la gracia que en esta Novena os pido, y después la gloria. Amén.

 

DÍA SEGUNDO

ORACIÓN

Jesús dulcísimo, Imán atractivo de los humanos corazones, que siendo infinita vuestra grandeza, quisiste nacer en Belén en una choza, destinada para jumentos, porque así aprendiese yo la lección que me dabas desde la Cátedra del Pesebre, y abatiendo mi soberbia me enseñase a ser humilde: concédeme. Maestro mío, esta virtud, para que así sepa yo, a imitación vuestra, desestimar las honras mundanas, y conformarme con vuestra voluntad en los trabajos, y desamparos de esta vida, y lo que os pido en esta Novena, si ha de ceder en mayor gloria vuestra, y aprovechamiento mío. Amén.

 

DÍA TERCERO

ORACIÓN

Jesús dulcísimo, norte seguro de los que en Vos esperan, que, siendo la misma pureza y santidad por esencia, quisiste sujetarte obediente a la Ley de la Circuncisión, mostrándote, al parecer, pecador, solo por cumplir la voluntad de vuestro Eterno Padre. Concédeme, Maestro mío esta virtud, para que así sepa yo, a imitación vuestra, reverenciar, y obedecer a mis Padres, Prelados y Superiores, aunque sea sufriendo el mayor martirio, y lo que os pido en esta Novena, si ha de ceder en mayor gloria vuestra y aprovechamiento mío. Amén.

 

DÍA CUARTO

ORACIÓN

Jesús dulcísimo, precio infinito de la redención humana, que siendo más que bastante para redimir al mundo, quisiste ser en el Templo redimido con cinco siclos, o monedas de Israel, para dejarnos ejemplo que imitar. Concededme, Maestro mío esta virtud, para que, así como Vos permitisteis esta oferta, sin necesidad alguna, así yo a vuestra imitación, sufra los desdoros con que me injurian con tolerancia, para que así satisfaga a vuestra Magostad las ofensas que le he hecho, y justamente debo a vuestra Bondad ofendida, y lo que os pido en esta Novena, si ha de ceder en mayor gloria vuestra, y aprovechamiento mío. Amén.


DÍA QUINTO

ORACIÓN

Jesús dulcísimo, a cuya invocación el mundo, el Cielo y el infierno se avasallan, que siendo Rey de Reyes quisiste huir de la tiranía de Heredes, que intentaba degollaros, y quitaros la vida, para que así aprendiese yo a huir de las compañías que intentan quitar la vida de mi almacén la culpa: concédeme, Maestro mío, una resolución firme en amaros, para huir de las malas compañías, que me provocan a ofenderos, aunque para ello me sujete a la mayor desconveniencia y trabajos, y lo que os pido en esta Novena, si ha de ceder en mayor gloria vuestra y aprovechamiento mío. Amén.

 

DÍA SEXTO

ORACIÓN

Jesús dulcísimo, cuya presencia destruye los artificios del infierno, que apenas entraste en Egipto cayeron deshechos y arruinados los ídolos, con quienes tenía el demonio a aquellas gentes engañadas y después os volviste a Nazaret: concédeme, Maestro mío, que con eficacia destruya yo los ídolos de mis pasiones pues me engañan con los gustos aparentes que me persuaden y deje las ocasiones que me han sido cansa de ofenderos, sin volver a ellas más y lo que os pido en esta Novena, si ha de ceder en mayor gloria vuestra y aprovechamiento mío. Amén.

 

DÍA SÉPTIMO

ORACIÓN

Jesús dulcísimo, cuya presencia consuela y su ausencia mortifica, que, habiendo pasado a Jerusalén con vuestros padres, a la vuelta os llamaron perdido: concédeme, Maestro mío, el don de lágrimas para que llore amargamente las muchas veces que os he perdido por el picado, y no permitáis vuelva jamás a perderos sí que antes bien solicito, y cuidadoso en guardar vuestra Santísima Ley, sea mi meditación continua la observancia de vuestros mandatos, y lo que os pido en esta Novena si hade ceder en mayor gloria vuestra, y aprovechamiento mío. Amén.

 

DÍA OCTAVO

ORACIÓN

Jesús mío, dulcísimo Maestro de los hombres, que os privasteis de la compañía de vuestros amados Padres por enseñarnos, como le hiciste en el Templo de Jerusalén, preguntando y respondiendo a los Doctores, y señalándoles el camino de la verdad: concédeme. Maestro mío, quesea yo tal en mis palabras, que ledas se encaminen a la enseñanza de mis prójimos, y que les sirvan de edificación, y estímulo para amaros, y de motivo para la observancia de vuestros preceptos, y lo que os pido en esta Novena, si ha de ceder en mayor gloria vuestra, y aprovechamiento mío. Amen.


DÍA NOVENO

ORACIÓN

Jesús dulcísimo, ejemplar admirable, que quisiste vivir hasta que llegó el tiempo de vuestra Predicación con vuestros Padres en pobreza, siendo así, que eran vuestras todas las riquezas del mundo: concédeme, Maestro Soberano esta virtud, para que haciéndome por Vos voluntariamente pobre, deje los regalos, y concurrencias de esta vida, y siga vuestros pasos, y después consiga las riquezas de la gloria y lo qué os pido en esta Novena si ha de ceder en mayor gloria vuestra y aprovechamiento mío. Amén.

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