NOVENA DE LA SANTA IMAGEN DE JESÚS NAZARENO DIVINO REDENTOR RESCATADO
Que se venera en el Convenio de descalzos
de la Santísima Trinidad, redención de cautivos de Madrid.
Por el Rev. P. FR. Eusebio del Santísimo Sacramento,
misionero de dicha orden.
Año de 1840
MODO
Esta novena se podrá hacer en cualquier tiempo en que cada persona tuviere devoción de hacerla o se ofreciere pedir a Jesús Nazareno alguna gracia. El tiempo más a propósito será en los nueve viernes que se siguen después del primer domingo del mes de Setiembre en que se celebran las fiestas de Jesús Nazareno, y los desagravios de esta santa y devota imagen y si esto no sé pudiere, se podrá hacer dicha novena en otros nueve viernes del año, aunque por alguna razón o accidente no vayan continuados.
OFRECIMIENTO
Jesús amabilísimo y Dios excelentísimo, que para tener vuestras complacencias con los mortales os dignasteis dé hacerles dulce compañía hasta el fin de los siglos, dejándonos en ese divinísimo Sacramento la celestial vianda de vuestro cuerpo y sangre, para alimentar y fortalecer nuestro espíritu, y una saludable, y espiritual medicina para curar nuestras torpes ingratitudes y preservarnos de las comunes; dolencias á que nos expone nuestra grande infidelidad. Os suplico, Señor, mi Padre, y dueño Sacramentado por vuestro inmenso amor, por vuestra infinita bondad me concedáis una intención pura y santa para que solo os pida lo que fuere de vuestro mayor agrado, una gracia con la cual pueda conseguir aquella virtud de que tengo más necesidad y él vencimiento de aquella pasión que más domina en mi corazón, y más se opone a mi santificación, para que yo permanezca siempre en vos, y vos en mí Rey eterno, Dios inmortal, que vives y reinas unido con el Padre y el Espíritu Santo por todos los siglos de los siglos. Amen.
Ahora
se rezan tres veces el Padre nuestro y se dice la siguiente:
ORACIÓN PARA TODOS LOS DÍAS
Dulcísimo Jesús Nazareno, divino Redentor rescatado, yo humilde criatura vuestra y vil gusanillo postrándome ante tus sagrados pies adoro tu Santísima pasión, y con especialidad los pasos que representa ésa tu venerable y milagrosa imagen rescatada, dándote infinitas gracias por haber sufrido por mi redención que te atasen las manos, como á inocentísimo cordero, para llevarte al lugar del sacrificio: que te coronasen de penetrantes espinas para que de las heridas de tu sagrada cabeza saliesen fuentes de consuelo en el mayor trabajo, y que después de azotado, coronado de espinas y despreciado de tu ingrato pueblo, al decir Pilato Ecce Homo te pusiesen tus vestiduras propias, porque siendo más conocido, fueses más afrentado. Suplicóte, Señor, por estas tus Santísimas penas y terribles dolores, me concedáis una viva fé con que crea en ti como en mí Dios, verdad infalible: una firme esperanza con que solo estriben en ti mis deseos, como en infinito poder; y una caridad verdadera con que te ame sobre todas las cosas como á bondad suprema y a mis prójimos por tu santo amor, como a mí. También, Señor, te pido me concedas el favor que solicito conseguir de tu soberana piedad en esta novena, si conviene para tu gloria y para salvación de mi alma. Este es el memorial que presento a ti, Dios mío, que; vives y reinas con Dios Padre, en unidad del Espíritu Santo, por todos los siglos de los siglos. Amén.
Aquí
se rezan los tres Credos, y se pide a su Majestad el favor que cada uno desea
alcanzar. Luego se dirá la oración particular de cada día.
DÍA PRIMERO
ORACIÓN
¡O
Soberano libertador de las almas! adoro la prodigiosa humildad con que en el
huerto de Getsemaní te dejaste atar tus manos santísimas que criaron los cielos
y obraron tantos milagros; y también venero tu invencible paciencia en haber permitido
que a esa tu venerable imagen la aprisionasen los moros. Quisiera Señor, a
costa de mil vidas que tuviera haberos escusado tantas afrentas é ignominias. Suplicóte
Señor por esta humildad y paciencia, me des estas virtudes y me concedas el
buen suceso que deseo de lo que en esta novena te pido. Amén.
GOZOS
Pues por mi lleváis Señor,
Ese pesado madero,
Dadme un dolor verdadero
Con que os pague tanto amor.
Como piedra despedida
Del monte de la deidad,
Corrió inmensa caridad
Descendéis a darme vida.
Mostráis persona abatida,
Siendo el excelso Criador.
Como pobre aparecéis,
Siendo rico y. poderoso,
Sois tenido por leproso
Cuando salud ofrecéis.
Despreciado os conocéis
Siendo bondad superior.
Por el bien de los mortales
Al Padre en el huerto oráis,
Y en la sangré que sudáis,
Dais de redención caudales:
Padecéis desmayos tales
Que un ángel os da vigor.
Ya para el monte, calvario
La cruz pesada lleváis,
Y en tierra tres veces dais
Por débil, y a impulsos varios:
Cirineo es necesario
Que en ayuda os dé favor.
A vuestra Madre que veis
En la calle de Amargura,
Le causáis pena más dura,
Y el mayor dolor tenéis:
De unas mujeres queréis
Lloren por sí y por su error.
Vuestro rostro denegrido,
Con golpes, polvo y saliva
A limpiaros compasiva
La Verónica ha salido,
Y estampáis agradecido
Tres rostros del Salvador.
Sois Señor, crucificado
Entre dos viles ladrones,
Injuriado de sayones,
Bebéis él vino mirrado
Dais la vida enamorado
Sediento de más dolor.
Dulce Jesús Nazareno
Que con la cruz vais por guía,
De esta unida compañía
Renacida en vuestro seno,
Como pastor manso y bueno
Aumentad el esplendor.
ORACIÓN FINAL
¡Padre
mío Jesús Nazareno! Al considerar vuestra bondad y vuestro amor para conmigo,
un grito de gratitud sale de más labios, diciéndoos: ¡Jesús mío, os amo! Por
nuestro amor bajasteis a la tierra y sufristeis dolores acerbísimos, muriendo
clavado en una cruz; por nuestro amor os disteis, como manjar, en el Sacramento
de nuestros altares; por nuestro amor os manifestáis en esa Imagen bendita,
coronado de espinas, con los ojos lánguidos y el rostro dolorido, símbolo de
vuestro sufrimiento. ¡Gracias, Señor! Y para corresponder a tantos favores os
pido la gracia de cumplir siempre vuestra ley santa y de morir en vuestro amor.
Amén.
DÍA SEGUNDO
ORACIÓN
¡Oh
liberalísimo Jesús! que para concedernos los mayores beneficios quisiste
padecer en tu prisión la ignominia de que te atasen las manos deseando Señor,
desagraviarte de esta injuria, y de la qué en el cautiverio de tu imagen
sagrada te hicieron los moros, adoro tu omnipotencia y; convoco a los ángeles y
a los hombres para alabar tu liberalidad infinita. Suplicóte Señor, me concedas
que tenga yo con tu temor atadas las manos de mis obras para todo lo que rio
fuere servirte, y agradarte, y qué por tus manos nunca más liberales que cuanto
más aprisionadas me concedas el beneficio que en esta novena deseo conseguir de
tu Majestad soberana. Amén.
DÍA TERCERO
ORACIÓN
¡Oh
amantísimo Señor! que al aprisionar tus Santísimas manos cuidaste del bien de tus
discípulos, mandando a los soldados que te prendieron que, los dejasen ir
libres, queriendo para ti todas las penas e injurias y para los tuyos todo el
alivio y remedio de sus miserias: venerando esta tu piedad y también la divina
providencia con que en tu imagen te dejaste aprisionar de los moros, para que más
sé facilitase el rescate de los cristianos que salieron con vos del cautiverio
de los sarracenos deseo tener el debido agradecimiento a tu soberana clemencia
y que todo el mundo te la agradezca y estime y procure desagraviarte. Suplicóte
Señor no permitáis que mi ingratitud ate las manos, de tu misericordia; también
te pida por los dolores de tu prisión lo que eres esta novena deseo y solicito alcanzar.
Amén.
DÍA CUARTO
ORACIÓN
¡Oh
Rey de los cielos y tierra! que por mi amor sufriste que por afrenta te
pusiesen los soldados de Pilato una corona de penetrantes espinas, para que el
hombre que por el pecado quedó sujetó a sentir las espinas y abrojos de la
tierra, consiguiese el ser libre de los trabajos y penalidades del mundo, y
tener corona eterna de Gloria con vos en el cielo yo te deseo desagraviar y de
esta afrenta, y de la que tuviste entre los bárbaros, que por no conocer tu Majestad
en tu cautiverio: se burlaron de ti, y para esto pido a todas; las criaturas
que te adoren por verdadero Dios, Criador de los ángeles y Redentor de los
hombres. Suplicóte, Rey divino, me ayudes para que no desmerezca yo con mis
malas obras la corona de gloria que me ganó tu corona de espinas, y que me
concedas la merced que como á Rey poderosísimo de la Gloríate pido en esta
novena. Amén.
DÍA QUINTO
ORACIÓN
¡Oh
inocentísimo cordero de Dios! que entré las espinas de tu sacratísima corona te
ofreciste para el sacrificio sangriento de la redención del linaje humano, para
que el hombre como Isaac, quedase libre del golpe de la espada de la Divina
Justicia que le amenazaba, yo te adoro con profunda reverencia de cuerpo y
alma, confesando que no tuviste ni pudiste tener culpa para padecer tantos
dolores entre los judíos, y tantas afrentas entre los moros, y que solo por el
infinito amor que nos tienes, padeciste en Jerusalén tantas penas y en Meniquéz
tantas ignominias. Suplicóte Señor, que por las fuentes de sangre de tu sagrada
cabeza rieguen la tierra de mi corazón, para qué yo te sepa desagraviar de la
afrenta de tu corona de espinas y de tu cautiverio con flores y fruto de
virtudes cristianas; y por tu corona de espinas te pido también en esta novena
el buen despacho de mi petición. Amén.
DÍA SEXTO
ORACIÓN
¡Oh
Redentor divino! qué mejor que antes entre las espinas de la zarza cuidabas del
rescate y alivio de tu pueblo de Israel, solicitaste la redención del mundo
cercado de espinas de la corona con que fui herida, atormentada y afrentada tu
sagrada cabeza: yo adoro ese sacratísimo y traspasado cerebro de que tiemblan
las potestades del cielo, venerando con profundísima reverencia las ansias
amorosas que tuviste de mi redención y la piedad y misericordia con que
quisiste padecer en tu corona de espinas tantas y tan terribles penas e
injurias, reverenciando también la piedad con que coronado de espinas te mostraste
a los moros, para ablandar y convertir sus corazones obstinados, y dar prendas
de su rescate a los cristianos cautivos. Suplicóte Señor, no permitas que mis malos
pensamientos te vuelvan a coronar de espinas y renovar tus dolores y afrentas;
y también te pido me concedas el favor por cuya causa te hago esta novena, sí
fuere así tu santísima voluntad. Amén.
DÍA SÉPTIMO
ORACIÓN
¡Oh Santísimo hijo de Dios! Que, vestido de carne humana por nuestro remedio, después de haberte despreciado en tu pasión el Rey Herodes, mandándote vestir de blanco como á loco, después de haberte cubierto de sangre Pilato Con los cinco mil azotes y sus ministros con la púrpura desechada para más escarnecerte y afrentarte quisiste que té vistiesen de tus propias vestiduras para ser más conocido y deshonrado al llevar la cruz a cuestas por las calles públicas de Jerusalén, donde habías obrado tantas maravillas: yo te doy infinitas gracias por' este amor con que para vestirme de gloria padeciste estas penas en tu pasión Sagrada; y te alabo el sufrimiento con que padeciste en tu imagen nuevos agravios entre la vil morisma para enseñarme en tu original y en tu venerable efigie a padecer lo que se me ofreciere por tu amor. Suplicóte Señor, me des fortaleza para despreciar los vanos juicios, del mundo, y para perdonar por tu amor todos los agravios que me hicieren mis enemigos, pidiéndote también por tus méritos infinitos lo que en esta novena te vengo a rogar, confiando en tu clemencia soberana. Amén.
DÍA OCTAVO
ORACIÓN
Oh
lirio hermosísimo de los Valles, flor bellísima del campo de Nazareth, que
vestido de más gloria que Salomón de riqueza, humillaste tu soberanía a los
oprobios que te decían los hebreos, cuando después del Ecce Homo saliste de la
casa, de Pilato para el Calvario con tus propias vestiduras, enriqueciendo con
tus excelentísimas virtudes el tesoro de la Iglesia, y alentando a los fieles a
padecer por la gloria de tu eterno Padre todo género de mortificaciones: yo te
estimo de mi parte, y en nombre de todo el pueblo cristiano estos ejemplos que
nos diste, y también deseo que te alabe todo el mundo, para deshacer los
agravios que en ese doloroso traje de pasión recibiste entre los bárbaros infieles
africanos. Suplicóte Señor, me des una codicia Santa de gracia, y merecimientos
para que no deje de hacer todo aquello que conociere ser mas de tu divino servicio,
y que me concedas lo que en esta novena deseo conseguir. Amén.
DÍA NOVENO
ORACIÓN
¡Oh Señor todo poderoso! que para tu gloria y bien de tus Criaturas vistes de claridad a los ángeles, de virtudes a los santos, de nubes a los cielos, de plumas a las aves, de hojas a los árboles, y a la tierra de Abres y hermosura: yo reverencio y adoro con toda mi alma él deseo que tuviste de vestirte por mi bien de mayores afrentas, queriendo ser llevado a morir por las calles públicas, vestido con tus vestiduras propias; y también veneró tus secretos juicios en permitir que te cautivasen los moros en esa tu imagen santísima pudiendo confundirlos y aniquilarlos, cuando intentaron hacerte tan grande ofensa. Suplicóte Señor, me des, verdadero espíritu para meditar tu sacratísima pasión y aprender en ella lecciones importantes para vivir conforme a tu santísima voluntad; y que me otorgues con misericordia lo que en esta novena deseo conseguir de tu Soberana piedad. Amen.
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