OFICIO
PARVO DE SANTA ANA
Tomado
del libro “Devotion a Sainte Anne et a Saint Joachim. Considerations, priéres
et cantiques”. Por un devoto Padre de la Sociedad de Hijos de María Inmaculada.
Imprenta de Vincent Forest, Place du Commerce No. 1, Nantes, Francia, año 1860
Este
oficio, autorizado por primera vez por Alejandro VI, y enriquecido con una
indulgencia de cien días, luego fue confirmado por Clemente VIII, quien adjuntó
a su recitación una nueva indulgencia de treinta días. Para la primera
impresión hecha en Francia, utilizamos la copia que envió el Soberano Pontífice
a María de Medici.
A
MAITINES
L/: Señor
abre mis labios
R/: Mi boca anunciará tus alabanzas.
L/: Gloria
al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo
R/: Como
era en un principio, ahora y siempre por los siglos de los siglos. Amén.
Aleluya; o: Alabanza a Ti, Señor Rey de la eterna Gloria.
HIMNO
Alégrate, Madre de
la Madre de Jesús, cuyo oído recibió con tanta alegría el mensaje sabio del
Padre celestial.
Alégrate, esposa
estéril de Joaquín por la fecundidad que el Señor te ha concedido.
Alégrate, porque
la criatura que llevas en tu seno no conoce la mancha original, ella es Inmaculada.
Alégrate, porque
has dado a luz a Aquella que será para los hombres un vaso de perfume
exquisito, una fuente de salvación, un tesoro de inocencia.
Alégrate, porque
amamantaste con tanta alegría a Aquella que será la estrella del mundo y el
tabernáculo del Rey de reyes.
Que por Ella nos
sea dado contemplar, en eterna gloria, el suave resplandor de su rostro y los
esplendores que la coronan.
L/:
Ruega por nosotros, bienaventurada Santa Ana.
R/: Para
que podamos ser liberados de todos los males.
OREMOS: Oh Dios, que te dignaste llenar a Santa Ana con tantos favores, por los cuales pudo merecer llevar en su seno a la augusta María, tu Madre, concédenos, por intercesión de la Hija y la Madre, la abundancia de la misericordia, para que con la ayuda de sus oraciones y enriquecidos con los méritos de aquellos a quienes recordamos con tanto amor, podamos reunirnos con ellos en la Jerusalén celestial. Por Jesucristo nuestro Señor. Amén.
A PRIMA
R/: Señor apresúrate en socorrerme.
L/: Gloria al Padre, al Hijo y al Espíritu
Santo
R/: Como era en un principio, ahora y siempre
por los siglos de los siglos. Amén.
HIMNO
Ana, gloriosa hija
de Jesé, brillas desde tu infancia con todas las virtudes; Oh tú, que nos diste
a nuestra Reina, reconcílianos con el Rey de reyes.
L/:
Santa Ana, madre de la Madre de Jesucristo,
R/:
Aumenta en nosotros la esperanza de que tu Hija sea para nosotros el premio
prometido.
OREMOS: Oh Dios, que te dignaste elevar a Santa Ana, la bendita madre de tu querida Madre, a la participación de la felicidad celestial, concédenos, por su intercesión, llegar también a la posesión de las alegrías eternas. Oh tú, que vives y reinas en los siglos de los siglos. Amén.
A TERCIA
L/: Dios
mío ven en mi ayuda
R/: Señor
apresúrate en socorrerme.
L/: Gloria
al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo
R/: Como
era en un principio, ahora y siempre por los siglos de los siglos. Amén.
HIMNO
De la noble rama
de Jesé sale una flor que extiende por todas partes el perfume más delicioso:
Santa Ana es la rama; María, Madre de Dios, es su flor.
L/: Ruega por nosotros, bendita Santa Ana
R/: Ahora
y siempre y en la hora de nuestra muerte. Amén
OREMOS: Oh Dios, quien te dignaste elegir a Santa Ana como madre de Vuestra Madre, te suplicamos que, por los méritos de Ellas dos, encontremos un lugar en el reino celestial. Oh tú, que vives y reinas por los siglos de los siglos. Amén.
A SEXTA
L/: Dios
mío ven en mi ayuda
R/: Señor
apresúrate en socorrerme.
L/: Gloria
al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo
R/: Como
era en un principio, ahora y siempre por los siglos de los siglos. Amén.
HIMNO
Oh madre de la
Madre del Redentor, gloriosa Santa Ana, ahora reinas con los Ángeles, coronada
de gloria; Apiádate de nosotros, oh buena santa Ana, y haz que estemos para
siempre, en el cielo, unidos a tu sagrada Familia.
L/: El
rocío celestial se extendió sobre Santa Ana,
R/: Y ella
nos dio a la misericordiosa María.
OREMOS: Escúchanos, oh Dios, autor de nuestra salvación, para que el ejemplo de las virtudes de Santa Ana tenga tanta influencia en nosotros como su memoria tiene para nosotros tanto afecto. Por Jesucristo nuestro Señor. Amén.
A NONA
L/: Dios
mío ven en mi ayuda
R/: Señor
apresúrate en socorrerme.
L/: Gloria
al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo
R/: Como
era en un principio, ahora y siempre por los siglos de los siglos. Amén.
HIMNO
Te saludo, piadosa
madre Santa Ana, cuyo nombre es tan dulce para nuestros labios; Ana significa
gracia, por lo tanto, gracias te damos por escuchar las oraciones que te
dirigimos.
L/: Bienaventurada
Ana, que tuviste a María por Hija!
R/:
Bendita María, que tuviste a Santa Ana por madre!
OREMOS: Concédenos, Señor, Dios Todopoderoso, sentir la protección de Santa Ana con tanta eficiencia y abundancia como nos alegra honrar su memoria. Por Jesucristo nuestro Señor. Amén.
A
Bendita
sea Santa Ana, madre de María, quien nos presentó la promesa de la salvación
eterna.
L/: Dios
mío ven en mi ayuda
R/: Señor
apresúrate en socorrerme.
L/: Gloria
al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo
R/: Como
era en un principio, ahora y siempre por los siglos de los siglos. Amén.
HIMNO
Te saludo, raíz de
Jesé, cuya flor perfuma y siempre perfumará la tierra con su aroma dulce y celestial.
Te saludo, oh Vos,
por quien brilló la Estrella del Mar, y que ahora contemplas en gloria a la
Madre del Rey de reyes.
¡La tormenta nos
golpea, nos arranca de su furia sacándonos de nuestro exilio y nos reúne con
los coros de los bienaventurados!
Oh tú, que solo
merecías ser la madre de María, acepta, recibe, contesta nuestras oraciones.
Y para asegurar su
éxito, recomiéndanos al Rey y a la Reina del cielo, a Jesús a través de María.
L/: Santa
Ana, haz que Jesús nos sea propicio.
R/: Y que
María ruegue por nosotros.
OREMOS: Oh
Dios, que te dignaste llenar a Santa Ana de favores, para que ella no fuera
indigna de llevar a tu bendita Madre en su seno, concédenos, a través de la madre
y la Hija, la abundancia de tu propiciación, de modo que aquella cuya memoria
es tan querida por nosotros, nos ayude con sus oraciones y nos enriquezca con
sus méritos, para que lleguemos a la Jerusalén celestial. Por Jesucristo
nuestro Señor. Amén.
A
COMPLETAS
El
rocío celestial se extendió sobre Santa Ana, y ella nos dio a la Virgen María.
¡Oh Santa Ana, después de María, bendita entre todas las mujeres! ¡Oh bendita entre
todas las madres! Conviértenos, oh Dios, autor de nuestra salvación, y aparta
tu ira de nosotros.
L/: Dios
mío ven en mi ayuda
R/: Señor
apresúrate en socorrerme.
L/: Gloria
al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo
R/: Como
era en un principio, ahora y siempre por los siglos de los siglos. Amén.
HIMNO
Oh Santa Ana,
madre de María, que es en el cielo la Reina de la Gloria, y la Madre de la Misericordia
en la tierra; de María, que brilla ante Dios como la perla de la corona de los
elegidos, nuestro amor por tu hija nos llena de amor por ti.
L/:
Dios amó a Santa Ana,
R/: Y
estaba enamorado del resplandor de sus virtudes.
OREMOS. Oh
Dios, que te dignaste otorgarle a Santa Ana el gran honor de dar a luz a la
Madre de tu Unigénito Hijo, sé nos propicio y concédenos ser presentados ante
Ti por Aquella cuya memoria honramos. Por Jesucristo nuestro Señor. Amén.
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