viernes, 3 de julio de 2020

SALUTACIONES A SAN JOAQUÍN


DOCE BREVES SALUTACIONES A SAN JOAQUÍN

 

1.     Yo espero verdaderamente, oh serenísimo patriarca San Joaquín, que tú seas no sólo mi abogado escogido ante el Trono de la Divinidad, si no también mi padre, y por esto como tal te elijo y saludo con el decoro de todas tus prerrogativas, excelencias y acciones heroicas, que ejercitaste en el mundo a gloria eterna de Dios. Avemaría.

 

2.     Yo te saludo por la nobleza de vuestra Sangre Real acompañada de la alegría de las más distinguidas virtudes. Avemaría.

 

3.     Yo te saludo por vuestra infancia prevenida por Dios con profusión de sus gracias y de bendiciones divinas. Avemaría.

 

4.     Yo te saludo por la contemplación de la Divina Grandeza, cuando tu espíritu no encontraba ningún gusto, cuando sumergido en ti mismo no dejabas de alabar a Dios con toda la potencia de tu alma. Avemaría.

 

5.     Yo te saludo por el celo que ardía en tu pecho por la salvación de tu alma y en la costumbre de tu continua oración pidiendo la venida del Salvador del Mundo. Avemaría.

 

6.     Yo te saludo por la pureza y santidad excelentísima de tu corazón, convertido en Trono de la Misericordia de Dios, y delicia sagrada de tu amor. Avemaría.

 

7.     Yo te saludo porque en el correr de todos tus años con destino hacia el Cielo, fuiste acompañado en Matrimonio con Santa Ana, alma también privilegiada e inflamada en seráficos ardores. Avemaría.

 

8.     Yo te saludo por el ejercicio de vuestra heroica paciencia y perfectísima resignación, cuando por espacio de muchos años aún no había dispuesto Dios el darte descendencia. Avemaría.

 

9.     Yo te saludo y te felicito porque finalmente con júbilo indecible de tus entrañas nació la Santísima Infanta María, y recibiste en tus brazos aquel tesoro de belleza, y aquel Paraíso de amor divino. Avemaría.

 

10. Yo te saludo por aquel acto magnánimo que, de común acuerdo con Santa Ana, habías dedicado al honor sempiterno de Dios en su Sagrado Templo llevando allí a vuestra única Hija María. Avemaría.

 

11. Yo te saludo por tu santísima muerte, muerte grandemente preciosa a los ojos de Dios, y honrada, como piadosamente creemos, por miríadas de Espíritus Celestiales. Avemaría.

 

12. Yo te saludo, por último, por aquella gran nobleza y alteza de la gloria que disfrutas en el Cielo, y te ruego junto a tu Santísima Esposa Santa Ana, que siempre te acuerdes de mi en todos mis trabajos y necesidades, hasta que por la eficacia de vuestra potente intercesión pueda tener la gracia yo también de encontrarme contigo para alabar por toda la eternidad a nuestro común Creador y Señor. Avemaría.

 

 

Colaboración de Carlos Villaman

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