EJERCICIO PIADOSO PARA EL VEINTIUNO DE
CADA MES
CONSAGRADO AL SANTÍSIMO PATRIARCA SAN
BENITO
ABAD DE MONTE CASINO
CON LICENCIA ECLESIÁSTICA
BARCELONA, 1850
ACTO DE CONTRICIÓN
Señor mío Jesucristo, amorosísimo Redentor de mi alma, yo me postro ante vuestra infinita Majestad y grandeza, como la mas vil de todas las criaturas, yo me humillos ante vuestra divina presencia confundido de ver, que en vez de emplearme desde la hora en que comencé a conoceros, en vuestro divino servicio, he gastado toda mi vida en ofenderos. A mi me pesa, Dios mío, de haber pecado, siento de todo corazón no haberos amado como vos lo merecéis, y siento en lo más íntimo de mi alma el haberos ofendido. ¡Oh Señor! Yo os suplico por vuestras entrañas llenas de misericordia, y por los méritos de vuestro siervo amantísimo y gran Padre San Benito, que no os acordéis de los yerros e ignorancias de mis pasados años, y me concedáis la gracia de poder llorar mis culpas, de no volver a cometerlas jamás, y de amaros toda mi vida, hasta la muerte, y por toda la eternidad. Amén.
ORACIÓN
¡Oh gloriosísimo Padre San Benito! Que después de escrita vuestra regla llena de sabiduría divina, esclarecido con la gloria de los milagros y distinguido con el espíritu de profecía, previniendo vuestra muerte, os hicisteis llevar a la Iglesia, estando en pie, orando, dispuesto con los santos sacramentos, dulcemente expirasteis entre los brazos y lágrimas de vuestros discípulos, volando vuestra preciosa alma acompañada de ángeles y de vuestros hijos al trono de Dios, por un camino adornado de gloriosos trofeos de vuestras glorias. Llenad, oh siempre padre mío, mi corazón de verdaderas lágrimas de penitencia y de amor para que muera con la muerte santa de los perfectos amantes, alcanzadme el espíritu de un encendido amor de Dios, que sacrifique a el mi cuerpo con la mortificación continua y mi alma con la oración perpetua. También os suplico, que en la hora de mi muerte os dignéis asistirme con tanta fidelidad, que os opongáis a mis enemigos por todos lados y partes, por donde me hicieren mas cruel y peligrosa guerra, para que, confortado con vuestra presencia, salga yo libre de sus lazos y vaya a gozar de los premios eternos en el cielo. Amén.
Ahora se rezan tres Padres Nuestros, Aves Marías y Glorias y se rezaran en este orden:
Pues vuestro celo y fervor
Al mundo todo abrasado
Sednos Benito, abogado,
Y encendednos en amor…
Padre nuestro, Ave María y Gloria.
Tanto en vos la llama ardía,
Del fuego de amor divino,
Que, aumentando cada día,
Muerte al cuerpo le previno.
Padre nuestro, Ave María y Gloria.
Desde el trono celestial,
Donde estáis con el Señor,
Obtenednos muy cabal
La pureza y santo amor.
Padre nuestro, Ave María y Gloria.
ORACIÓN
Oh
Augustísimo Padre y Patriarca San Benito, luz del desierto, apóstol del Monte
Casino, prodigio de santidad, portento de la divina gracia, serafín en el amor,
instrumento de las maravillas de Dios, restaurador de la vida monástica en el
Occidente, uno de los más ilustres y de los mayores santos de la Iglesia,
espejo de perfecta humildad y sabiduría, que con vuestra admirable doctrina y
excelentísimas virtudes, sois gozo de los coros angélicos, y terror de los
espíritus infernales, que a vuestro nombre temen y tiemblan, y con vuestros
estupendos favores eres refugio y consuelo de vuestros devotos. Recibid benigno,
como obsequio de mi devoción, estos Padres nuestros y Aves Marías, suplicando interpongáis
por mí vuestros ruegos, a fin de que su Divina Majestad me conceda los bienes
que humildemente imploro en este día, y una tan eficaz y verdadera contrición
de mis culpas, que logre por medio de ella verme admitido en su gracia, con una
vida correspondiente a las obligaciones de cristiano, y una muerte conforme a
mis deseos. Finalmente, con toda fidelidad me encomiendo a vuestras santísimas
oraciones, suplicando que en el día de mi muerte os dignéis ofrecer al Señor
para suplemento de mis negligencias todo aquel cuidado y preparación, con la
cual, en el día de vuestro felicísimo tránsito a la eterna vida, habiendo
acabado la carrera, guardando la fé, como otro Pablo, fuiste presentado delante
de Dios, para ser remunerado eternamente. Si, si, hacedlo, Padre mío, para
poder estar en compañía de la innumerable multitud de vuestros hijos, y alabar
por toda la eternidad con vos a la Divina Majestad. Amén.
Ahora se reza una Salve con la siguiente:
DEPRECACIÓN
Por los méritos de Jesús
Y tú santa intercesión
Sea libre de la llama
De toda tentación,
No me dejes, Padre mío,
En ninguna ocasión,
Antes lleno de clemencia
Y de tierra compasión
Enciende el amor divino
En mi pobre corazón.
L/: Ruega por nosotros en la hora de
nuestra muerte.
R/: Y libra nuestras almas
de la boca del león.
ORACIÓN: Dios
que honraste la preciosa muerte de nuestro muy santo Padre Benito con tantos y
tan grandes privilegios, os rogamos nos concedáis, que en nuestra muerte seamos
defendidos de las acechanzas de los enemigos, con la bienaventuranza presencia
de aquel, cuya memoria veneramos. Por Jesucristo nuestro Señor. Amén.
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