viernes, 31 de julio de 2020

VÍA SACRA DE MARÍA O QUINCENARIO DE LA ASUNCIÓN



VÍA SACRA

QUE LA SOBERANA REINA DE LOS ÁNGELES MARÍA SANTÍSIMA ANDUVO ANTES DE SU DICHOSÍSIMO TRÁNSITO

Guatemala, 1917


ORACIÓN PARA TODOS LOS DÍAS

Altísimo Señor mío y Dios Eterno, ante vuestro acatamiento, postrado se presenta este vil gusanillo de la tierra, y la menor de vuestras criaturas, y os doy infinitas gracias por vuestro ser inmutable y perfecciones infinitas, y porque me criaste de la nada, y reconociéndome criatura y hechura vuestra, os bendigo y alabo, dándoos honor, magnificencia y divinidad, como a Supremo Señor y Criador mío, y de todo lo que tiene ser. Yo Señor, levanto mi espíritu a ponerme en vuestras manos, y con profunda humildad y resignación me ofrezco, y os pido y suplico, hagáis de mi vuestra santísima voluntad en este día, y en todos los que me restan de mi vida, y me enseñéis lo que fuere de mayor agrado vuestro, y para decir esto mejor, es mi intención repetirlo muchas veces en las obras exteriores de este día, y en las interiores consultar primero a Vuestra Divina Majestad, pediros licencia, consejo y bendición para todas mis acciones. Amén.

 


DÍA PRIMERO

Considera como la Santísima Virgen fue a visitar el tempo, donde fue presentada, y rezarás quince aves Marías por las quince gradas que ella subió de tres años, con tanto gozo y devoción como si fuera de veinte.

 

OFRECIMIENTO

¡Oh Virgen Piadosísima! Te ofrezco estas quince Aves Marías, en honra y gloria de tu presentación al templo, y en memoria de la vista que hicisteis a este sagrado lugar, en que subiste quince gradas siendo de tres años de edad, para ofrecer en sacrificio a Dios: te suplico, seas servida de guiarme al cielo, y presentarme ante su divina Majestad, para que eternamente le alabe en el templo de la gloria. Amén.

 


ORACIÓN PARA TODOS LOS DÍAS

Suplicámoste Señora, ruegues a tu Hijo Santísimo, por la exaltación de nuestra santa Fé católica, extirpación de las herejías, victoria contra los infieles y conversión de estos al gremio de la Iglesia, por la paz y concordia entre los gobiernos cristianos, y prosperidad de las ciudades católicas, por los que están en pecado mortal, para que haciendo una buena confesión, se pongan en gracia de Dios, por los agonizantes, para que no prevalezca contra ellos la furia infernal, por las Almas del Purgatorio, para que libres de los tormentos, salgan de tan penosa cárcel. Ruego Señora, te dignes de reconocer por hijos tuyos, a los que a tu imitación hacen este santo ejercicio, perdóname Señora, lo remiso y tibio de mis oraciones, y alcanzadme mucha gracia, para que, en esta vida, con la devoción de tu glorioso tránsito, merezca conseguir los favores, que de tu poderosa mano reciben tus devotos, logrando por tu intercesión una santa vida y una buena muerte, para ir a celebrarte y alabarte eternamente, gozando de Dios en tu compañía en la gloria. Amén.

 

 

 

DÍA SEGUNDO

Considera como la Virgen fue a visitar el lugar donde le trajo la embajada el Ángel, cuando el Hijo de Dios encarnó en ella, y cuan gloriosa y resplandeciente, y llena de gracia quedó con tal Hijo. Ave María.

 

OFRECIMIENTO

¡Oh Virgen Humildísima! Esta oración te ofrezco en honra y gloria de la Encarnación del Hijo de Dios en tus entrañas, y en memoria de la visita que hiciste a este sagrado lugar, en donde Dios te hizo Madre suya, te suplico Señora, me seas madre y me alcances de Dios vuestra grande humildad, para que, adornado de esta virtud, sea Hijo de Dios, como lo son los humildes. Amén.

 

 

 

DÍA TERCERO

Considera como la Virgen gloriosísima fue a visitar el lugar donde ella visitó a Santa Isabel, y con la presencia del Niño Jesús, que llevaba en sus entrañas, santificó a San Juan en las de su madre, y desde ellas adoró a su Criador.

Recese el Magníficat y un Ave María.

 

OFRECIMIENTO

¡Oh Virgen misericordiosísima! Te ofrezco este cántico que por tus purísimos labios pronunciaste, en honra de la visita que hiciste a Santa Isabel, cuando el Niño que descansaba en el tálamo de tu vientre virginal, santificó a San Juan, y en memoria de la visita que hiciste a este sagrado lugar. Suplícote Señora, ruegues a tu santísimo Hijo, visite mi alma con su gracia, desterrando de ella toda culpa, y me concedas que lo adore y le sirva como a mi Criador y Señor. Amén.

 

 

 

DÍA CUARTO

Considera como la Virgen y Madre singular, fue a visitar el lugar del pesebre, donde parió a su benditísimo Hijo, quedando Virgen, y la pobreza y desamparo en que se vió y el gozo que recibió en verle nacido, y adorado de los reyes.

Recese el Himno Gloria in Excelsis y un Ave María.

 

OFRECIMIENTO

¡Oh Virgen beatísima, Madre de Dios y Señora mía! Te ofrezco esas alabanzas en memoria de las que cantaron los ángeles al nacer el Niño Dios en el pesebre de Belén, quedando tú, Virgen, después de haberle parido. Y en memoria de la pobreza y desamparo en que te viste, y del gozo que tuviste de ver ya con tus ojos al Verbo encarnado, alabado de los ángeles, y adorado de los pastores y reyes. Suplícote intercedas con mi Dios y Señor, que nazca en mi alma por gracia, y me conceda paz y pobreza de espíritu y piedad para con los pobres. Amén.

 

 

 

DÍA QUINTO

Considera como la Virgen fue a visitar el lugar del templo donde presentó al Niño Dios el día de su Purificación, y donde le halló después de haberle perdido, disputando con los doctores de la ley, con admirable sabiduría.

Recese el Cántico de Simeón y un Ave María.

 

OFRECIMIENTO

¡Oh Virgen purísima, ejemplo de humildad y de obediencia! Este cántico te ofrezco en honra de tu Purificación, y del gozo que tuviste, cuando después de haber perdido al Niño por tres días, le hallaste disputando entre los sabios y le dijiste: “Hijo, ¿Por qué lo hiciste así con nosotros? Tu padre y yo con gran dolor te andábamos buscando. Y en memoria de la visita que hiciste a este lugar sagrado, Suplícote ruegues a tu Santísimo Hijo, me conceda perfecta obediencia a sus preceptos, y que, dejando el mundo, le busque y le halle por tu intercesión. Amén.

 

 

 

DÍA SEXTO

Considera como la Virgen María fue a visitar el lugar donde San Juan bautizó a su Hijo, Cristo Jesús.

Recese un Padre nuestro y Ave María.

 

OFRECIMIENTO

¡Oh Virgen Santísima, Madre de Dios y Señora mía! Estas oraciones te ofrezco en honra del bautismo que recibió tu Hijo inocentísimo de su Precursor San Juan, y en memoria de la vista que hiciste a este lugar sagrado, Suplícote Señora, me alcances aumento de fé y firmeza de creer y confesar los misterios que prometí en el bautismo y defenderlos hasta dar la vida. Amén.

 

 

 

DÍA SÉPTIMO

Considera como la humildísima Virgen fue a visitar el desierto, donde su Hijo ayunó cuarenta días, y fue tentado del demonio.

Recese un Credo.

 

OFRECIMIENTO

¡Oh Virgen Santísima, refugio de los afligidos! Este credo te ofrezco en honra del ayuno de cuarenta días, que ejercitó tu Santísimo Hijo en el desierto, donde fue tentado por el demonio. Y en memoria de la visita que hiciste a este lugar sagrado, Suplícote eme ayudes para vencer las tentaciones del demonio, y para que de tal suerte mortifique mi carne con la abstinencia, que consiga victoria contra sus apetitos y pasiones, y sean puras mis palabras, obras y pensamientos. Amén.

 

 

 

DÍA OCTAVO

Considera como la dulcísima Virgen fue a visitar el monte Tabor, donde su Santísimo Hijo se Transfiguró.

Recese un Padre Nuestro y Ave María.

 

OFRECIMIENTO

¡Oh Virgen purísima, Reina del Cielo! Estas oraciones te ofrezco en la honra de la Transfiguración gloriosa de tu Hijo Jesucristo, y en memoria de la visita que hiciste a este sagrado lugar. Suplícote Señora, intercedas con tu Hijo, para que viva de tal suerte en este mundo, que con tu patrocinio merezca verle y gozarle en la Gloria. Amén.

 

 

 

DÍA NOVENO

Considera como la piadosísima Virgen fue a visitar el lugar donde su Hijo perdonó a la Magdalena.

Recese un Padre nuestro y un Ave María.

 

OFRECIMIENTO

¡Oh Virgen Clementísima! Estas oraciones te ofrezco, en honra y gloria de tu Hijo Santísimo, que en la casa del fariseo perdonó a la Magdalena sus pecados, y en memoria de la visita que hiciste a este lugar, Suplícote Señora, ruegues por mí, y me alcances de tu Hijo, lágrimas de verdadera contrición de mis culpas, con que merezca el perdón de ellas. Amén.

 

 

 

DÍA DÉCIMO

Considera como fue la Virgen Santísima a visitar el dónde su Hijo resucitó a Lázaro.

Recese un Padre nuestro y Ave María.


OFRECIMIENTO

¡Oh Virgen, dignísima Madre de Dios! Estas oraciones te ofrezco, en honra y gloria de tu preciosísimo Hijo, y en memoria del Milagro que obró en la Resurrección de Lázaro, y de la visita que hiciste a este sagrado lugar. Suplícote Señora, me alcances de tu precioso Hijo, que resucitando yo de la muerte de la culpa, viva siempre a la vida de la gracia. Amén.

 

 

 

 

DÍA UNDÉCIMO

Considera como la purísima Virgen visitó el lugar donde su Hijo cenó con sus discípulos, y les dio su Cuerpo y Sangre y les lavó los pies.

Recese un Padre nuestro y Ave María.

 

OFRECIMIENTO

¡Oh Virgen Sacratísima! Estas oraciones te ofrezco, en la honra del Soberano Sacramento del Alatar, y en memoria del ejemplo de la humildad que ejercitó Cristo, lavando los pies a sus discípulos, y de la visita que hiciste a este sagrado lugar. Suplícote me alcances verdadera humildad, y les por mí, las gracias, por el beneficio de tan alto sacramento, pidiéndole me de una buena disposición para recibir su Santísimo Cuerpo dignamente y logre los aumentos de la gracia. Amén.

 

 

 

DÍA DUODÉCIMO

Considera como la fortísima Virgen María, fue a visitar el Huerto, el Santo Sepulcro, y Calvario donde fue su Hijo crucificado, y las angustias que allí pasó.

Recese un Padre nuestro y Ave María.

 

OFRECIMIENTO

¡Oh fortísima Virgen! Estas oraciones te ofrezco, en honra del sudor de sangre que derramó tu Hijo Santísimo en el Huerto, y de los tres días que estuvo sepultado, y de las angustias que tuvo cuando fue crucificado en el Monte Calvario, y de las visitas que hiciste a estos lugares. Ruégote me alcances de tu Hijo, que mis oraciones sean perfectas y conformes, y que, en los trabajos y penas de esta vida, me resigne en la divina voluntad, muriendo totalmente al mundo, y viviendo solo a Dios. Amen.

 

 

 

DÍA DÉCIMO TERCERO

Considera como la Princesa del Cielo visitó el lugar donde se le apareció su Hijo, resucitado y glorioso.

Recese el “Alégrate Reina del Cielo” y un Padre nuestro y un Ave María.

 

OFRECIMIENTO

¡Oh Virgen Santísima, Reina Soberana! Estas oraciones te ofrezco, en honra de la resurrección de tu Santísimo Hijo, y del gozo que tuviste de verle resucitado. Y en memoria de la visita que hiciste a este sagrado lugar, Suplícote Señora, me alcances que muriendo al mundo. Solo viva para Dios, y que amándole y sirviéndole en esta vida mortal, merezca por tu intercesión, la resurrección a la vida inmortal. Amén.

 

 

 

DÍA DÉCIMO CUARTO

Considera como la Santísima Virgen, fue a visitar el lugar donde su Hijo subió al cielo, y allí besó las pisadas que dejó señaladas en la peña.

Recese un Padre nuestro y Ave María.

 

OFRECIMIENTO

¡Oh Virgen Gloriosísima! Estas oraciones te ofrezco, en honra de la Ascensión gloriosa de tu Santísimo Hijo, cuando subiendo a los cielos por su propia virtud, dejó estampadas en una peña sus pisadas. Y en memoria de la visita que hiciste a este lugar sagrado, Suplícote Señora, ruegues a tu Santísimo Hijo, estampe sus divinas plantas en mi corazón, para que mis deseos y pensamientos, sean siempre de cosa del cielo. Amén.

 

 

 

DÍA DÉCIMO QUINTO

Considera como la Maestra de la Iglesia, visitó el lugar donde recibió con los Apóstoles la venida del Espíritu Santo, y contemple, que estando en su casa, le fue revelada su muerte sacrosanta, y que oyó una voz de su Hijo, que le dijo: Ven, Paloma mía, Amiga mía, Esposa mía. Y como milagrosamente se juntaron a su tránsito los Apóstoles, y animándolos les dio la bendición, y luego dio su alma a Dios que la crió, quedó su cuerpo más resplandeciente que el sol, el cual sepultaron los Apóstoles, y después de tres días, le subieron los Ángeles al Cielo, en donde vive y reina, y aboga por sus devotos sin cesar.

Recese una Salve.

 

OFRECIMIENTO

¡Oh Reina de los Ángeles! Esta salve te ofrezco, en honra de la plenitud de dones y gracias que te comunicó el Espíritu Santo, cuando bajó en las lenguas de fuego sobre tu cabeza y la de los Apóstoles. Y en memoria de la visita que hiciste a este santo lugar, donde diste a fin a las visitas de los lugares sagrados, en que obró tu Hijo Jesucristo, la redención del género humano, alégreme Señora, tu glorioso Tránsito a los cielos, donde estás colocada sobre todas las jerarquías de los Ángeles, abogando por tus devotos, que desde la tierra claman y suspiran les ayuden. Amén.

 

 

LAVS DEVS

 

 Colaboración de Miguel Morales

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