PÍA
DEVOCIÓN DE LOS TRES MARTES AL MILAGROSO SAN ANTONIO DE PADUA
INVOCACIÓN
PARA TODOS LOS DÍAS
San
Antonio poderoso
Tu
devuelves lo perdido
Y
con poder milagroso
Socorres
al afligido.
¡Oh
milagroso San Antonio de Padua, flor de los cielos que derramas suave perfume
en los corazones que afligidos te invocan, blanco cirio colocado a los pies de
Jesús para alumbrar lleno de amor y recoger sus resplandores con lo que
iluminas a tus devotos, derramando tus gracias a torrentes en este día y en
todos los martes del año, en que se manifiestan tan palpables! ¿Quién te llama
angustiado Padre mío San Antonio, que tú no le escuches sacándole con mano
poderosa de la tribulación en que se encuentra? Pues cuando perdiste el Breviario
y llamaste a la Santísima Virgen María, te concedió tres mercedes: que las
cosas perdidas fueran aparecidas, las olvidadas recordadas y las propuestas
aceptadas. Estas son las mismas palabras que están en tu santo memorial y que
las repito para que tus devotos recuerden de las tres maneras que podemos
llamarte, seguros de que seremos oídos. Así, Padre mío, aquí vengo hoy con mi
propuesta para colocarla en tus manos y recordarte que te pido con la mayor
necesidad unas de las tres mercedes que te concedió María desde los cielos,
para derramarlas en la tierra como santo tributo de tu poder milagroso que el
Señor te concedió.
PRIMER
MARTES
Las
cosas perdidas serán aparecidas
¿Quién
no sabe milagroso San Antonio de Padua, que tu fuiste el santo iluminado por
Dios para derramar en la tierra sus milagros patentes, que abisman y estremecen
por sus prodigios, pues apenas llega a ti el alma atribulada, la consuelas y la
tranquilizas, decretándoles sus pedidos? ¿Quién no sabe San Antonio de Padua,
que, al influjo de tu poder, todas las cosas perdidas son aparecidas? ¿Quién no
sabe que tu Tú nos alcanzas del Señor verdaderos imposibles, pues Él nunca se
niega a escucharte? Así, Padre mío, acoge hoy como siempre esta necesidad,
súplica que vengo a hacerte hoy martes que es el día señalado por ti para
conceder gracias.
La
jaculatoria al final de cada día, rezando un Padre nuestro, Ave María y Gloria.
JACULATORIA
Son
tres martes, Padre mío
Los
que voy a consagrarte
Y
como santo rocío,
Me
concedas lo que ansío
Es
lo que quiero implorarte.
SEGUNDO
MARTES
Las
olvidadas recordadas
¿Quién
no necesita en la vida Padre mío San Antonio, invocarte en sus grandes necesidades?
¿Quién no tiene que recordarte en las listas de sus pedidos el puesto que ocupa
para que tú se las presentes al Señor? Pues aquí estoy yo de rodillas, con los
ojos fijos en tu Imagen, para que te dignes mirar la invocación necesitada que
te he hecho con todo el corazón e iluminada por la fé suprema que me inspiras
al invocarte, no dejes de alcanzarme lo que tanto necesito para tranquilizarme,
no dejes de derramar tus bendiciones en mis pedidos, no dejes de colocarme
entre tus agraciados que yo soy verdadero creyente y ciego adorador de ese Dios
poderoso que te alcanza todo lo que pidas.
TERCER
MARTES
Las
propuestas aceptadas
San
Antonio de Padua, aquí vengo a arrodillarme ante tu imagen para colocar a tus
pies mi propuesta, que tu serás el encargado de presentarla al Señor de los
cielos, para que me la decrete. Tu serás, San Antonio, el mediador entre Dios y
esta pecadora alma que te necesita en estos momentos, que es grande su angustia
y verdadero su dolor, Tú serás el que derrame luz en la obscuridad de mi vida,
para despejar las nubes que obscurecen mi cielo, bálsamo sagrado que venga a curar
mis heridas, la tabla salvadora que en medio del naufragio me arrebate a las
olas para llevarme al puerto de salvación y el cirio bendito, que derrame su
luz en todas las amarguras de mi vida, y en la hora de mi muerte, para la que imploro
tu bendita intercesión.
PETICIÓN
Dios
te salve San Antonio
Tu
que en Roma naciste
Y
en Padua creciste,
Y
con María Santísima te encontraste
Y
tres mercedes le pediste,
Y
así como ella te las concedió,
Concédeme
San Antonio
El
milagro que te pido.
ORACIÓN
Que,
si ha perdido que me busque, que, si se ha olvidado que se acuerde, y si se ha
ausentado que se me presente. Dios te salve, San Antonio, concédeme el milagro
que te pido. Amén.
Colaboración de Miguel Morales
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