DÍA
OCTAVO
DE
LA POBREZA QUE TUVO SANTA TERESA
De
la pobreza fue amiga en extremo nuestra bendita Santa, porque, con su preclaro talento,
perfectamente comprendía que esta virtud era importantísima para el aumento de su
perfección. Amábala grandemente, queriendo sólo tener lo necesario para el
sustento y demás de la vida, y aun, muchas veces, lo poco que
tenía lo daba a algún necesitado, diciendo que no le hacía falta alguna. Ella deseaba
que sus conventos no tuviesen rentas y que sus monjas no fuesen pesadas con
demandas y súplicas a los pueblos en que vivieran, no hallando otra manera de
procurarse el sustento sino por medio del trabajo manual, y evitar así a
otros las molestias, e impedir también la ociosidad en los monasterios, puesto
que la ociosidad, decía, es la puerta de todos los vicios. En la Santa Regla que
escribió para sus monjas, tratando de la pobreza, dice lo que sigue: «Hace de
vivir de limosna, sin ninguna renta en los conventos que estuviesen en pueblos
ricos y acaudalados, donde ésta se pudiera llevar, y en los
pueblos donde no se pudieran sustentar de solas limosnas pueden tener renta en
común; pero en todo lo demás no haya alguna diferencia de los monasterios de rentas
a los de pobreza, y mientras se pudiesen sufrir no haya demanda; mucha sea la
necesidad que les haga traer demandas, sino ayúdense con la labor de sus manos,
como hacía San Pablo,
que
el Señor les proveerá de lo necesario. Como no quieran más y se contenten
sin regalo, no les faltará para poder sustentar la vida; si con todas sus
fuerzas procuran contentar al Señor, Su Majestad tendrá cuidado que no les
falte su gracia». Amemos la pobreza, imitación de Teresa; siempre ella sea
nuestra inseparable compañera, y pongamos toda nuestra satisfacción en
ser
pobres
con Cristo, si queremos reinar con El en el Cielo.
OBSEQUIO
Hagamos
hoy un acto de desprendimiento de todo lo que poseemos, usando en adelante todos
esos bienes como si no los poseyéramos.
MÁXIMA
El
verdadero amador de la pobreza, y el que por muchos años la haya tenido,
sabe bien la riqueza que en ella esta encerrada. A quien sirve al Señor no le
falta lo necesario para vivir.
ORACIÓN
Gloriosa
Virgen Santa Teresa de Jesús: por aquella extremada pobreza que siempre tuvisteis,
cumpliendo con el tercero de los votos monásticos que hicisteis al profesar en la
Orden Carmelitana, os suplico, Santa mía, me alcancéis del Señor gracia para
imitaros en esta virtud y gozar después con Vos en el Cielo. Amén.
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