DÍA
OCHO
Amor
de San Francisco a las Almas
El
amor al prójimo no es otra cosa que una manifestación o expresión del amor a
Dios. Amamos al prójimo por Dios. “En esto, decía el Señor, os conocerán todos
si sois mis discípulos, si os amáis los unos a los otros” Francisco fue un
verdadero enamorado de las almas. Veíalas bañadas en la sangre de Jesucristo, y
por y para ellas vivió. Italia, Franca, España, Palestina, Egipto, vieronle
afanoso de las almas, sediento de inmolaciones, buscando el martirio. Decía que
“ninguna cosa debe preferirse a la salvación de las almas, pues para salvarlas
el mismo Dios había muerto en una cruz” … ¿Que hago yo por la salvación, por el
bien espiritual de mi prójimo?
Máxima:
El trabajar por la salvación de las almas es una de las obras más agradables a
Dios.
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