DÍA
DIECINUEVE
Sencillez
de San Francisco
Manda
el Evangelio que seamos prudentes como las serpientes, pero sencillos como las
palomas. Y estimado sobremanera Jesucristo esta virtud de la sencillez, vinculó
a ella el reino de los cielos, al decir: “Si no os hiciereis como niños, no
entrareis en el reino de los cielos.” Niños, pos la exclusión de toda la
astucia, doblez y falacia o engaño, niños en la sinceridad, ingenuidad, recta
intención… pocos hombres han sido tan sencillos, ingenuos y candorosos como San
Francisco. Parecía que no había pecado en Adán. Su porte, su vestido, sus
palabras, su vida entera son la misma sencillez y naturalidad. Sentíase hijo de
Dios, veíanle en todo como a Padre, y era un niño entre los hombres. ¡Este
ejemplo confunde tu doblez y mentira!
Máxima:
La verdadera sencillez confunde toda la sabiduría del mundo y de la carne.
No hay comentarios:
Publicar un comentario