TRIDUO
EN HONOR DE LA BEATA MADRE ENCARNACIÓN ROSAL
Con
licencia de la Autoridad Eclesiástica
Cartago,
Costa Rica
24 de septiembre de 1944
A
LA MARGARITA DE XELAJÚ
Los
caminos que el Señor, en su inmensa bondad, va trazando a través del tiempo,
nos muestran como su amor se manifiesta a los hombres, dejando entrever a que
punto puede llegar, con tal que nuestra alma logre salvarse.
Es ahí, donde él quiso manifestarse, en una ciudad entre valles, donde la Luna plateada ilumina tenuemente sus calles, y en el silencio de sus montañas, la Monja Blanca abre sus pétalos, cual danza armoniosa, en un dulce y delicado canto de amor al Creador.
Cual margarita de los campos, nació la Beata
Encarnación, cual rosal entre peñascos, para al mundo mostrar los misterios del
Corazón de aquel Dios Hombre que ah amado a todos por igual. Y por los caminos
del amor, fue conducida al Belén, un Belén que hacía tiempo atrás, un pobre
canario, con su dulce canto, inundo el América colonial.
Y cual otro Padre San Francisco, tuvo una misión, reconstruir aquella obra, que nació del Augustísimo Corazón y al mundo tanto bien alcanzó, su tarea no fue fácil, pues tiempos de convulsión social se cernieron sobre aquel pueblo, pero, es ahí, donde el Corazón de Jesús quiso dar un consuelo, a aquella cristiana nación.
Es
pues a esta noble mujer, confidente del Corazón de Dios, cual segunda
Margarita, dio al mundo la feliz noticia, que el Corazón quiso posar sus
plantas en esta tierra, y dando severa advertencia, que su amor no era amado, y
que era necesario hacer actos de reparación.
Dedico
estas palabras a la Beata, en su Bicentenario de Natalicio, para la honra y la
gloria del Augustísimo Corazón de Jesús, y el Doloroso Corazón de María, en
sufragio de las Almas benditas del Purgatorio.
Por el Prof. Nelson
Rodolfo Sandoval Guzmán
San Alejo del
Pedregal, La Unión.
El Salvador.
20 de octubre del 2,020.
Bicentenario de su
nacimiento terrenal.
ORACIÓ
PREPARATORIA
Adorabilísimo
Jesús, que por una predilección especial de vuestro amor, os dignasteis elegir
a la Bienaventurada Madre Encarnación, para hacer al mundo la revelación de los
Dolores Internos de vuestro Sagrado Corazón, haced os lo rogamos, que teniendo
encendidas nuestras almas en amor ardiente, aceleremos con fervientes oraciones
y sacrificios el instante venturoso en que la Santa Iglesia, Maestra inefable
de la verdad, coloque en el coro de los santos a la que supo hacer de su vida
entera, un continuo acto de reparación y amor. Amén.
DÍA
PRIMERO
CONSIDERACIÓN
Elige
el Divino Corazón de Jesús a la Beata Encarnación para revelarle sus Dolores.
Se
acerca el momento en que el Divino Corazón de Jesús va a manifestarse
nuevamente a la humanidad.
Contemplémoslo fijando su mirada en un desconocido convento de
Guatemala. Sin duda, en recuerdo de aquella su primera manifestación a la
humanidad, se siente atraído hacia ese Belén de sus amores, donde una humilde
religiosa ha cautivado las complacencias de su Corazón. Sobre ella se abren los
cielos y baja el Señor a hacerla depositaria de sus más íntimos secretos. Su
alma se ilumina a la contemplación de los Dolores del, Hombre Dios, su corazón
se transforma, se conmueve, y Jesucristo graba en ella tan íntimamente su vida
dolorosa que, a partir de estos momentos su existencia se entretejerá en una
atmósfera de dolor y de martirio que la preparará para cumplir la misión que el
cielo le confiara.
Un
credo al Sacratísimo Corazón de Jesús, pidiendo la gracia que se desea.
ORACIÓN
FINAL PARA TODOS LOS DÍAS
Amantísima
Sierva del Señor, hace que apreciemos el valor inmenso del padecimiento, que a
la sombra bendita de la Cruz y ante la contemplación de los Dolores Internos
del Sagrado Corazón, nuestra alma se ilumina y que, comprendiendo cada vez más
claramente, todo lo que encierra la revelación que el cielo nos legara por
vuestro medio, podamos ver que nuestro corazón vaya creciendo en amor, y fiel
al verdadero espíritu de esa devoción se
consuma ante el Sagrario bendito, como la silenciosa lámpara que suavemente
difunde sus tenues resplandores alrededor del santo altar, hasta que un día,
consumados nuestros pequeños
sacrificios, podamos bendecirle en unión vuestra por toda la eternidad. Amén.
DÍA
SEGUNDO
CONSIDERACIÓN
A
medida que la Beata Madre Encarnación avanzaba por los senderos de la Cruz y
del sacrificio, sentía con más vehemencia el deseo ardiente de cumplir la
misión que el cielo le confiara. Esa alma tierna, grande en aspiraciones,
escogida por Dios para sus divinas comunicaciones, que había sentido el
contacto de lo divino, concentraba todas sus actividades en consolar al Corazón
Santísimo de su adorado Señor, y en buscarle almas que siguiéndole cada más día
perfectamente, identificaran su vida con la de su Divino modelo, y se fueran
transformando poco a poco, hasta que, introducidas en su Adolorido Corazón,
consumaran allí su vida de inmolación y amor.
DÍA
TERCERO
CONSIDERACIÓN
Devoción
de la Beata a la Santísima Virgen.
Decisivo es el influjo que la devoción a la Santísima Virgen ejerce en las almas, ella fortalece el espíritu y hace desaparecer toda sombra de duda, siendo como el sello distintivo de la verdadera santidad. Profesó la Bienaventurada Encarnación ardiente amor a la Virgen Inmaculada, por su parte la Divina Señora correspondió a esta devoción con muestras de singular ternura. Fue en el bendito Santuario de las Lajas, donde arrodillada ante la imagen de María, recibió de la celestial Señora la gracia por ella implorada, de morir de un acto de amor, y su alma se iluminó con destellos de la gloria inmortal, siendo esta última visita en el destierro, pocos días después expiraba plácidamente, en medio de la más profunda paz, sintiendo ya el gozo anticipado del Paraíso.
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