DÍA
DÉCIMO OCTAVO
SENCILLEZ
ADMIRABLE DE SANTA TERESA
Cuando
Nuestro Divino Redentor nos enseñó la virtud de la prudencia, quiso también enseñarnos
la de la sencillez, como lo vemos por las siguientes palabras que dijo a sus apóstoles:
«Sed prudentes como las serpientes, y sencillos como las palomas». Santa
Teresa de Jesús, que fue en extremo prudentísima, fue también a la par
sumamente sencilla, como se comprende estudiando su vida y repasando sus
escritos. Su modo de vivir, la reforma de la Orden Carmelitana, la Regla que
dio para ella y las obras que escribió en el estilo más sencillo a la vez que
sublime, son y han sido admiradas por todos los sabios del mundo, a la
par que ensalzadas por la sencillez que en ellas resplandece. Todos sus
pensamientos, palabras y obras los dirigía siempre hacia ese fin, siendo
sencilla en la fe, sometiéndose humilde a las decisiones de la Santa Iglesia;
en la piedad y devoción, conformándose con las disposiciones divinas; y,
por último, en el trato con todas las personas, mostrándose siempre leal y sincera,
pues tenía presente que Dios detesta a los que son de corazón doble, esto es,
los que piensan y sienten una cosa y dicen y aparentan otra,
valiéndose de artificios y engaños. Santa Teresa, por medio de esta
virtud, que en tan elevado grado practicó, se hizo dueña de sí misma,
victoriosa del mundo y las pasiones, perfecta conocedora de las cosas divinas y
humanas, segura en conciencia por la rectitud de su conducta excluyendo toda
astucia, todo artificio, toda doblez, hablando y obrando siempre con
ingenuidad encantadora y candor admirable. Si el ápice de la filosofía, según
San Juan Crisóstomo, consiste en ser sencillos y prudentes, Santa Teresa
de Jesús, que juntó en si con perfección tan sin igual estas dos virtudes, debe
ser reputada como gran filósofa. Tal la han juzgado todos cuantos de ella han escrito,
por el lugar tan glorioso y distinguido que su memoria ocupa en la historia de
la humanidad y de la religión.
OBSEQUIO
Hagamos
un acto de humildad para venerar la gran humildad y sencillez de Santa
Teresa de Jesús.
MÁXIMA
Nunca
encarecer mucho las cosas, sino con moderación decir lo que sienta.
ORACIÓN
Gloriosa
Virgen Santa Teresa de Jesús: por la admirable sencillez que siempre
profesasteis é inculcasteis a tantas almas que han seguido y siguen
vuestra santa Regla, os suplico me alcancéis del Señor gracia para que os imite
en esta virtud, que tanto os ha exaltado en la tierra y glorificado en
el Cielo. Amén.
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