domingo, 18 de octubre de 2020

MES DE OCTUBRE A SANTA TERESA DE JESÚS - DÍA DIECIOCHO


DÍA DÉCIMO OCTAVO

SENCILLEZ ADMIRABLE DE SANTA TERESA

Cuando Nuestro Divino Redentor nos enseñó la virtud de la prudencia, quiso también enseñarnos la de la sencillez, como lo vemos por las siguientes palabras que dijo a sus apóstoles: «Sed prudentes como las serpientes, y sencillos como las palomas». Santa Teresa de Jesús, que fue en extremo prudentísima, fue también a la par sumamente sencilla, como se comprende estudiando su vida y repasando sus escritos. Su modo de vivir, la reforma de la Orden Carmelitana, la Regla que dio para ella y las obras que escribió en el estilo más sencillo a la vez que sublime, son y han sido admiradas por todos los sabios del mundo, a la par que ensalzadas por la sencillez que en ellas resplandece. Todos sus pensamientos, palabras y obras los dirigía siempre hacia ese fin, siendo sencilla en la fe, sometiéndose humilde a las decisiones de la Santa Iglesia; en la piedad y devoción, conformándose con las disposiciones divinas; y, por último, en el trato con todas las personas, mostrándose siempre leal y sincera, pues tenía presente que Dios detesta a los que son de corazón doble, esto es, los que piensan y sienten una cosa y dicen y aparentan otra, valiéndose de artificios y engaños. Santa Teresa, por medio de esta virtud, que en tan elevado grado practicó, se hizo dueña de sí misma, victoriosa del mundo y las pasiones, perfecta conocedora de las cosas divinas y humanas, segura en conciencia por la rectitud de su conducta excluyendo toda astucia, todo artificio, toda doblez, hablando y obrando siempre con ingenuidad encantadora y candor admirable. Si el ápice de la filosofía, según San Juan Crisóstomo, consiste en ser sencillos y prudentes, Santa Teresa de Jesús, que juntó en si con perfección tan sin igual estas dos virtudes, debe ser reputada como gran filósofa. Tal la han juzgado todos cuantos de ella han escrito, por el lugar tan glorioso y distinguido que su memoria ocupa en la historia de la humanidad y de la religión.

 

OBSEQUIO

Hagamos un acto de humildad para venerar la gran humildad y sencillez de Santa Teresa de Jesús.

 

MÁXIMA

Nunca encarecer mucho las cosas, sino con moderación decir lo que sienta.

 

ORACIÓN

Gloriosa Virgen Santa Teresa de Jesús: por la admirable sencillez que siempre profesasteis é inculcasteis a tantas almas que han seguido y siguen vuestra santa Regla, os suplico me alcancéis del Señor gracia para que os imite en esta virtud, que tanto os ha exaltado en la tierra y glorificado en el Cielo. Amén.


 

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