DÍA
DOS
San
Francisco, vencedor de sí mismo
El
Divino Maestro, anunciándonos el camino del cielo, nos dice: “El que quiera
venir en pos de mí, niéguese a si mismo, tome su cruz y sígame”. En estas
palabras consagró Jesucristo la necesidad del sacrificio, de la inmolación y
vencimiento propio, por el dominio de las pasiones… san Francisco oyó en su
juventud estas palabras, y púsolas en práctica, despojándose de todo, dejándolo
todo, cuanto podía halagarle en la vida, para seguir desnudo, pobre,
mortificado, al Divino Maestro… ¿Cómo le imitas tú? No olvides que “el reino de
los cielos padece violencia” y que es preciso que te la hagas, si quieres ser
feliz eternamente.
Máxima:
Nadie puede poseer una virtud cualquiera, si no muere a si mismo.
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