miércoles, 21 de octubre de 2020

MES DE OCTUBRE A SAN FRANCISCO DE ASÍS - DÍA VEINTIUNO

 


DÍA VEINTIUNO

Recogimiento de San Francisco

La soledad y el silencio son los talleres en donde se han labrado los mayores santos. En el silencio y soledad, en el recogimiento de los sentidos, se preparó el mismo Jesucristo para su vida apostólica. A solas con Dios, orando, meditando, el alma desprendida de las cosas terrenas, levanta sus alas al cielo, adquiere la clara visión de la vanidad mundana. San Francisco fue un fervoroso enamorado de la soledad, en ella vivió gran parte de su vida y en ella recibió los mayores favores del cielo. Aun en medio del bullicio de las multitudes, en el ejercicio del sagrado ministerio vivía siempre recogido, practicando aquel consejo que daba a sus discípulos: “En cualquier lugar que nos hallamos, siempre llevamos nuestra celda, el hermano cuerpo es nuestra celda, y el alma es el religioso que la habita para pensar en Dios y hacer oración” … Tu, disipado siempre, medita este modelo.

 

Máxima: El que habita en soledad, queda libre de tres combates: de la vista, del oído y de la lengua.

 


No hay comentarios:

Publicar un comentario

ANOTACIONES

Al hablar sobre la piedad popular, es referirnos a aquellas devociones que antaño se hacían en nuestros pueblos y nuestras casas, cuando se...