DÍA
VEINTITRÉS
Veneración
de San Francisco a las cosas sagradas
Este
respeto, hijo de la fé y del amor, es algo esencial a las almas santas. La
palabra de Dios, conservada en la sagrada Escritura, el templo, la casa de
Dios, las imágenes, la cruz, todo lo que lleva algo como huella divina, es
venerado, respetado y querido de quien ama Dios sinceramente. De aquí el
singular respeto que San Francisco profesaba a las cosas sagradas. Confiesa que
el Señor, desde los primeros días de su entrega a Él, diole esa devoción
ardientísima. Fiel a ella, nadie procuró con tanto celo la limpieza, el decoro
del templo, sobre todo de aquello que dice especial relación al Santo
Sacrificio. Esta piedad profunda hízole acometer la restauración de varios
templos, velar por el respeto de los Santos Nombres y palabras del Señor, ser
fiel custodio de las iglesias humildes y abandonadas… imita este ejemplo, cela
tu también, con respeto y veneración, las cosas sagradas.
Máxima: Quiero que los santísimos misterios del Cuerpo y Sangre de Jesucristo sean colocados en lugares preciosos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario