DÍA
SIETE
Amor
de San Francisco a Dios
Amor
a Dios sobre todas las cosas, he aquí el precepto capital, el único, resumen de
todos los mandamientos divinos. “¿Quién podrá expresar con palabras, dice San
Buenaventura, cuánto amaba Francisco a Dios? El amor divino le penetraba como
el fuego penetra al combustible”. Todas las criaturas le hablaban de amor
divino y con ellas lloraba “porque el Amor no es amado”. Dios lo era todo para
él, y buscando a Dios derretíase en el fuego de caridad que le hizo ser un
Serafín… ¡Oh! ¡Cómo avergüenza mi tibieza este amor seráfico de San Francisco!
“Ceguedad de los mortales, que no amen la fuente de todo amor”, decía el
glorioso Padre…
Máxima:
¡Oh, que dichosos son todos los que aman a Dios!
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