miércoles, 7 de octubre de 2020

NOVENA A SANTA TERESA DE JESÚS

 


NOVENA A LA SERÁFICA MADRE SANTA TERESA DE JESÚS

Que se hace todos los años en el convento de Carmelitas descalzas de Mallorca con la asistencia de Cristo sacramentado.

La Habana, 1860

 

L/: Dios mío, ven en mi auxilio.

R/: Señor, date prisa en socorrerme.

 

L/: Gloria al Padre, y al Hijo y al Espíritu Santo

R/: Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.

 

 

ORACIÓN PARA TODOS LOS DÍAS

Ejemplarísima, Virtuosísima, religiosísima y admirable madre y protectora mía Santa Teresa de Jesús, esposa del inmaculado cordero, mi Señor Jesucristo, nuevo ornamento de su Iglesia, maestra de los sabios, directora de los místicos, vivo ejemplar de los perfectos, restauradora de la piedad, propagadora de la religión, y celadora del honor de Dios: yo os venero con todo mi corazón, y atraído del suave olor de aquella eminente santidad, con que observando perfectísimamente los divinos mandamientos, conservasteis siempre en vuestra bendita alma el candor de la inocencia bautismal, sin mancarlo jamás con la culpa grave, llenasteis fielmente todos los deberes de vuestras obligaciones, y practicasteis con altísima perfección lo heróico de las virtudes, deseo eficazmente el imitar vuestros ejemplos, y por este medio hacerme digno de vuestra intercesión para con el Todopoderoso. Alcanzadme pues esta gracia del Señor, para que nunca le ofenda, para que fielmente le sirva, guardando sus divinos preceptos, y cumpliendo con exactitud las obligaciones de mi estado, y para que, además del especial favor que le pido por vuestro medio en esta novena, me conceda el morir santamente, para después verle y gozarle eternamente en el cielo. Amén.

 

 

 

 

DÍA PRIMERO

 

DEPRECACIÓN A DIOS NUESTRO SEÑOR

Omnipotente y soberano Dios y Señor de cielos y tierra, que de la boca de los tiernos infantes sabéis sacar vuestra gloria mayor, seáis mil veces alabado y glorificado en vuestra sierva y esposa querida Teresa, pues siendo niña tierna de siete años, le disteis valor y fortaleza para dejar su casa, con ánimo de dar la vida por vuestro amor: por esta tan temprana fineza, y por los méritos grandes con que después os sirvió, humildes y rendidos os suplicamos, nos concedáis una fé firmísima, una fé viva, acompañada con buenas obras, perseverando en ella hasta el fin de la vida; y juntamente para mayor gloria vuestra, dadnos, Señor, lo que pedimos por medio de esta novena, si acaso para nuestra salvación nos conviene. Amén.

 

Aquí se rezan tres padres nuestros, con tres aves María, de la forma siguiente, y que es para todos los días:

 

 

I.

Eminente en santidad

Llegó vuestra perfección

Hasta el grado de la unión

Con la excelsa Majestad.

Padre nuestro, Ave María, Gloria.

 

 

II.

Os amó Dios en tal grado,

(Privilegio sin segundo)

Que, a no haber criado el mundo,

Por vos lo hubiera criado.

Padre nuestro, Ave María, Gloria.

 

III.

Lo que pides al Señor,

Sabemos que no lo niega:

Por todos nosotros ruega,

Se digne darnos su amor.

Padre nuestro, Ave María, Gloria.

 

IV.

Todos pues os suplicamos

Con instancia humilde y fuerte,

Que en la vida y en la muerte

Tu protección consigamos.

 

 

ORACIÓN A LA SANTA

Santísima madre mía Santa Teresa de Jesús, fidelísima y la más amada esposa de este Rey soberano, recibid el corto tributo de estos tres Padre nuestros y Ave Marías, que hemos rezado en memoria y reverencia de los privilegios y excelencias más singulares, con que os enriqueció la manó poderosa de Dios; y en especial del que hoy celebramos, que es aquella fervorosa resolución, con que, excediendo a la edad, siendo de siete años dejaste la casa de tus padres, con de seos de dar la vida por Dios. ¿Quién duda que la tierna flor de aquel santo deseo, seria aceptado en los ojos divinos como fruto precioso? Gozaos, Santa mía, con tan gloriosa corona; y pues sois tan poderosa con vuestro esposo divino, alcanzadnos una vivísima fé, perseverancia en ella y en el servicio de Dios hasta el fin de la vida; y por fin, el consuelo y cumplimiento de nuestros deseos en especial el que os suplicamos en esta novena, que sea para mayor gloria de Dios. Ea, Madre mía amantísima, aceptad nuestros ruegos: no despreciéis nuestros gemidos, con que imploramos vuestro amparo, esperando el remedio, presentad nuestras peticiones a vuestro dulcísimo esposo, y a su madre Santísima, alcánzanos el feliz despacho, como poderosa que sois, que así lo esperamos de vuestra gran caridad. Amén.

 

 

 

DÍA SEGUNDO

DEPRECACIÓN A DIOS NUESTRO SEÑOR

Amantísimo y soberano Señor, centro de nuestras almas, sumo bien, y solo digno de ser querido, en buena hora sea que haya quien así os sepa amar y adorar: infinitas gracias os damos por el amor incomparable, que comunicaste à vuestra sierva y querida esposa Teresa, hiriendo su virginal corazón con un dardo encendido: por este, y por los otros favores con que la favorecisteis, que sin duda fueron prendas seguras de lo mucho que la estimabais, inclinad, amantísimo Dueño , vuestra benignidad a nuestros ruegos humildes, dándonos un perfecto conocimiento de vuestra suma è incomprehensible amabilidad, para que así os amemos con todos nuestros corazones y fuerzas, sin que jamás nos atrevamos a ofender tal bondad; y pues sabéis las muchas miserias que nos afligen, socorrednos y amparad nos como padre piadoso, concediéndonos por la intercesión de vuestra esposa Teresa, el favor que os suplicamos en esta novena, si nos conviene. Amen.

Ahora los tres Padres nuestros y lo demás como el primer día.

 

 

ORACION A LA SANTA

Dulcísima madre mía Santa Teresa de Jesús, Serafín encarnado, que abrasada en vivas llamas de amor de vuestro dulcísimo esposo, mereciste que un Serafín te desahogase el corazón con un dardo: por este y por los otros singulares favores, con que te honró y ensalzó la dignación de aquella bondad infinita, humildes y rendidos te suplicamos, nos alcancéis un amor verdadero de Dios sin que jamás nos apartemos un punto de sus mandamientos divinos, por cuyo medio logremos una muerte feliz; y mientras la divina Providencia nos mantuviere en esta presente vida, alcanzadnos el favor que pretendemos en esa novena para mayor gloria de Dios.

 

 

 

DÍA TERCERO

DEPRECACIÓN À DIOS NUESTRO SEÑOR

Omnipotente y sumo Señor de cielos y tierra; dulcísimo y tiernísimo amador de los hombres, que tenéis por blasón de vuestras finezas el comunicarnos liberalmente á vuestras humildes criaturas: bendito seáis, alabado y glorificado por toda la eternidad, por aquella suma dignación con que a vuestra sierva Teresa la elevasteis al tálamo de vuestras mayores delicias, celebrando con ella personalmente solemne desposorio, y declarándola por vuestra verdadera y querida esposa, sirviendo de prenda un instrumento doloroso de vuestra sagrada pasión; gozaos en buena hora, esposo dulcísimo, con esposa tan fina; pero extended al mismo tiempo la mano de vuestras misericordias a estos pobres afligidos, que humildes y postrados la ponemos por medianera en nuestros conflictos: concedednos, Señor, lo primero, abundante gracia, para que acertemos a serviros y agradaros hasta la muerte; y asimismo este especial favor, que os suplicamos por medio de esta novena, que sea a mayor gloria vuestra. Amen.

Ahora los tres Padres nuestros, y lo demás como el primer día.

 

ORACIÓN A LA SANTA

Santísima madre mía santa Teresa de Jesús, que mereciste ser esposa querida de tu mismo Criador y Redentor: en buena hora os gocéis con empleo tan soberano y tan dulce; todos, Santa mía nos alegramos de vuestras dichas; y en memoria de este y los otros favores, con que os enriqueció la mano poderosa del Altísimo, os ofrecemos estos tres Padre nuestros y Ave Marías. Alcanzadnos de vuestro dulcísimo esposo, que nos mire con ojos de misericordia y piedad, y no nos deje de su mano, para que jamás le ofendamos, perdiendo su gracia; y juntamente el cumplimiento de nuestros deseos, en lo que por medio de esta novena os pedimos.

 

 

 

DÍA CUARTO

DEPRECACIÓN A NUESTRO SEÑOR

Altísimo y soberano Dios de cielos y tierra, bien sumo y abismo de todos los bienes, de donde procede lo más perfecto; admirable sois en vuestros santos y digno de eterna alabanza; pero en especial en vuestra querida esposa Teresa, pues no contentándose con obrar lo bueno y agradable à vuestros ojos, inspirada del cielo y fortalecida con su poder, hizo voto de hacer siempre lo mejor y más perfecto por vuestro amor, en buena hora sea que haya almas de tan esforzado espíritu, todos, Dios mío, habíamos de hacerlo así, anhelando en todo a vuestro Mayor gusto; pero pues tan grande es nuestra miseria, que apenas acertamos a hacer algo de vuestro agrado; atended a los ruegos de esta vuestra esposa querida, a quien ponemos por medianera: concedednos, Señor, un grande fervor, vuestra gracia abundante,

para que en todo os sirvamos y agrademos hasta la muerte, haciendo juntamente penitencia de lo pasado, y asimismo el consuelo y favor que en

esta novena te suplicamos, que sea para mayor gloria vuestra. Amén.

Ahora los tres Padres nuestros, y lo demás como el primer día.

 

ORACIÓN A LA SANTA

Prudentísima y sabia virgen, madre mía Santa Teresa de Jesús, que también supisteis proporcionar y elegir los medios para conseguir el último fin; pues no contenta con obrar bien, lo que basta, hiciste voto de hacer en todo lo más perfecto: ¡oh cuanta será la gloria con que aquel fidelísimo Remunerador de los que le sirven, os habrá pagado tan fervorosos alientos! Gozadla en buena hora por toda una eternidad. Pero advertid, Santa mía, que también es mejor el favorecer y amparar a los pobres afligidos, que postrados se encomiendan en vuestras oraciones. Alcanzadnos, pues, unos fervorosos deseos, que aviven en nuestra tibieza, gracia para acertar a servir a Dios hasta el fin; que no nos embaracen y cieguen las vanidades del mundo, teniendo siempre a la vista aquel sumo bien, para que fuimos criados; y a más de esto a la mayor gloria de Dios, e favor que pretendemos alcanzar por esta novena.

 

 

 

DÍA QUINTO

DEPRECACIÓN A DIOS NUESTRO SEÑOR

Fortísimo y omnipotente Señor de cielos y tierra, que, para confusión de los vanos y poderosos del mundo, con flacos y débiles instrumentos perfeccionáis las empresas más arduas; todas las criaturas os bendigan y ensalcen, pues por medio de una tierna y flaca virgen, como era vuestra esposa Teresa, sacasteis à luz la reformación de una religión, para tanta gloria vuestra y utilidad de la Iglesia, haciéndola matriarca insigne y madre fecunda de espíritus esforzados; por medio de su intercesión esperamos de vuestra poderosa mano el remedio de todos nuestros conflictos, y el cumplimiento de nuestros deseos: dadnos, Señor, una total reformación de costumbres, un espíritu fervoroso, para emprender por vuestro amor cosas grandes sin reparar en trabajos; y por fin, para mayor gloria vuestra que consigamos el favor que os pedimos en esta novena. Amen.

Ahora los tres Padre nuestros, y lo demás como el primer día.

 

ORACIÓN A LA SANTA

Poderosa madre mía santa Teresa de Jesús, matriarca ilustrísima, mujer fuerte y varonil, soberana reformadora: en buena hora lo seáis, para mucho aumento de la honra y gloria de vuestro dulcísimo esposo: bien tenéis que hacer, Santa mía, en los que rendidos y humildes nos ofrecemos a vuestras plantas: reformad nuestras vidas, mejorad nuestras costumbres, atajad nuestros excesos, para que de aquí adelante mudemos de vida, abriendo los ojos a la verdad; y pues no ignoráis nuestra grande flaqueza y miseria en los

trabajos que nos afligen, alcanzadnos el remedio y consuelo de todos, en especial el cumplimiento de lo que pretendemos conseguir en esta novena.

 

 

 

 

DÍA SEXTO

DEPRECACIÓN A DIOS NUESTRO SEÑOR

Sapientísimo y omnipotente Criador de todo lo que tiene ser, Padre soberano de las lumbres, de donde descienden todos los dones, que aun a los tiernos infantes sabéis hacer discretos; á vos, Señor, sea dada la alabanza, la gloria y magnificencia, por la sabiduría del cielo y discreción de que dotasteis a vuestra querida esposa Teresa, para que fuese doctora mística de la católica Iglesia, enseñando el acierto en las sendas más ocultas del espíritu: haced, Señor, que todos se gobiernen por la luz de esa hermosa lumbrera, encendiendo y avivando sus corazones con su doctrina; acaben de conocer las grandes riquezas que pierden por no seguir el camino de la verdad: apiadaos también de nuestras miserias, y por su intercesión poderosa concedednos lo que humildemente os suplicamos en esta novena, a mayor gloria vuestra. Amén.

 

ORACIÓN A LA SANTA

Sapientísima y prudente Virgen madre mía santa Teresa de Jesús, que con la luz del cielo y sal de vuestra discreción y doctrina supisteis sazonar tantas almas, para que fuesen gustoso plato al gusto de Dios, enseñándoles y dirigiéndoles en el verdadero camino, todos, Santa mía, deseamos cursar en vuestra escuela; sednos maestra celestial y guía en el camino del cielo: abramos los ojos a las luces de vuestra doctrina, despertando del pesado letargo en que nos tiene el embeleso de las vanidades del mundo; y pues la sabiduría es la prenda más principal de un buen abogado, tomad a vuestro cargo el patrocinio de nuestra causa para con vuestro esposo divino, como poderosa abogada: alcanzadnos el consuelo de todos nuestros conflictos, y en especial el favor que pretendemos por medio de esta novena.

 

 

 

DÍA SÉPTIMO

DEPRECACIÓN A DIOS NUESTRO SEÑOR

Altísimo Señor, Padre de las misericordias y Dios de toda consolación, incomprehensible es el abismo de vuestra bondad y hermosura infinita, pues así embriaga los corazones, que el padecer los más terribles tormentos por vuestro amor, lo tenían los santos Mártires por gloria y consuelo: no eran menores las ansias que tenía vuestra esposa Teresa, pues que más estimaba el padecer que la vida, porque estaba dulcemente perdida por vos: bendigante por ello los serafines, y nuestros corazones también te bendigan : y pues no llega hasta tan alto punto nuestra tibieza, os suplicamos, Señor, humildemente postrados por la intercesión de esta tan amante esposa vuestra,

nos concedáis una perfecta resignación en vuestra voluntad santa, una gran paciencia en los trabajos que os servís de enviarnos: vengan, Señor mío, en buena hora, si así nos conviene; pero dadnos con ellos la fortaleza, y juntamente el favor que os suplicamos en esta novena, para mayor gloria vuestra. Amén.

 

ORACIÓN A LA SANTA

Seráfica Virgen, madre mía santa Teresa de Jesús, por aquellas encendidas ansias, en que se abrazaba tu corazón cuando deseabas y pedias padecer o morir, atended à los pobres afligidos, que humildemente nos postramos á vuestras plantas pidiendo el consuelo, y ofreciendo el corto tributo de nuestras oraciones: alcanzadnos una gran resignación y paciencia en tantos trabajos, porque son flacos nuestros hombros para llevar tanto peso; solicitad como piadosa nuestro alivio y consuelo, y asimismo el favor que pretendemos en esta novena.

 

 

 

 

DÍA OCTAVO

DEPRECACIÓN A DIOS NUESTRO SEÑOR

Santísimo Señor y omnipotente Dios de cielos y tierra, protector y amparo de los que esperan en vos, sin el cual nada hay bueno, nada santo, y nada constante; bendito seáis por toda la eternidad por aquella gracia poderosa, con que fortalecisteis à vuestra esposa Teresa, para que en toda su vida no se arrojase a cometer ofensa grave contra vuestra Majestad, sacándola triunfante de los peligros; todos por ella os rendimos las gracias, y poniéndola por medianera, os suplicamos nos concedáis gracia para jamás ofenderte, perseverando en ella hasta el fin de la vida; háganos verdadera penitencia de nuestros pecados; en cuya satisfacción os ofrecemos vuestra preciosísima sangre, acompañada con los trabajos y méritos de vuestra esposa Teresa: esta, Señor mío, nos la ve, esta nos purifique de todas las manchas: dadnos asimismo el cumplimiento de nuestros deseos en lo que os suplicamos por medio de esta novena, que sea para mayor gloria vuestra. Amén.

 

ORACIÓN A LA SANTA

¡Santísima Virgen y madre mía santa Teresa de Jesús! en buena hora os aclamen por fidelísima esposa del Rey de los cielos, pues con tanta fidelidad supisteis conservar el depósito de vuestra gracia y pureza, sin cometer jamás pecado mortal: todos nos alegramos de tan singular privilegio, y en memoria de él y de todos los otros, con que os adornó vuestro esposo dulcísimo, os ofrecemos el corto tributo de nuestras oraciones y afectos: recibidlos, Santa mía, con agrado y benignidad; alcanzadnos una constante perseverancia en el servicio de Dios hasta el fin de la vida; valor y fortaleza para escapar de los lazos del demonio y peligros del mundo; primero morir que ofender a un Dios, a quien tanto debemos; una gran contrición de los pecados de la vida pasada; indulgencia y perdón de sus deudas; y por fin , el cumplimiento del favor que pedimos en esta novena.

 

 

 

 

DÍA NOVENO

DEPRECACIÓN A DIOS NUESTRO SEÑOR

Justísimo Dios y fidelísimo Remunerador de los buenos, única y cierta salud de los que esperan en ti: buen testigo es de esta verdad vuestra fiel esposa Teresa, a quien le disteis una muerte tan preciosa, cerrando la última cláusula de su vida con un acto fervoroso de amor, que la trasladó al paraíso de las delicias del cielo: ¡Quién Señor, no os amará, pues así correspondéis! ¡Quién no os servirá, pues así pagáis! Infinitas gracias, os damos por este y todos los otros favores y gracias, con que enriquecisteis: con mano tan liberal a esta esposa querida; y por su intercesión os suplicamos nos concedáis una buena muerte, que sea principio de una eterna felicidad; y mientras esta llega, el consuelo de una buena conciencia, paz de alma, victoria en las tentaciones; y por fin, la súplica que pretendemos en esta novena. Amén.

 

ORACIÓN A LA SANTA

Aquí, fieles, pues hoy es el último día, será razón que esforcemos con todo fervor nuestras, súplicas, luchando con nuestra Santa á poder de suspiros, gemidos y lágrimas, para que nos conceda el cumplimiento de lo que deseamos. Dignaos, pues, todos de lo íntimo de nuestros corazones. Gloriosísima Madre mía, Santa Teresa de Jesús, serafín encarnado, que habiendo vivido siempre abrazada en amor, por fin, este mismo fuego fue la calentura y enfermedad que abrió la puerta a tu felicísima alma, para que como cándida paloma volase al empíreo, por este y todos los otros favores con que subiste adornada, como con joyas preciosísimas, al tálamo de vuestro esposo divino, os damos muchas enhorabuenas, gozad el colmo de tanta gloria en premio de vuestros trabajos. ¡Oh que poco y cuan breve os parecerá ahora todo cuanto padecisteis por Dios! Gozaos en buena hora por toda una eternidad, pero atended a los miserables afligidos, que en este valle de lágrimas, quedamos naufragando en el mar tempestuoso del mundo, aquí, Santa mía, postramos a tus pies, rendidos, los corazones, renovando en este día último todas las súplicas, que os hemos presentado en esta novena, miradnos pues, con ojos piadosos, alcanzadnos una muerte feliz, que sea un principio de una gloria eterna, asistidnos en ella, para que venzamos las asechanzas del enemigo, mas en cuanto nos dure la vida, empecemos desde ahora a renovarla con una total reformación de costumbres, en que perseveremos constantes, victoria en las tentaciones del enemigo, consuelo en nuestras necesidades, pedid también por el bien común de la Iglesia, exaltación de la fé, paz y concordia entre los príncipes católicos, el bueno y acertado gobierno de esta monarquía , para consuelo de los pobres; y por fin, el cumplimiento y feliz despacho de lo que pretendemos lograr por medio de esta novena. No permitáis, santa Madre mía, nos apartemos de vuestros pies sin este consuelo; no desprecies nuestros gemidos; presentad nuestras peticiones a vuestro dulcísimo esposo Jesús y su madre santísima María, reina de piedad y señora nuestra: por nuestra intercesión esperamos que hemos de alcanzar esta gracia, que sea para mayor gloria de Dios, y su santísima Madre, que vive y reina por los siglos de los siglos. Amén.

 

 

LOORES

Pues de Cristo y sus amores

Sois la esposa regalada,

R/: Teresa de Dios amada,

Rogad por los pecadores.

 

Paloma amada y hermosa

Jesucristo os apellida,

Entre miles escogida

Para predilecta esposa:

Esta unión tan amorosa

Fué el favor de los favores.

 

Por santa y reformadora

Sois coronada en el cielo,

Venerada en el Carmelo,

Y en la iglesia que os adora.

Todo el mundo os condecora

Con singulares loores.

 

Ángel fuiste en la inocencia,

Arcángel en el fervor,

Serafín en el amor,

Y querubín en la ciencia:

Madre sois por excelencia

De los místicos doctores.

 

Sois la esposa del Cordero,

Que cual vid que en fruto abunda,

La santa Iglesia fecunda

Con prole de un nuevo fuero.

Cada cual es un lucero,

Que la llena de esplendores.

 

Sois la mística Rebeca,

Que con feto duplicado

A la Iglesia le habéis dado

Mil bienes en hipoteca.

Aquí la suerte se trueca

De los prevaricadores.

 

Con intentos peregrinos

Reformasteis el Carmelo,

Y aprobó Dios desde el cielo

Pensamiento tan divino.

Contra Lutero y Calvino

Armasteis sus profesores.

 

Coino a su esposa selecta

El Cordero inmaculado

Tanto os ha privilegiado,

Que os hizo su predilecta.

Esta unión fué tan perfecta,

Que hizo vuestros honores.

 

Fuiste casta y virgen pura,

¡O purísima Teresa!

Ángel humano en pureza,

O del cielo criatura.

Ella os vistió con albura

Del candor de los candores.

 

Ansiosa de merecer

De Cristo las agonías,

Ferverosa repetías

O morir, o padecer.

¡O paciencia de mujer

Insaciable de dolores!

 

Que un ángel el corazón

Con un dardo os penetrase,

Y en el fuego os abrasase

De divina dilección,

Denota la elevación

Del amor de tus amores.

 

Madre, virgen y doctora,

Tus devotos te clamamos,

Y tus ruegos imploramos

Para siempre desde ahora.

De nuestra muerte en la hora

Esforzad vuestros clamores.

 

ANTÍFONA:  He querido tomarla por esposa, porque es Maestra en la disciplina de Dios, y electora de sus obras.

 

L/: Olvida tu pueblo, y la casa de tu padre

R/: Y deseará el Rey tu hermosura

 

OREMUS: Oh Dios, que traspasaste con un dardo encendido el puro Corazón de la bienaventurada Teresa tu esposa, y la consagrasteis víctima de la caridad; concédenos por su misma intercesión, que nuestros corazones se inflamen con el fuego del Espíritu Santo y te amen siempre y sobre todas las cosas Tú que vives y reinas. Amén.

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