DÍA
SEXTO
DE
LA PUREZA VIRGINAL DE SANTA TERESA
Tan
grande era el amor que Santa Teresa profesó siempre la pureza, que
continuamente pedía a Dios que la quitase la existencia antes que permitir la
perdiese o la empañase en lo más mínimo; oraciones que el Señor oyó
indudablemente, puesto que siempre la libró de las tentaciones de impureza. Sólo
una vez, que, ya profesa, fue molestada con una tentación impura que la causaba
gran repugnancia, estando pidiendo d Dios la librase de ella, se le apareció
Nuestro Señor y la aseguró que de allí en adelante no la volvería a molestar
el enemigo con esta clase de tentaciones, con cuya promesa quedó la Santa muy consolada;
y ya desde entonces no volvió a sentir ninguna de esta índole, las que
tanto aborrecía, como ella nos lo asegura por estas palabras: “Cosas deshonestas,
naturalmente las aborrecía”. No solamente odiaba la bendita Santa el pecado
contrario a la pureza, sino también todos los demás, aun los veniales
consentidos, llegando hasta el punto de ofrecer a Dios, con voto, el no
ofenderle ni aun levemente. Tal era la pureza de su corazón. Demos gracias a
Dios porque concedió a su sierva Teresa un alma tan pura, y pidámosle conserve
en la virginidad a los que la poseen, y en la castidad a los que, no pudiendo ya
practicar aquella angélica virtud, pueden, al menos, conservarse castos en la
medida que su estado exige.
OBSEQUIO
Rezar
tres Avemarías a Nuestra Señora del Carmen para pedir la virtud de la
pureza, y en
honor de la que tuvo su purísima sierva Santa Teresa de Jesús.
MÁXIMA
Nunca
hablar sin pensarlo bien, y encomendarse mucho a Nuestro Señor para que no
hable cosa que le desagrade.
ORACIÓN
Gloriosa Virgen Santa Teresa de Jesús: por aquella singularísima y virginal pureza que tanto resplandeció en Vos todo el tiempo de vuestra vida, os suplico me alcancéis del Señor que viva yo exento de toda impureza de pensamiento, palabra y obra, cumpliendo con la castidad correspondiente ä mi estado. Amén.
No hay comentarios:
Publicar un comentario