DÍA
DOCE
Pobreza
de San Francisco
Desde
que el Divino Redentor llamó “bienaventurados a los pobres de espíritu, porque
de ellos es el reino de los cielos” todas las almas que ansían lograr la bienaventuranza eterna se hacen
pobres, si no de hecho, al menos en el afecto, desprendiéndose del inmoderado
afán de poseer bienes terrenos, usando ellos parca y moderadamente, no ligando
el espíritu a los laos que las riquezas tienden a sus poseedores, en una
palabra, practicando el consejo del Espíritu Santo: “los que usan los bienes de
este mundo, pórtense como si no usaren de ellos”. San Francisco fue pobre,
pobrísimo, no solo de hecho, sino con el más ardiente de los afectos, hasta el
punto de constituir a la pobreza no solo por esposa, sino por madre de sus
hijos… ¿eres tu hijo de este espíritu franciscano? ¿vives desprendido de los
bienes terrenos?
Máxima:
Obrad de manera que en todas vuestras obras resplandezca la pobreza.
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