DÍA
DÉCIMO CUARTO
SUBLIME
CARIDAD DE SANTA TERESA
Si
en todas las virtudes resplandeció Santa Teresa de Jesús, en ésta de la caridad
fue asombrosa. Toda su vida la pasó ejerciendo obras de caridad y rogando
ti Dios é interesándose grandemente por la salud espiritual del prójimo, de tal
manera que puede aplicársele perfectamente lo que de Nuestro Señor dice la
Sagrada Escritura: Pertransit benefaciendo; esto es, «pasó su
vida haciendo el bien». Tenía gran cuidado de la salvación de las almas,
Llenándose de aflicción cuando veía que alguna andaba extraviada, y
no
perdonaba medio alguno para procurar o todo trance su conversión. Cuando
veía alguna persona de talento o virtud, se dirigía a Dios y con
gran fervor le decía: «Mirad, Señor, que éste es bueno para nuestro
amigo»; pareciéndole que una persona de condición tal haría un gran bien
ä su Orden y se santificaría más en ella a la vez. Fué Santa
Teresa mujer caritativa por excelencia, porque en hacer el bien
consistía siempre todo su gusto y alegría. Ella rogaba incesantemente
por la conversión de los infieles y herejes, a quienes compadecía con todo
su corazón, deseando verlos en la gracia de Dios. Si veía alguna persona
triste, al punto la consolaba, compartiendo con ella su pena, y
rogando a Dios le diera fuerzas para llevar con paciencia su
desgracia o tribulación. Si alguien la injuriaba, no solamente olvidaba
y perdonaba la injuria, sino que la favorecía en cuanto podía,
rogando al mismo tiempo a Dios para que la perdonase. En fin, siempre que
tenía ocasión ejercía toda clase de obras de caridad con el prójimo,
dando así admirable ejemplo a sus hijos y a todas las personas que
la conocían y trataban. Mucho podría decirse respecto al modo cómo
Teresa de Jesús practicó esta virtud; pero baste lo dicho para llegar a
conocer el grado tan heroico de caridad a que Dios se dignó
elevar a esta dilectísima sierva suya.
OBSEQUIO
Procuremos
en este día dar alguna limosna a un pobre o hacer otra cualquiera obra de
caridad, para ms honrar a la caritativa Santa Teresa.
MÁXIMA
Jamás
de nadie oigas ni digas mal, sino de ti mismo, y cuando holgares de esto
vas bien aprovechado.
ORACIÓN
Gloriosa
Virgen Santa Teresa de Jesús: por aquella acendradísima caridad en que continuamente
os ejercitasteis, alcanzadnos del Señor tan preciosa y necesaria virtud,
para que por ella merezcamos la misericordia de Dios, el perdón de nuestros
pecados y la posesión de la eterna bienaventuranza. Amén.
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