DÍA
QUINTO
DE
LA PACIENCIA QUE TUVO SANTA TERESA
Amó
tanto la virtud de la paciencia nuestra gloriosa Santa, que no solamente la
practicó toda su vida de modo admirable, como lo demuestran aquellas frases que
constituyeron su divisa: «Señor: o morir o padecer: no os pido otra cosa para
mí», sino que encargó mucho a sus hijas la practicasen. No sólo no la cansaban
los padecimientos y tribulaciones, sino que hasta se alegraba en ellos y pedía
a Dios la mandase más, creyéndose dichosa cuando tenía que padecer. En cierta
ocasión, en que una de sus hijas se quejaba de los muchos sufrimientos que
padecía, hubo de decir que estaba cansada de tanto sufrir: oyéndolo la Santa,
la reprendió dulcemente y le dijo que no se quejase, pues la vida era
buena únicamente para padecer y sufrir. Más de veinte años estuvo
padeciendo Teresa, ora con enfermedades, ora con persecuciones y contradicción
de buenos, que es la pena mayor que se puede sufrir en este mundo, como ella
solfa decir, y nunca se la oyó ni un suspiro ni una queja que denotase fatiga
o impaciencia; antes, al contrario, cantaba alabanzas a Dios en medio de los
padecimientos, diciendo que se regalaba con ellos. Admirémosla, porque
verdaderamente asombrosa fue en esta virtud, y procuremos imitarla en cuanto
nos sea posible.
OBSEQUIO
Sufrir
con paciencia los disgustos, enfermedades y contrariedades que tengamos en este
día.
MÁXIMA
Cuando
algo le reprendieren, recíbalo con humildad y ruegue a Dios por quien le
reprendió.
ORACIÓN
Gloriosa Virgen Santa Teresa de Jesús, que con tan asombrosa paciencia sufristeis todos los trabajos de esta vida: suplícoos me alcancéis del Señor gracia para sufrir con paciencia todas las aflicciones y trabajos que Su Divina Majestad me enviare, para que, así purificada mi alma aquí en la tierra, como el oro en el crisol, pueda merecer la eterna bienaventuranza. Amén.
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