domingo, 4 de octubre de 2020

MES DE OCTUBRE A SANTA TERESA - DÍA CUATRO

 


DÍA CUARTO

DE LA HUMILDAD QUE TUVO SANTA TERESA

El gran Doctor de la Iglesia San Agustín hace la siguiente apología de la humildad: «Si me preguntas cuál es lo primero en la Religión y Escuela de Cristo, te contestaré: la humildad; sí me preguntas cuál es lo segundo, te contesto: la humildad; si me preguntas cuál es lo tercero, te respondo: la humildad, la humildad y siempre la humildad. Los ejemplos dados por Nuestro Señor, y su Santísima Madre, así como las máximas del Evangelio y sentencias de los Santos Padres de la Iglesia, se grabaron tan profundamente en el corazón de Santa Teresa, que llegó practicar esta virtud en grado muy subido, como nos lo demuestran todos los pasajes de su vida. Jamás creyóse digna de las grandes mercedes que recibía de Dios; antes, al contrario, siempre manifestó el sentimiento que la producía el que todos la tuviesen en gran opinión. En la fundación de Sevilla, porque supo que algunos la habían levantado falsos testimonios, dijo: «Bendito sea Dios, que

en esta tierra conocen quién soy». En sus monasterios, a pesar de ser la Priora, nada hacía sin consultarlo con todas sus monjas; pues creía siempre que lo que se les ocurría a las demás era mucho mejor que lo que a ella pudiese ocurrírsele. El mayor tormento que tuvo en su vida, dice ella misma, fue tener que escribir las mercedes y favores que el Señor la hacía, y sólo por obediencia a sus confesores se resignó escribirlas. Todo su afán era, en una palabra, el imitar, en cuanto la fuese posible, la humildad de su Divino Maestro. Procuremos imitarla en esta virtud, y así seremos exaltados como ella.

 

OBSEQUIO

Hacer tres actos de humildad, en honor de la que ejercitó nuestra Santa.

 

MÁXIMA

Nunca decir cosa alguna de loor, como de su ciencia, virtudes y linaje, si no tiene esperanza que habrá provecho, y entonces sea con humildad y consideración, de que aquéllos son dones de Dios.

 

ORACIÓN

Gloriosa Virgen Santa Teresa de Jesús, que en tan alto grado poseísteis la virtud de la humildad, imitando así al Divino Salvador: suplícoos, Santa mía, me alcancéis de Dios esta indispensable virtud, sin la cual no es posible gozar de la gloria eterna. Amén.


No hay comentarios:

Publicar un comentario

ANOTACIONES

Al hablar sobre la piedad popular, es referirnos a aquellas devociones que antaño se hacían en nuestros pueblos y nuestras casas, cuando se...