martes, 27 de octubre de 2020

MES DE OCTUBRE A SANTA TERESA - DÍA VEINTISIETE

 


DÍA VIGÉSIMO SÉPTIMO

TRANSVERBERACIÓN DEL CORAZÓN DE SANTA TERESA

Tan grande fué el amor que la Reformadora del Carmelo tuvo a Dios Nuestro Señor, que el de ninguna criatura puede ser mayor, según hemos visto al tratar particularmente de esta virtud de la Santa. Ahora bien: Dios, que nunca deja sin recompensa el amor de sus hijos, no había de dejar í Teresa sin ella, y así fué, pues la colmó de gracias y mercedes, entre las cuales sobresale muy particularmente la que la Iglesia conoce con el nombre de Transverberaci6n de su santo corazón. La Santa, en el libro de su vida, nos lo refiere de esta manera: «Quiso el Señor viese aquí algunas veces esta visión: veía un ángel al lado izquierdo, en forma corporal, lo que no suelo ver sino como la visión pasada que dije primero. En esta visión quiso el Señor le viese así; no era grande, sino pequeño, hermoso mucho, el rostro tan encendido, que parecía de los ángeles muy subidos, que parece todos se abrazan: deben ser los que llaman serafines, que los nombres no me lo dicen, más bien veo que en el Cielo hay tanta diferencia de unos ángeles a otros, y de otros, que no la sabría decir. Veiale en las manos un dardo de oro largo, y al fin del hierro me parecía tener un poco de fuego. Este me parecía meter por el corazón algunas

veces, y me llegaba las entrañas: al sacarle me parecía las llevaba consigo, y me dejaba toda abrasada en amor de Dios. Era tan grande el dolor que me hacía dar aquellos quejidos, y tan excesiva la suavidad que me pone este grandísimo dolor, que no hay desear que se quite, ni se contenta el alma con menos que Dios. No es dolor corporal, sino espiritual, aunque no deja el cuerpo de participar algo, y aun harto. Es un requiebro tan suave que pasa entre el alma y Dios, que suplico yo a su bondad lo dé gustar a quien pensare que miento». Tal es la Transverberación del Corazón de Santa Teresa de Jesús: un prodigio sin igual, en el que se descubre bien claramente el amor de Cristo a su sierva Teresa y el que ésta tuvo su Celestial Esposo.

 

OBSEQUIO

Recemos tres Padrenuestros, Avemarías y Gloria Patris en honor de la Transverberación del Corazón de Santa Teresa.

 

MÁXIMA

Use siempre el hacer muchos actos de amor, porque encienden y enternecen el alma. Haga actos también de todas las demás virtudes.

 

ORACIÓN

Gloriosa Virgen Santa Teresa de Jesús, que por el grande amor que profesasteis a Dios merecisteis fuese transverberado vuestro purísimo corazón por el dardo de fuego de un abrasado serafín: yo os suplico, Santa amadísima mía, pidáis al Señor transverbere también el mío con el dardo del amor de Dios, para que así pueda luego, como Vos, gozar en el Cielo de las inefables dulzuras que Él tiene reservadas para los que le aman y le sirven. Amén.


No hay comentarios:

Publicar un comentario

ANOTACIONES

Al hablar sobre la piedad popular, es referirnos a aquellas devociones que antaño se hacían en nuestros pueblos y nuestras casas, cuando se...