DÍA
VIGÉSIMO OCTAVO
DEL
GRAN PROVECHO QUE HAN CAUSADO LOS ADMIRABLES ESCRITOS DE SANTA TERESA
Si
los ángeles hablasen a los hombres, dice el escritor Mayans, no hablarían otro
lenguaje que el que usa Santa Teresa en sus escritos. Nadie los lee, decía el
venerable Palafox, que no busque luego a Dios. La dulzura de su lenguaje sencillo
a la par que sublime, que, si bien no regala al oído por sus escogidas y variadas
frases, lo regala por su estilo humilde, seráfico y lleno del amor
sacrosanto de Dios, impresiona vivamente el espíritu del lector y atrae
sobre éste gran provecho espiritual, porque le hace amar y desear la
virtud, como
repetidas
veces la experiencia lo ha demostrado. Todo el que ha leído las obras de Santa Teresa
ha sentido mejorado su espíritu en gran manera; porque, como dice la Sagrada Rota:
«La doctrina celestial de sus escritos excita sobremanera los corazones de los
fieles al deseo de las cosas del Cielo; por eso la Iglesia, en la oración
propia de la Santa Madre, nos invita amorosamente a pedir a Dios que nos
conceda la gracia de nutrir nuestra alma con el pasto de su celestial
doctrina». El provecho que en el mundo han causado los escritos de Teresa ha
sido muy grande; por ellos, muchas personas han recibido grandes beneficios,
algunas se han convertido, otras han mudado de costumbres, no pocas han tomado
el estado religioso, y todas, finalmente, las que se han dado a su
lectura, como lo hayan hecho con ánimo de aprovechar, han llegado a tener
oración mental, que es camino muy seguro para el Cielo, como dice la Santa; hasta
se han dado casos de que muchas personas, con sólo leer algún capítulo de sus
libros, encomendándose al mismo tiempo a su poderosa intercesión, han alcanzado
singulares gracias temporales, como la salud y otros beneficios.
OBSEQUIO
Leamos
con frecuencia, y especialmente en este día, algún capítulo de las Obras
de Santa Teresa.
MÁXIMA
La
tierra que no es labrada, llevará abrojos y espinas, aunque sea fértil; así el
entendimiento del hombre.
ORACIÓN
Gloriosa Virgen Santa Teresa de Jesús, sapientísima en la ciencia de los Santos: por la doctrina celestial que nos dejasteis en vuestros inspirados escritos, os suplico, Santa mía, me alcancéis del Señor luz para entenderlos Bien, a fin de que nos aprovechemos de las amorosas enseñanzas en ellos contenidas, seguir el camino de perfección que nos trazas y gozar con Vos de la Divina Presencia en las eternas moradas. Amén.
No hay comentarios:
Publicar un comentario